La recuperación económica está en manos de los nuevos emprendedores. Este es uno de los mensajes. El otro mensaje es que cuando no existen suficientes puestos de trabajo, la única solución es emprender, claro que, las estadísticas de fracaso en los proyectos de nuevos emprendedores son escandalosas. El 50% de los nuevos negocios «caen» antes de 3 años. El boom de las empresas tecnológicas no tiene mejores estadísticas, pues 8 de cada 10 también fracasan.
Se suelen enumerar cientos de motivos que hacen que un negocio no consiga levantar cabeza, entre los que se encuentran: problemas de gestión de cobro y morosidad, falta de financiación, descenso del consumo y falta de adaptación a las cambiantes necesidades del mercado. No obstante, esas circunstancias son generales, por lo que habría que preguntarse el por qué en un mismo panorama, algunos negocios triunfan y tienen un éxito asombroso mientras otros pertenecen a esas nefastas estadísticas.
El primer y principal motivo por el que un negocio nuevo fracasa, sencillamente, es porque ya estaba predestinado al fracaso antes de abrir el negocio, pues es evidente que existieron factores como una falta de viabilidad del proyecto, un mal estudio del mercado, una mala estrategia, probablemente un nicho de negocio equivocado o una entrada en un mercado saturado donde nos correspondía un trozo de la tarta muy pequeño.
El factor necesidad también juega en nuestra contra, ya que si bien es cierto que tenemos la necesidad de emprender, también es cierto que esa necesidad nos hace cruzar un océano sin habernos preparado correctamente para cruzarlo.
Ante la falta de financiación, se suele recurrir a socios dentro del negocio, únicamente buscando el aporte de capital y no teniendo en cuenta otros requisitos a la hora de buscar un socio. Leer «Consejos a la hora de elegir un socio en nuestro negocio«. Parte del problema de financiación que tienen los nuevos emprendedores suele venir precedido por la mala elaboración del plan de negocio, donde no se consigue demostrar una viabilidad del proyecto o se adentran en un mercado de dudosa rentabilidad.
La falta de preparación del emprendedor en desarrollo de estrategias y captación de nuevos mercados, también es un aspecto que nos puede llevar al fracaso.
Es importante disponer de una buena idea de negocio, aunque también es importante definir correctamente si disponemos de los siguientes requisitos o capacidades: Tener un buen producto, tener un mercado amplio y, tener la capacidad, medios y conocimientos de introducir el producto en el mercado. Pocos son los emprendedores que se hacen estas 15 preguntas para evaluar su idea de negocio, y realmente es necesario.
Es necesaria la pasión e ilusión, aunque son dos factores que no sirven de nada cuando se ejecuta la estrategia equivocada, pues la pasión sin conocimiento es como la velocidad sin control (nos salimos de la carretera).
En resumen: Como siempre suelo aconsejar, cuando se piensa en crear un negocio, hay que ser lanzados, pero detenerse el tiempo suficiente hasta tener claro (y no sólo en un papel) cómo lo vamos a hacer. Definir correctamente e imparcialmente si será un negocio rentable, haciendo unos números realistas, ya que en ocasiones, por convencer a un posible inversor o banco, acabamos engañándonos nosotros mismos.
Emprender es una buena idea, es una gran opción, siempre y cuando tengamos claro el tipo de negocio y la estrategia que vamos a seguir. Artículos de interés para tí:
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