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¿Atascado y sin saber qué hacer a continuación? Esta historia es para ti.

El otro día respondíamos a una cuestión muy común entre algunos lectores (Ver: Si yo fuera tú, ¿qué haría en tu lugar?). Hay personas muy inteligentes y con muchas ideas en la cabeza, pero aún así, no saben qué hacer. Y es que quizás el exceso de ideas y el constante análisis de cada una de ellas, puede provocar lo que se conoce como «parálisis por análisis», que sería una especie de dilación bien intencionada, pero que no hace que salgamos del «atasco».

Para ello, hoy vamos a usar la respuesta de Marc Chernoff a un lector que reconocía que quería lograr muchas cosas y que tenía muchas ideas en mente, las cuales podrían ser fáciles de ejecutar, pero que llegado el momento de pasar a la acción, le venían dudas a la cabeza, se asustaba y comenzaba a preocuparse por las posibilidades de fracasar o tener éxito.

Chernoff le ha respondido con una historia que vamos a analizar a continuación:

«Una mujer anduvo perdida en el desierto durante 3 días enteros sin agua. Justo cuando ya no podía más y estaba a punto de caer rendida, vio lo que parecía ser un gran lago a unos pocos cientos de metros frente a ella. «¿Sería realmente un lago o sería un espejismo causado por su debilidad?», se preguntó ella.

Consiguió sacar fuerzas de la flaqueza y dirigirse para averiguarlo. No era un espejismo, sino un gran lago de agua potable.

Sin embargo, mientras estaba literalmente muriéndose de sed, no se atrevía a beber agua. Ella se quedó de rodillas junto al lago, mirándolo.

Un hombre pasó montado en un camello y vio la escena. Observó los labios secos de la mujer y su notable debilidad por la escasez de agua. Y le pareció extraño que la mujer no tomara el agua que tanta falta le hacía.

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Se bajó del camello y se dirigió hacia la mujer para preguntarle: «Señora, por qué no bebe un poco de agua?»

Ella miró al hombre con una expresión de angustia en su rostro y con lágrimas en los ojos. La mujer le dijo al hombre: «Me estoy muriendo de sed, pero aquí hay demasiada agua y no creo que pueda beberla toda».

El transeúnte sonrió, se agachó, cogió un poco de agua con las manos y le dio de beber a la mujer. Le dijo: «Señora, debe entender que no tiene por qué beberse todo el agua para saciar su sed. Simplemente debe tomar un sorbo para saciar su sed. Y luego, si lo desea, otro sorbo».

Y hasta aquí esta historia que estoy seguro de que a muchos lectores les ha parecido estúpida, así como estúpido el comportamiento de esta señora que muerta de sed no bebía agua.

Y sin tan estúpido es el comportamiento de esta mujer y la historia, ¿por qué somos tan estúpidos?

Lo que le ocurre a la mujer de esta historia imaginaria es lo que a la mayoría de nosotros nos ocurre muy a menudo. Cuando pensamos en objetivos, no pensamos en el pequeño sorbo, sino que intentamos imaginarnos si podremos bebernos todo el agua del lago o no, es decir, pensamos en el resultado, y no en las pequeñas acciones.

Asimismo, es muy probable que una persona con muchas ideas en la cabeza, acabe más paralizado que aquella persona que sólo tiene una idea, porque el segundo, no tiene mucho donde elegir.

(Ver: Cómo evitar la dilación o la procrastinación)

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Enfócate menos en el futuro, y más en el presente.

Nadie puede predecir con exactitud lo que será o lo que acabará haciendo en un futuro. Tanto si pensamos en el pasado como si nos obsesionamos con el futuro, estamos provocando un bloqueo y un estrés innecesario. Céntrate en el primer paso que debes dar ahora, en el primer sorbo.

Si tienes sed de éxito, y te centras en el primer sorbo, lo disfrutarás. Si piensas en beberte toda el agua del lago, acabarás empachado antes de probar el primer sorbo.

Es por eso que se suele decir que debemos disfrutar del viaje, y no sólo de la llegada a nuestro destino.

En ocasiones no sabemos exactamente hacia dónde vamos, pero si estamos tomando sorbos de agua, estamos saciando la sed.

Si tienes muchas ideas en mente, y no sabes por dónde comenzar, es sencillo: comienza por una de ellas. Da ese primer paso. Como dice Warren Buffett, la mejor forma de comerse a un elefante, es bocado a bocado.

Y si tienes miedo de fracasar en el intento, recuerda la pregunta que debes hacerte: ¿Qué haría si no tuviera miedo de fracasar? A menudo, ahí tienes el primer sorbo.

¿No sabes exactamente cómo hacerlo o no tienes aún toda la experiencia? Entonces, enhorabuena, pues eres como cualquier persona que en sus días inició algo (un negocio, una carrera…) Se aprende mucho más caminando que leyendo sobre cómo se camina. Claro que si compaginas las dos cosas, acabarás siendo un experto caminante.

Así que… ¿dónde vamos a dar el siguiente sorbo?

Ver: Estos hermanos fundaron un negocio de 100 millones gracias a esta pregunta que su madre les hacía cada noche

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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