Cualquier persona puede ser inducida a cruzar esa permeable línea que separa el bien del mal. El engaño, la mentira, el robo, el soborno y cosas mucho peores, según el psicólogo Philip Zimbardo, no dependen tanto del carácter y educación de las personas, sino de las situaciones en que se encuentran esas personas.
Según Zimbardo, existe una altísima probabilidad de que esas personas que arremeten, critican y condenan ciertos delitos, actuarían de la misma forma de encontrarse en la misma situación del que está cometiendo ese delito. ¿En qué casos y circunstancias una buena persona haría cosas malas que nunca pensó ni planeó hacer?.
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1. Cuando las personas tienen una ideología para justificar sus acciones.
Zimbardo fue llamado como testigo experto en el juicio contra el ejército de Estados Unidos por el abuso y tortura de prisioneros iraquíes. Según este psicólogo, aquellos soldados cuya carrera era impoluta, tenían una ideología para justificar aquellas acciones. La ideología era la seguridad nacional tras el ataque a las Torres Gemelas, por lo que en sus actos, aquellos soldados creían que toda acción estaba justificada. Es evidente que cruzaron la línea que separa el bien del mal, y algunos lo reconocieron declarándose culpables.
2. Cuando a las personas se les da poder, terminan abusando de ese poder.
En 1971, Zimbardo llevó a cabo un experimento con una simulación de cárcel, donde los estudiantes universitarios desempeñaron los papeles tanto de «presos» como de «guardianes». En únicamente 6 días, los presos que pasaron a ser guardianes comenzaron a tener un comportamiento abusivo, ignorando el daño potencial que estaban haciendo y que anteriormente habían criticado.
3. Las personas que llevan uniforme o máscaras, tienden a desarrollar un alto nivel de crueldad.
La gente suele ser más agresiva cuando se sienten en el anonimato. Según Zimbardo, cuando las identidades están ocultas, la violencia aumenta. Como nadie sabe quién eres, no te consideras responsable de tus actos de forma individual. También se produce el «efecto de grupo», y es que cuando todos están enmascarados bajo el anonimato, se suele inducir temor hacia las personas que no pueden reconocerte, y por tanto, se puede llegar a perder la humanidad.
Muchos ahora estarán pensando en los abusos de policía y anti-disturbios en las manifestaciones, pero lo cierto es que el mejor reflejo de cómo el anonimato te hace más cruel, para muchos científicos sociales, se encuentra en la crueldad de los comentarios que aparecen en Internet gracias al anonimato.
4. La visión de túnel.
¿En qué momento perdemos la ética sin darnos cuenta?
Cuando Enron ofrecía bonos a sus empleados por las ventas, los vendedores se centraron tanto en el cumplimiento de los objetivos de ventas, que no se preguntaron si aquello realmente sería rentable para el cliente, ético o moral.
Lo mismo ha ocurrido con las preferentes en España, donde incluso personas de 27 años que trabajaban en un banco, han endosado productos incluso a familiares y amigos al hacer caso de las órdenes del banco.
Cuando el soborno se convierte en una práctica normal (que todo el mundo practica) y el fraude contable es «ingeniería financiera», incluso los comportamientos menos éticos, pueden parecer dentro de lo normal. Incluso el emplear apodos o eufemismos para prácticas cuestionables, puede liberar nuestra mente de connotaciones morales.
Ejemplo: no es lo mismo decir que vas a» recortar despidiendo a gente» a decir que vas a hacer un «ajuste presupuestario para ahorrar dinero a los españoles». En cualquier caso habrá despidos, pero aparentemente no suena igual.
5. Cuando las personas se sienten poco valoradas.
En las grandes empresas, cuando los empleados comienzan a sentirse más como un número o engranaje de una maquinaria que como individuos de carne y hueso con nombre, suele inducir a un comportamiento menos ético, siendo más propensos a cometer fraude o daños a la empresa a través de la negligencia.
Incluso personas fieles podrían llegar a cometer infidelidad si no se sienten valoradas por su pareja.
6. Según cómo te vea un grupo de personas, aumentas la posibilidad de corresponder a esa visión.
La forma en que se ven a las personas influyen en el comportamiento de las personas. La gente actúa de acuerdo a las expectativas que pones en ellos.
Si en una empresa los empleados son vistos con desconfianza y potenciales ladrones, es más probable que te acaben robando. Si tratas a tu hijo como un fracasado, aumentas la posibilidad de convertirlo en fracasado. Es lo que los psicólogos denominan el efecto Pygmalion.
7. Si las personas sienten que su libertad está siendo limitada por otras personas.
Cuando las figuras de autoridad comienzan a poner reglas y más reglas que cada vez aprietan más y delimitan la libertad de las personas, las personas tienden a rebelarse. Es básicamente instinto de supervivencia. En un estudio se demostró cómo las paredes de colegios e institutos en las que se puso un cartel de «No pinten en las paredes», tenían muchas más «pintadas» que las paredes que no tenían ningún cartel.
8. Cuando un entorno está dañado, la gente tiende a carecer de reglas.
Cuando la gente ve desorden y desorganización, asumen que no hay una autoridad real, creando el entorno ideal para sobrepasar los límites legales.
En este entorno desorganizado es donde se han cometido los mayores delitos económicos por parte de la banca y gobiernos. Había tal desorden y falta de control que parecía como si todo estuviera permitido.
9. Cuando las personas han sido éticas durante mucho tiempo.
Si siempre has sido ético y nunca has obtenido ninguna recompensa, es como si tuvieras un «bono canjeable» para justificar comportamientos inmorales, sobre todo si ves cómo aquellas personas que no han sido nada éticas han tenido más éxito que tú.
Es por eso muy importante que paguen los culpables del infierno financiero que se ha creado en la economía. De lo contrario estamos enviando un mensaje muy peligroso a las personas que toda la vida han sido éticas, y es que robar y sobornar podría no ser tan malo, y hasta podría tener sus recompensas.
Este es un resumen del artículo original publicado por Drake Baer, y en el que han colaborado Max Nisen y Aimee Groth, basándose en los estudios del psicólogo Philip Zimbardo. En Negocios1000 hemos adaptado, modificado y resumido parte del contenido.