Primero y ante todo, antes de invertir sea en el tipo o vehículo de inversión que sea, debemos conocerlo a la perfección, del mismo modo que debemos conocer las alternativas. Igualmente debemos saber hacia dónde nos conduce la inversión y si ésta es acorde a nuestro propósito. Me explico: Todos sabemos que existe renta fija y renta variable. La renta fija (depósitos a plazo fijo, deuda soberana…) es una forma de generar un «poquito» de rendimiento a nuestros ahorros, aunque según el interés que se pague en ese momento, puede que únicamente nos sirva para luchar contra la propia inflación.
Ahora bien, si lo que quieres es hacerte rico o tener un alto poder adquisitivo a 10/20 años vista, la renta fija solo nos servirá por un tiempo, mientras nos formamos en la inversión. Jamás conseguirás hacerte rico sin asumir riesgos. No obstante, veamos todos los puntos que debes analizar antes de lanzarte a la inversión.
1. ¿Qué tolerancia al riesgo tienes?
Muchos inversores «meten la pata» en este aspecto, y es que invierten sin conocer su tolerancia al riesgo. Hay dos tipos de tolerancia al riesgo:
- La financiera o económica: Debes conocer con exactitud cuánto dinero puedes permitirte perder, e invertir únicamente el dinero que, o bien no te va a hacer falta durante los próximos 5 años, o bien podrías perder, ya que aún no siendo lo común, debes saber que siempre hay un riesgo de perderlo todo. En caso de que se de el escenario de perderlo todo, debes haber invertido un dinero que una vez perdido, no afecte a tus finanzas en el día a día. No obstante, aún haciendo las cosas medianamente mal, la probabilidad de que esto ocurra es prácticamente nula.
- La psicológica o emocional: Aún pudiendo permitirte perder ese dinero, ¿La inversión te va a quitar el sueño?. Hay que estar pendiente de los mercados, pero no obsesionados. Hay gente que una vez cierra el mercado, ante una noticia negativa que ve en televisión, ya está preocupado y sin poder dormir toda la noche esperando al día siguiente. Por tanto, ¿serás capaz de llevar una vida normal una vez que inviertas?. Debes conocer los mecanismos de protección que existen en bolsa, como los famosos Stop Loss, para cortar una pérdida, claro que esto nos lleva al siguiente punto.
2. ¿Eres un inversor de corto plazo o de largo plazo?
Importante definir este punto, pues esto lo cambia todo en la forma de invertir, en los valores a elegir y el momento de entrada en el mercado. Podríamos definir a los inversores en tres tipos:
- El Trader: Este inversor vive la bolsa día a día. De hecho, sus operaciones en bolsa son en intradía (no se queda con acciones para el día siguiente). Ya hablamos de las desventajas de este tipo de inversión y explicamos que el 90% de los traders, básicamente pierde dinero. Pero tienen una cosa muy buena, y es que ganen o pierdan, duermen bien por la noche, ya que al no tener acciones, nadie se la juega mientras duerme.
- El inversor sin definir: Este inversor puede ser de corto o largo plazo. Busca las ganancias a corto plazo, y en cuanto tiene una rentabilidad que considera suficiente, vende las acciones. En ocasiones le sale mal la inversión a corto plazo y no tiene más remedio que pasarla a largo plazo.
- El inversor de largo plazo: Cuando un inversor de largo plazo está curtido en finanzas, analiza varias compañías, sus análisis técnicos, fundamentales y proyección de futuro. Del mismo modo analiza si le compensa más elegir una compañía que pague buenos dividendos, o por el contrario una compañía muy castigada o que está comenzando. No está preocupado por las noticias del día a día y no suele importarle que la empresa en la que invirtió pierda un 15% este mes, sobre todo si tiene claro que dentro de 3 años, existe gran probabilidad de que la compañía multiplique su valor. Del mismo modo suele hacer una diversificación en varios valores o diferentes productos de inversión (bolsa, materias primas y divisas).
3. Un mínimo de conocimientos.
Como decía al principio, qué menos que conocer el vehículo de inversión que vamos a usar. Nadie debería invertir sin tener unos mínimos de conocimientos. Aprende a distinguir entre un fondo de inversión y un fondo cotizado, conoce cómo afectaría una situación concreta a una acción. En ocasiones he escuchado decir a gente (aunque suene a broma): «He invertido en la compañía **** ya que mañana va a hacer una ampliación de capital». Comprar acciones sin saber que una ampliación de capital diluye el precio de las acciones es como ir a cazar jabalíes con un tirachinas.
Con respecto a los puntos mencionados arriba, también puede ocurrir que una inversión nos quite el sueño porque no hicimos una buena inversión, y en el fondo sabemos que hemos hecho una mala elección. Por suerte, en bolsa puedes corregir ese error en el momento que desees, ya que un principio de la inversión es que si una acción no se comporta como tenías pensado, no alargues las pérdidas si tu intención no es mantenerla a largo plazo. Del mismo modo, nunca vendas una acción alcista únicamente porque consideres que está cara. Coloca un Stop dinámico (se va ajustando al precio conforme va subiendo) y de esta forma, que sea el propio mercado el que la vende ante un indicio de cambio de tendencia.
Debes saber el riesgo que asumes según el momento en el que entras al mercado. No es lo mismo entrar en un mercado alcista que en un mercado bajista, ya que aún siendo un inversor de largo plazo, ¿por qué dejar de ganar un 20% por no esperar unos meses más?.
Voy a hacer una continuación de este artículo para aquellos que tengan pensado invertir a largo plazo, pues este tipo de personas necesitarán algunas aptitudes distintas. Repito que a día 19 de septiembre de 2012 no considero que sea momento de estar en la bolsa, y es por eso que cuando la bolsa se desplome nuevamente, ya podremos aplicar otro tipo de estrategias para coger el mercado alcista (y a largo plazo si es lo que queréis)