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Trabajo mal pagado

La crisis agudiza el ingenio o el tiempo invertido en el
trabajo. Cada día más se hace frecuente la necesidad de buscar más de un empleo
y compaginarlo para alcanzar esa cifra mítica que permite pagar los gastos
mensuales y vivir dignamente, sin grandes lujos. 

No sé si les pasa, pero sé a quién le pasa. Un amigo de un
servidor, permítanme no citar su nombre, lleva su vida laboral compaginando
esfuerzos para llegar a fin de mes. Otros no se presentan a diferentes ofertas
de trabajo por las exigencias que piden los empresas desmerecen el sueldo y
salario que ellos buscan. Otros trabajos pueden ser inferiores a nuestras
cualidades y nuestras posibilidades.

Se hace real, la frase de trabajo ahílo, pero… ¿a qué
precio?

 Compaginar esfuerzos

Se estudia una de esas carreras de difícil colocación y uno
se lanza al mercado laboral. Las ilusiones se desvanecen porque no consiguen
encontrar un trabajo que se adecue a los esfuerzos y estudios realizados. Se
consiguen entonces, pequeñas experiencias laborales, que compartidas consiguen
un sueldo a final de mes y, mis estudios y mis ilusiones, se ven fragmentadas
en: un rato de profesor universitario o de instituto para mostrar las grandezas
de la cultura a las nuevas generaciones. Escribo libros en mis ratos libres.
Realizo algún encargo particular sobre el mundo profesional al que me dedico y
me mantengo actualizado en las redes sociales en la búsqueda incesante de nuevos
clientes.

Reparto mis horas entre tantas actividades para conseguir un
poco de aquí, un poco de allí y otro poco de allá para conseguir la frase, de
que estoy trabajando, pero cobro poco.

Injustas ofertas

Estoy en paro, me he dedicado a formarme  y buscar nuevas opciones laborales y de vez
en cuando me llegan ofertas cuyas características son, en muchos casos,
inasumibles. Una titulación excesiva para los contenidos laborales que exigen;
una retribución laboral ínfima de acuerdo a sus exigencias laborales, unos
esfuerzos de desplazamiento que asumen el beneficio obtenido, etc.

La búsqueda de empleo se convierte en la agonía del empleo
perfecto, donde se compagine sueldos y salarios con esfuerzos y dedicación, en
un mundo donde la demanda baja las dignidades y donde, cuando la necesidad
aprieta, se encuentra trabajo, aunque no al precio deseable.

¿Conocen más casos?
A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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