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10 palabras que debes borrar de tu vocabulario en la empresa, entrevista de trabajo y negocios en general.

A menudo y en distintas situaciones solemos usar palabras que sirven como relleno o que adornan una frase. Cuando hablamos de las técnicas de lenguaje corporal, explicamos cómo inconscientemente lanzamos «mensajes verbales o no verbales» que a su vez son percibidos también inconscientemente por la otra persona, pudiendo dar lugar a estropear una negociación, una entrevista de trabajo, o en general, cualquier acto en el que empleemos la comunicación dentro del mundo de los negocios o comparecencias de cualquier índole.

A partir de una encuesta informal de expertos en comunicación realizada por Forbes, se han encontrado 10 palabras venenosas que debemos excluir de nuestro vocabulario, pues pertenecen a una jerga que realmente no significa nada, aunque para la persona que las percibe puede significar mucho.

Estas serían 10 palabras que debes quitar de tu vocabulario

1. «Umm…»

Se suele llamar a ésto una palabra comodín que es percibida como un sonido de una persona indecisa e incapaz de expresarse. Personalmente, para mí no es una palabra comodín, sino una palabra desquiciadora, pues en ocasiones me pone de los nervios, sobre todo cuando aparece repetidamente al inicio de cada frase precedida de un largo silencio.

2. «No se puede…»

Las palabras «no se puede…», aunque suene a tópico, han sido las enemigas de grandes empresarios que demostraron que SÍ se podía, por lo que ese tipo de palabras ante un cliente que nos pide algo, deben ser cambiadas por un «no sé cómo hacerlo». Ejemplo: Si tu jefe te dice que hagas algo y le dices que no sabes cómo hacerlo, te enseñará a hacerlo. Si le dices que no se puede, quedarás como un completo idiota si otro compañero es capaz de hacerlo.

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3. «Me gusta».

¿Qué piensas de lo que te he propuesto? – Me gusta. – Cuando usamos esta palabra fuera de Facebook, por sí sola muestra pobres habilidades de comunicación. «Me gusta la idea que habéis tenido, sobre todo…», «me ha gustado bastante la parte en que…».

4. «Nunca…»

No tientes la suerte con esta palabra. Esta palabra elimina la posibilidad de una idea, por muy remota que sea dicha posibilidad. A menudo la palabra nunca es identificada con personas ingenuas. Eso sí, puede mostrar mucha seguridad cuando hablamos en pasado, pero nunca la uses cuando hables en situaciones futuras.

5. «Pero…»

La palabra «pero…» suele ir tras una explicación, y en el momento que la empleamos anula toda la explicación anterior. «Te vamos a hacer un 10% de descuento, pero…». Cámbiala por «Te vamos a hacer un 10% de descuento, y para eso…»

6. «Innovador»

Si de verdad quieres ser innovador, no uses esta palabra, pues ya está sobradamente quemada. Hoy día es la palabra más usada dentro del mundo de los negocios, hasta el punto que cuando presentan algunas ideas de negocio a un grupo inversor con la palabra «negocio innovador«, ya saben que la idea tendrá de todo menos innovación. Aconsejan los expertos eliminarla también de un currículum.

7. «Probablemente….»

En realidad la palabra probablemente no dice absolutamente nada, pues básicamente dice «no tengo ni idea». Es más, yo la uso para hablar de las acciones. Cuando digo que probablemente una acción suba, realmente quiero decir que puede que suba, pero que hay probabilidades también de que no suba, lo que resumimos en que nadie sabe si la acción subirá o bajará, pues hay probabilidades en ambos sentidos.

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Imagina que tu empresa te dice: «probablemente te paguemos este mes». Estoy seguro de que le dirías a tu pareja: «Cariño, ahorra este mes, porque probablemente no me paguen».

8. «No»

La palabra «No» probablemente sea la más odiada de todas las palabras que existen, sobre todo porque está asociada a lo negativo desde que éramos jóvenes.

-¿Sales conmigo?
-No
-Me darían un préstamo para…?
-No

Es una palabra que no debe ser usada de forma monosilábica. Siempre hay que acompañarla para que no suene de una forma agresiva: «Ojalá pudiera, aunque…», y está claro que de cara al cliente, jefe o empleado, siempre debemos adornarla de la mejor forma posible. Ejemplo:
-¿Me podrían subir el sueldo?
-Voy a estudiarlo, aunque ahora mismo va a ser difícil por la situación… (Es decir, probablemente)

9. «Etcétera»

Robert finder, experto en técnicas de comunicación, llama a ésto una «no-palabra», pues por un lado deja que la otra persona haga el resto del trabajo y por otro lado, la persona puede dejar volar la imaginación y dar por hecho algo que no has llegado a decir.

Esta palabra solía enseñarla a usar correctamente en las técnicas de venta (conjugándola con otras palabras). Cuando estés hablando de las carencias de un producto de la competencia, intenta nombrarlas todas y cada una de ellas y acaba con un Etc (así la imaginación del cliente puede que encuentre más carencias).

En cambio, cuando estamos hablando de los beneficios de nuestro producto, nunca acabes con un «Etc..». Intenta dar los máximos ejemplos significativos siendo lo más ilustrativo posible. Ejemplos:

Cuando hablamos de los productos de la competencia lo vamos a llenar de palabras prohibidas (negatividad):

  • NO tiene….
  • Pero además le falta….
  • No tiene tanta memoria, es menos luminoso que el nuestro, no tiene tanta flexibilidad, No está tan mal como otros, PERO… feo, pequeño, caro, ETC
Cuando hablamos de nuestro producto (positivismo):
  • Es más completo, además de
  • Tiene más brillo
  • Es grande, flexible, a buen precio, y además tiene correa, salta, baila, brilla, luce y MUCHAS COSAS MAS
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10. «En serio»

Si algo he aprendido de esta palabra es que suele ser usada por los mentirosos compulsivos, pues creen que usándola, hará el efecto vaselina para que la mentira entre mejor. Se intenta usar como elemento de veracidad buscando la credibilidad, pero produce el efecto contrario. Ejemplo:

-Jefe, he llegado tarde porque ha entrado un zorro en mi casa y se ha llevado las llaves del coche.
-…… (cara de incredulidad del jefe)
-En serio!!!

Y este último ejemplo es una excusa real que se emplea para llegar tarde al trabajo. En serio!! 🙂

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A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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