Ya que las relaciones sentimentales forman parte de nuestra vida independientemente de aquello que hagamos, tanto si somos trabajadores como empresarios; tanto si somos ricos como pobres, merece que le dediquemos algo de tiempo, siempre desde nuestro punto de vista habitual, que no suele regirse por algunos viejos clichés o mitos, y contando con los consejos de los mejores profesionales en la materia.
La mayoría de las relaciones que hoy comienzan, se van a ir a la mierda en menos de 3 años, y un porcentaje muy bajo durará más allá de los 10 años. Aunque podríamos dar cientos de motivos por los que ésto ocurre en la actualidad, lo cierto es que no es el tema que nos atañe hoy.
Pero conociendo esta realidad, no podemos menospreciar la importancia de tener conversaciones de finanzas con nuestra pareja antes de dar pasos importantes. Hoy día es obligatorio desde el punto de vista financiero común. ¿Poco romántico? Puede. ¿Necesario? Sin ningún tipo de duda. Por tanto, ya publicamos «5 conversaciones sobre el dinero que debes tener con tu pareja antes de casarte«.
(Ver también: Matrimonios de hoy día: ¿Cuentas conjuntas o cuentas separadas?)
Existen muchos hábitos realmente tóxicos en las relaciones que acaban mermando la pasión y la confianza en la pareja. Y reconozco que personalmente he sido tanto artífice como víctima de algunos de ellos.
Entre los hábitos verdaderamente tóxicos que pueden enfriar la confianza en una pareja tendríamos el llevar la cuenta de los errores del pasado y aprovechar cualquier oportunidad para echarlos en cara, lo cual es la forma ideal de siempre estar retrocediendo al pasado. Y al igual que en todo en la vida, si miras únicamente hacia atrás, rara vez conseguirás seguir avanzando, que a fin de cuentas es de lo que trata una relación: avanzar y avanzar.
Amenazar constantemente la relación, sin duda, no es una buena idea, pues tarde o temprano, la otra parte tomará definitivamente la amenaza o tú acabarás cumpliendo la amenaza por tu propio ego, a pesar de que no fuera lo que realmente querías hacer. Por ejemplo, no es lo mismo decir: «Creo que tú eres poco romántic@ conmigo», que decir: «Yo no puedo estar con alguien tan poco romántic@», pues si cogemos a esa persona en un mal día, puede decirte directamente «Pues no estés conmigo. Hasta aquí hemos llegado».
Tómate la relación como una hoja de papel en la que cada disputa y cada riña provocan arrugas en ese papel, y que pase lo que pase, por más que después nos empeñemos, ya nunca podremos dejar el papel como nuevo por más que lo alisemos. Es por eso que se trata de evitar estropearlo demasiado.
De una forma más vulgar, podríamos igualar el amor con el papel higiénico, donde ambos se van acabando con cada «cagada».
¿Pero cuáles son esos hábitos que la mayoría de las parejas consideran tóxicos, cuando realmente son muy saludables?
1. Dejar conflictos sin resolver.
El psicólogo John Gottman lleva más de 30 años estudiando y trabajando sobre el terreno de las relaciones amorosas. Es el autor de «Las siete reglas de oro para vivir en pareja» y «¿Qué hace que el amor perdure?«
Únicamente viendo cómo se comportan algunas parejas, es capaz de predecir con un 90% de éxito qué matrimonios de recién casados se van a separar antes de 10 años y quiénes permanecerán juntos. Su método se basa sobre todo en ciertos hábitos de comunicación de las parejas.
Lo que Gottman dice en casi todos sus libros es que la idea de que las parejas deben comunicarse y resolver todos sus problemas, es completamente falsa. Y si lo haces de esa forma, fracasarás con tu pareja.
Para ello, Gottman investigó a miles de parejas felizmente casadas durante más de 40 años, y la mayoría de ellas, tenían algo en común: asuntos sin resolver, problemas no resueltos con los que llegaron a luchar durante años. Mientras tanto, las parejas que se esforzaron por solucionar todos sus problemas y batallas, acabaron yéndose al traste.
Y la explicación a este hecho es muy sencilla. Si te centras en resolver todos y cada uno de los problemas, estás centrando toda tu relación en lo negativo de la pareja.
Se dice que el amor nace cuando vemos las virtudes de la otra persona, pero se forja cuando somos capaces de seguir una vez que vemos todos los defectos.
Todas las personas tienen defectos y virtudes. Si únicamente te centras en los defectos, obviando las virtudes, esa persona no te gustará. Siempre y cuando no hablemos de defectos graves tipo asesino en serie, maltratador, etc…
Las parejas que han tenido éxito en sus relaciones entienden que los conflictos son inevitables y que siempre habrá cosas que no les gusten de sus compañeros sentimentales, pero al mismo tiempo, entienden que no hay necesidad de cambiar a la persona para poder amarla.
Según Gottman, tratar de resolver los conflictos, puede provocar que se generen más conflictos de los que se solucionan. Y algunas batallas, no merece la pena lucharlas, porque no hay un ganador. Por el contrario, puede haber dos perdedores.
2. Estar dispuesto a herir sus sentimientos.
¿Cómooooooo!!!!? Herir los sentimientos de tu pareja puede ser lo más contraintuitivo en consejos para relaciones de éxito, pero lo cierto es que tiene su base dentro del sentido común.
En este caso, es Mark Manson, autor de Models, el que nos explica la importancia de herir los sentimientos de tu pareja antes que no ser sincero.
Supongamos que tu pareja, tras estar 4 horas frente al espejo, arreglándose, peinándose y maquillándose, se encuentra en uno de esos días en los que no ha sabido conjuntarse bien, o se ha puesto un vestido que, en realidad, oculta toda su belleza haciéndole perder las formas, haciendo que parezca más gorda (cuando su silueta es perfecta) o, sencillamente, ha elegido una imagen que queda demasiado vulgar y, por tanto, no es adecuada para ella.
«Tu pareja intentará cambiarte. Y una vez que lo haya logrado, ya no le gustarás»
- Una relación es para disfrutarla, y no para sufrirla.
- Todas las personas tenemos imperfecciones, y no podemos obligar a nuestra pareja a cambiar ciertas cosas, por lo que debemos elegir a alguien con cuyas imperfecciones podamos vivir e incluso apreciar.