El rasgo de la personalidad que con mayor frecuencia conduce al éxito es la escrupulosidad, según Paul Tough, autor de «How Children Succeed«, el cual se basa en innumerables investigaciones que han asociado a las personas de éxito con este rasgo. De hecho, probablemente no exista el éxito sin este rasgo de la personalidad.
Definimos escrupulosidad como: «exactitud y cuidado que se pone al hacer o examinar una cosa y en el cumplimiento de las tareas. Sus sinónimos serían el esmero, cuidado, dedicación, exactitud, pulcritud, precisión…»
Cómo te ayuda la escrupulosidad
Una gran cantidad de investigaciones vinculan la escrupulosidad en los niños con mejores calificaciones en el colegio y en la universidad, cometen menos delitos e incluso suelen tener matrimonios más duraderos, según recoge la publicación de Drake Baer en Business Insider. Así mismo, viven más tiempo, fuman y beben menos, tienen menos accidentes cerebrovasculares y una menor incidencia de la enfermedad de Alzheimer. También suelen conservar los empleos durante un mayor tiempo y cuentan con menos fracasos a la hora de iniciar un negocio.
Suelen tener conciencia de sus actos, suelen ser organizados, responsables y planificadores. Trabajan duro en los desafíos y controlan sus impulsos.
La escrupulosidad forma parte de los 5 grandes rasgos de la personalidad que te conducen al éxito. Los otros serían la afabilidad, extroversión, neuroticismo y la mentalidad abierta.
(Leer: 7 cosas que tienen en común las personas más exitosas del mundo)
Cada uno de estos rasgos nos puede ayudar según nuestra profesión. Por ejemplo: el ser extrovertido es esencial para una persona que se dedica a las ventas.
¿Pero por qué es tan importante este rasgo?
En primer lugar, el simple hecho de planificar ya es una ventaja con respecto a la mayoría de las personas que marchan por la vida sin un plan definido. Hay personas muy inteligentes y con mucho talento que acaban fracasando.
Por ejemplo, si bien el Cociente Intelectual es importante a partir de un nivel mínimo, lo cierto es que según la psicóloga Angela Lee Duckworth, el CI no predice el éxito, sino que lo predicen las agallas y autodisciplina. No eran los estudiantes más inteligentes los que sacaban las mejores notas, sino aquellos que más se esforzaban y tenían una disciplina de estudio.
Al ser personas planificadoras, también tienen marcados unos objetivos, por lo que suelen trabajar para el cumplimiento de esos objetivos. Son persistentes, por lo que no se vienen abajo en los contratiempos. Como consecuencia, buscan todos los caminos posibles para alcanzar esa meta.
Llevan una vida organizada, un requisito fundamental para el éxito, pues así como eres en tu vida personal, eres en tu vida laboral. Una persona desorganizada en su casa, lo es en el trabajo, y por tanto suele perder más tiempo y estar más desubicado.
El ser una persona consciente es como cepillarse los dientes, y es que evita que los problemas lleguen en el largo plazo.
Una forma muy fácil de detectar quién carece del rasgo de la escrupulosidad en el trabajo se encuentra en la puntualidad. Las personas impuntuales no suelen ser conscientes de sus actos, y por tanto, tienden a llegar tarde a sus propias metas, o mejor dicho, tienden a no lograr sus metas y objetivos.
(Leer: Radiografía de las personas impuntuales)
La persona puntual es puntual porque es organizada y respetuosa.
El psicólogo Brent Roberts dice que este tipo de personas tienen siempre un plan, en el cual, incluso si fracasan, tienen otro plan para asumir ese fracaso.
Aparentemente, la escrupulosidad es un rasgo de la personalidad que abarca otros muchos rasgos, como también la resiliencia, que básicamente es tener una respuesta positiva a la adversidad y conseguir aprender una lección positiva de los fracasos.
Por tanto, inculcarle muchos de estos hábitos a nuestros hijos desde que son muy pequeños puede hacer que ese rasgo se forje en su personalidad, ahorrándole más adelante el duro camino de la modificación de hábitos adquiridos.