Hacks de vida

La disciplina del NO

no - mujer dice no

Según el diccionario de la Real Academia Española, el idioma español tendría alrededor de 100.000 palabras. Entre ellas podemos encontrar palabras muy difíciles de pronunciar, como pueden ser Pneumonoultramicroscopicsilicovolcanoconiosis ( término médico para referirse a una enfermedad de los pulmones causada por la intoxicación con sílice) o Hipopotomonstrosesquipedaliofobia (nombre que recibe la fobia a pronunciar palabras difíciles), pero la palabra que más trabajo nos cuesta pronunciar es una palabra tan sencilla y simple como NO.

La dificultad o miedo a pronunciar esta palabra ha provocado más malestares emocionales y económicos que cualquier otra palabra. Y es que decir que NO, en ocasiones, puede provocar que otra persona se sienta decepcionada con nosotros; incluso enfadada. Es más, te puede costar una amistad o hacerte sentir mal por haber pronunciado la dichosa palabra. Y es por eso que esta palabra requiere en muchos casos de un esfuerzo consciente y de la asunción de consecuencias.

La disciplina de saber decir NO.

Decir No es un arte, un arte que no todo el mundo domina y que deberíamos aplicar con maestría. Conforme comienzas a sentirte cómodo pronunciando esta palabra, tu calidad de vida mejora; tu salud mental mejora; también lo hace tu autoestima. Y si por decir que no, alguien se va a sentir molesto o enfadado, a ti te debe importar un carajo, pues si dices que sí aún queriendo decir que no por el hecho de complacer a otros, estarías complaciendo a todo el mundo salvo a ti mismo.

¿Cuántas veces has dicho que sí a planes que no te apetecían por el simple hecho de complacer a alguien? ¿Cuántas veces has dicho que sí a un vendedor debido a su insistencia para venderte algo que en realidad no necesitabas? O lo que es peor, ¿Cuántas veces has dicho sí a esas vacaciones o ese pequeño lujo que sabías que no te podías permitir? El miedo a decir NO a otros acaba afectando a nuestra propia fuerza de voluntad para decirnos a nosotros mismos que NO en algunas áreas de nuestra vida.

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Por tanto, ya tendríamos que la dificultad para decir que NO sería una consecuencia de baja autoestima cuando se trata de aplicarlo con los demás y, al mismo tiempo, iría restando fuerza de voluntad en nuestra propia vida.

¿Cómo aprender a decir que no?

Aunque parezca una chorrada, ésta es una cuestión muy común en consultas psicológicas, pues existen muchas personas que no son capaces de decir que no, y después se sienten extremadamente culpables por ese deseo inconsciente de satisfacer a los demás aunque sea a costa de perjudicarnos a nosotros mismos.

Y en este sentido, podemos coger dos caminos. Uno sería la terapia larga donde en primer lugar se trabajaría en tu autoestima y esa necesidad ilógica de complacer constantemente a los demás, y por otra parte, tendríamos el camino más rápido, que es reconocer que tienes este problema y comenzar a tratarlo como hacemos con otros muchos retos o miedos: incorporar el hábito aunque duela al principio, hasta convertirlo en un mecanismo innato de nuestra personalidad.

Simplemente, comienza a escucharte a ti mismo. La próxima vez que alguien te pida algo y estés dudando, simplemente pregúntate: ¿me apetece o no me apetece?¿Me siento cómodo haciéndolo o prefería no hacerlo? Si la respuesta es que no te apetece, aunque te cueste, aunque te duela, aunque no te sientas cómodo, di NO. Y mantente firme. Y no cometas el error de inventar excusas. Si te preguntan: «¿Por qué no?», simplemente di: «porque no me apetece». Mantente firme, aunque sientas que has sido grosero o grosera. Créeme que si has dicho que NO porque no estabas cómodo, en ningún caso has sido grosero.

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Todos hemos pasado por esto. Es difícil. Soy el primero que he hecho planes sin apetecerme o que he puesto excusas para suavizar el por qué no accedería. Pero tener el NO dentro de mi disciplina, posiblemente sea una de las cosas de las que más orgulloso estoy de haber logrado aplicarlo con maestría. Si alguien me llama para ir a la playa, de fiesta, hacer senderismo, y ese día no me apetece, sólo tengo que decir:

-No, no me apetece hoy.

-¿Pero por qué no?

