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Consejos para triunfar en los negocios. Por Louis Ferrante, capo de la mafia.

Louis Ferrante es un hombre sin estudios, aunque un ejemplo de liderazgo empresarial, ya que a los 16 años era mando intermedio del clan de los Gambino, dentro de la mafia, a los 20 tenía su propia banda y antes de los 21 dio forma a uno de los atracos más importantes de Estados Unidos. Ferrante ha cumplido 8 años de prisión y no esconde su pasado a la hora de asesorar a empresarios. Escuelas de negocios se lo rifan para conferencias y ahora presenta un libro enfocado al éxito en los negocios: «Aprenda de la Mafia para alcanzar el éxito en su empresa (legal)».

Hace algunos meses publicábamos un artículo llamado «Lo que la mafia nos enseña en los negocios«. Hoy, Ferrante nos aconseja para triunfar en una empresa sin importar el lugar que ocupes en la pirámide organizativa.


1. Si haces aquello que te gusta, tendrás vacaciones todo el año.

Ferrante nos cuenta el caso de Joe Massino, jefe del clan de los Bonano. Massino era un multimillonario que vivía oculto en Pensilvania, lugar operativo para dirigir uno de los negocios rentables del clan. Nunca fue detenido, hasta que un día, su pasión por lo que hacía, le hizo cometer un error. ¿Cuál fue el error?. Entrar a una farmacia y no pagar unas aspirinas.

Cuando le preguntaron por qué lo hizo, Joe Massino respondió: «¿Por qué pagarlas cuando me las puedo llevar gratis?.» No era cuestión de dinero, pues llevaba efectivo para comprar la farmacia entera, pero no pudo reprimirse. Le gustaba tanto su trabajo, que su jornada laboral era de 24 horas. Si esa mentalidad la trasladas a la empresa legal, demostraría el por qué Massino tuvo éxito en los negocios. No obstante, es mejor pagar las aspirinas.

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2. Una vez identifiques una oportunidad de negocio, muévete con rapidez.

Joe Puma, otro ex-mafioso era un detector nato de oportunidades de negocio, el cual aprovechó el boom inmobiliario a la perfección, aunque antes de la burbuja inmobiliaria creó otro tipo de negocio millonarios. Una navidad, Joe Puma observó el negocio de los Santa Claus. Al ver lo que ganaba cada una de las personas que se disfrazaban de Santa Claus, decidió crear una empresa de este tipo, colocando más de 200 Santa Claus en las calles y centros comerciales. Se dice que llegó a ganar más de 20,000 dólares diarios netos durante las fechas navideñas. Consejo: Siempre hay oportunidades de negocio a nuestro alrededor, pero hay que tener los ojos bien abiertos.

3. Respeto por lo que no es tuyo.

Michael Devine trabajaba para un clan de la mafia. Una vez intimó demasiado con la mujer de una persona de la organización. Apareció sin vida. En la mafia no se permiten las faltas de respeto de este tipo. Ferrante nos dice: «Hay muchos peces en el mar, busca el tuyo». Las relaciones en la empresa, ya de por sí, suelen ser problemáticas, por lo que el hecho de mantener relaciones con la mujer o hermana de un compañero, mando intermedio o jefe, puede traer graves consecuencias para el funcionamiento de la organización. Nunca se debe tolerar esa falta de respeto. Respeta la propiedad ajena.

4. Ten cuidado con lo dices, dónde lo dices, a quién se lo dices y cómo lo dices.

Ferrante asegura haber visto en demasiadas ocasiones ajustes de cuentas por simples comentarios sacados de contexto, incluso por hablar demasiado con quien no se debía, se han llegado a poner en peligro los negocios de la organización por redadas policiales.

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Nunca hables mal de un compañero ni mucho menos de un jefe. Incluso una persona que consideras de confianza puede tergiversar tus palabras y contárselo a alguien. En las empresas ocurre igual, y esos comentarios son los responsables en ocasiones de muchas disputas empresariales.

5. Controla tus gestos.

Ya hablamos de las técnicas de lenguaje corporal. En la mafia, los gestos pueden costarte la vida. Ferrante cuenta la historia de una negociación, donde se envió a un capo para negociar con un individuo que había atropellado al hijo de un mafioso. La familia quería 50,000 dólares y el individuo argumentaba que no podía pagar más de 10,000 dólares. Finalmente, el capo consiguió traer 35,000 dólares. Argumentó que notó cómo le mentía el individuo cuando le decía que no podía pagar más de 10,000 dólares y notó que decía la verdad cuando alcanzó los 35,000 dólares. Lo supo por sus gestos. En cualquier negociación empresarial, ojo con los gestos.

6. Despídete de forma elegante.

A menudo se ha dicho que una vez perteneces a la mafia, nunca se puede salir, y en caso de intentarlo, puedes acabar «desaparecido». Ferrante dice que ésto no es así, y que él abandonó la mafia recibiendo el apoyo de todos los jefes y compañeros. Nunca delató a nadie, siempre fue una persona íntegra e incluso sigue manteniendo relaciones afables con algunas personas de la organización (fuera de los negocios).

Cuando has sido una persona íntegra en la empresa, en el momento que dejas la empresa, todos te desean suerte, además de que continuarán siendo tu familia siempre, y siempre serás bienvenido. Otras personas abandonan la organización de «malas formas» y eso no está bien visto. Si se puede salir de una empresa de buenas formas, ¿por qué muchos trabajadores se empeñan en salir mal?

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7. Sé ambicioso pero no avaricioso.

Y hablamos de la diferencia entre avaricia y ambición. Ferrante argumenta que dirigir un negocio es como conducir un coche. Del mismo modo que hay que saber acelerar, debemos saber frenar en ciertas situaciones para no salirnos de la carretera. Si tu empresa abarca varias ramas de negocio y el negocio va bien, no intentes abrir más frentes en la guerra empresarial, pues tener enemigos en todos sitios, hace que tarde o temprano todos quieran acabar con tu negocio.

8. Cuidado con las ideologías a la hora de hacer negocios.

Ferrante nos pone un ejemplo. Si dos jefes de la mafia negocian un acuerdo y al subirse cada uno a un vehículo, un capo observa que el coche del otro capo suelta demasiado humo y decide romper el trato porque no le gustan las personas que no son consecuentes con la protección del medio ambiente, podría acabar en un vertedero.

Los negocios son negocios, qué más da si la persona con la que haces negocios es de izquierdas o de derechas, judía o cristiana…

Respeta el negocio, y si no te cae bien alguien de izquierdas o derechas, no le preguntes a quién vota y de esa forma evitarás que te «boten» del negocio.

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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