El primer paso de actitud mental que debes dar en la vida es asumir tu responsabilidad de la situación actual y futura en tu vida.
La mayoría de personas se limitan a tomar decisiones fáciles y seguras, donde el miedo a lo que podría suceder acaba actuando de freno. Esos miedos son los que con el tiempo hacen que nos arrepintamos de no haber tomado otro tipo de decisiones menos fáciles y seguras, pero más acordes a lo que queríamos lograr.
«Dentro de unos años te arrepentirás de no haber comenzado hoy a provocar ciertos cambios en tu vida»
El riesgo es una parte inherente de vivir una buena vida. No se puede vivir de verdad sin asumir riesgos. Aquí tenemos una serie de riesgos que las personas inteligentes, felices y con más tendencia al éxito, asumen en sus vidas:
1. Asumen el riesgo de fracasar y ser heridos.
Siempre decimos que la única persona que nunca fracasa es aquella que nunca intenta nada. Pero eso no es del todo cierto, pues si nunca intenta nada, siempre acabará fracasando de alguna manera con el tiempo. A veces, el precio que paga una persona por no salir de su zona de confort y aferrarse a lo seguro, es la pérdida del sentido de la vida. Por regla general, las personas que no asumen riesgos, con el paso de los años, acaban arrepentidas de no haberlo intentado.
Y esto es aplicable a todas las áreas de la vida. A lo largo de la vida, probablemente te rompan el corazón, romperás corazones, harás pagar a personas por errores de personas del pasado, y probablemente te den ganas de llorar por cientos de hechos que ocurrirán en la vida.
Pero es que eso es la vida, y hay que aprender a vivir con ello.
También verás cómo pierdes a personas que pensabas que no podrías vivir sin ellas, pero acabas viviendo sin ellas y acabas encontrando personas mucho mejores.
Quédate con esta frase: «He visto con algo de paciencia a lo inolvidable volverse olvido y a lo imprescindible sobrar»
Deja el pasado en el pasado. Extrae las lecciones que puedas aprender. Trabaja en un nuevo proyecto como si nunca hubieras fracasado, y trata a tu nueva pareja como si nunca te hubieran herido.
Sólo así puedes vivir una vida con plenitud y honestidad. Debes asumir riesgos sabiendo que si el resultado no es el esperado, tendrás cientos de nuevas oportunidades para intentarlo de nuevo. Disfruta de ese proceso.
Por si te sirve de motivación y aún no viste el vídeo, aquí hablaba precisamente de eso: de cómo muchas cosas que hoy nos parecen dolorosas, mañana probablemente sepamos que fue lo mejor que nos pudo pasar.
2. Asumen el riesgo de tomar plena responsabilidad de su propia felicidad.
Cuando te haces adulto, llega un momento en que se te acaban las excusas y los culpables a quienes señalar. No es tu entorno, no es tu familia, ni tus amigos los responsables de tu infelicidad. Eres tú.
La felicidad viene de tus propias acciones y decisiones. Si crees que necesitas a otra persona para ser feliz, serás infeliz hasta que esa persona llegue, y serás infeliz cuando cuando esa persona se vaya o te defraude.
Cambia esa mentalidad. Tu pareja debe saber que eres feliz con ella, pero que también serás feliz sin ella.
¿Tus 3 últimas parejas han sido unos capullos o capullas? Es muy probable entonces que el capullo seas tú o que tengas un radar desajustado para dar con un tipo de persona en concreto. Si tomas la responsabilidad de lo que te ha ocurrido en el pasado y lo que te ocurre en el presente, sólo así podrás mejorar tu futuro.
Si nada cambias, ningún cambio se produce. Así que deja de culpar a los demás.
Deja también de poner excusas para no lograr lo que deseas lograr, de que tienes algo que no te gusta o no tienes algo que te gustaría tener. Si quieres algo, ve a por ello sabiendo que únicamente depende de ti lograrlo.
«Cuando se culpa a los demás por lo que estás pasando, niegas la responsabilidad de tu vida, y por lo tanto tu situación se hace perpetua».
Culpar a otros, poner excusas y criticar a quienes tienen lo que nosotros deseamos (envidiar) son los pasos que nos conducen a una vida llena de miseria y fracasos.
3. Asumen el riesgo de comenzar de nuevo.
Muchas personas se aferran a cosas, lugares o personas, aún sabiendo que no les hacen ningún bien. Otros hablan del pasado como si lo mejor de su vida ya les hubiera sucedido. Y no, debemos adoptar la mentalidad de que lo mejor siempre está por suceder.
Es por eso que debemos tener como prioridad el estar constantemente en la búsqueda de nuevos propósitos, metas y objetivos.
Puede que parezca difícil el cortar con ciertas cosas que tenemos en la actualidad y comenzar de cero, pero recuerda que todas las cosas fáciles, al principio fueron difíciles, y por lo tanto, todo lo difícil se acabará volviendo fácil cuando lo afrontemos de cara.
Simplemente es cuestión de comenzar a dar los pasos necesarios hacia lo que queremos.
Si algo no nos gusta, lo quitamos. Si algo no nos aporta, lo desechamos, independientemente de si hablamos de cosas o personas.
Y básicamente, esto es lo que hacen las personas inteligentes, esas personas que saben que la felicidad depende de ellos, de sus actuaciones y de las decisiones que toman. Y saben que el resultado podría no ser el esperado, pero también saben que mientras estén en movimiento luchando por lo que quieren, están viviendo en plenitud.
No tengas miedo a desechar lo que no sirve, no tengas miedo a cambiar tu vida para mejor. Ten miedo, precisamente, a todo lo contrario, porque dentro de unos años, lamentarás no haber luchado por las cosas que querías, por una vida más acorde a tus intereses.