-Porque no. No tengo ganas.

Antiguamente habría inventado que vienen unos primos de Italia y que no puedo atenderlos o posiblemente hubiera acabado yendo por la insistencia, pero hoy día me siento cómodo diciendo exactamente lo que quiero decir sin adornos, excusas o mentiras. No me importa que alguien se sienta molesto, ni me importa que suene grosero.

¿Fue fácil lograrlo? En retrospectiva lo pienso y, al menos en mi caso,  lo cierto es que sí. También es cierto que no tenía ese problema tan enquistado como otras personas. Pero el proceso es el mismo; comenzar a decir que no aunque te cueste hasta que te deje de costar. Ser disciplinado en este sentido hasta que forme parte de tu personalidad.

El arte de saber decir que no en tus finanzas.

Cuando se trata de administrar tus propias finanzas personales, la mayor dificultad proviene de saber decirte a ti mismo que NO. Constantemente la publicidad bombardea tu cerebro, y ya no sólo la publicidad, también tu círculo de amigos y las redes sociales nos hacen desear cosas que requieren de gastos. Y bastante difícil es ya gastar menos de lo que ganas cuando tienes unos ingresos bastante ajustados como para también tener la dificultad de decirte a ti mismo que no para ciertos gastos que no son necesidades, sino únicamente deseos.

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En finanzas es mucho más fácil aprender a decir NO, pues para ello, lo más efectivo para no tener la necesidad de aplicar únicamente fuerza de voluntad, existe el PRESUPUESTO, esa cosa tan nombrada en finanzas personales pero que la gente no toma en serio cuando en realidad, un presupuesto es la mejor herramienta financiera para guiar nuestras finanzas e inculcar disciplina financiera.

Como siempre decimos, no puedes gestionar correctamente lo que no puedes medir. Con un presupuesto, sabemos exactamente el dinero que entra, el dinero que sale y el dinero que tenemos para gastar, por lo que ante una decisión de compra, el NO y el SÍ no dependerá de tu fuerza de voluntad para pronunciar palabras, sino de tu presupuesto.

Así que… tanto si se trata de tu vida personal y emocional como en materia de finanzas personales, aprender a decir NO es una de las mejores habilidades que puedes aprender, pues en tu vida personal mejora tu bienestar emocional y salud mental, y en materia de finanzas, paga dividendos por sí solo.

Ver: 10 cosas que debes hacer para mejorar tu vida.
A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

3 comentarios

  • Y yo que pensaba que la palabra más larga era:
    FENILDIMETILPIRAZOLONAMETILAMINOMETANFULFONATO.

    Desde hace unos meses hay «un amigo» que lleva dándome la lata preguntándome cosas sobre páginas web y finalmente la semana pasada me dijo que le «ayudara» a hacer una web para su negocio… GRATIS, que era como amigo, para que aportara un granito de arena para que él aprenda.
    Le dije que NO, obviamente, le pasé unos enlaces a webs que pueden servirle y le indiqué otra donde le hacen el trabajo… cobrándole, por supuesto.
    Hace años yo era de los que no sabían decir «no», ahora me da igual, paso totalmente.
    Este «amigo» se molestó bastante y me dije «pues vaya amigo», pensará que yo no no como ni pago impuestos, y me dan gratis la luz, el agua, el teléfono, etc….

    • Lo que pasa que eso es el compuesto de la neomelubrina, por lo que va por separado (fenildimetil pirazolona metilamino metanosulfonato sódico). Aún así, es bastante jodida de pronunciar y recordar.

      Con respecto a lo otro, lo cierto es que no pasa nada por echar un cable a un amigo si es algo que sabemos hacer, pero cuando ya se requiere de una dedicación o esfuerzo considerable, algunos se pasan pidiendo en exceso.

      Me alegra verte por aquí, Amigo. Feliz año y todo eso 🙂 Un abrazo!!

      • Por supuesto, a los amigos de verdad les ayudo lo que haga falta y gratis, claro. Pero en este caso era hacerle la web completa de su negocio, aunque él dijera que era «ayudarle», realmente era hacerla yo. No puedo coger un mes de vacaciones para hacerle gratis su web. Además que él es un empresario con muchas propiedades, negocios, edificios, solares, fincas, etc. y yo soy un simple empleado «normal».

        FELIZ AÑO también para ti. Saludos.

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