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Cambia la palabra «imposible» por «improbable» y notarás los resultados.

Por lógica, no hay nada imposible. En cambio, estadísticamente hay muchas cosas que son improbables o poco probables. Por definición, la palabra improbable indica que existe probabilidad. Decir que hay poca probabilidad, es como decir que hay probabilidad.

Sabiendo que hoy por hoy, lo único que es imposible (hasta donde llega mi conocimiento) es resucitar a alguien, centrémonos en aquellas cosas que son improbables o poco probables.
Es poco probable que una persona con minusvalía sea presidente de Estados Unidos, y mucho menos probable era que una persona de color fuera el presidente de la mayor nación del planeta. Improbable es que una persona con una enfermedad pulmonar sea boxeador. Es poco probable que un esquizofrénico  gane un premio nobel. 

Franklin Delano Roosevelt sabía que era poco probable que pudiera ser presidente de los EE.UU. Barack Obama, a sus 18 años pensaba que era imposible que gobernara los Estados Unidos, aunque en algún momento pensó que era poco probable, y luchó por la probabilidad, al igual que John Nash, diagnosticado de esquizofrenia, el cual fue considerado el mejor profesor que un alumno podía tener. No era el más simpático ni el más cuerdo, pero luchó por sus escasas probabilidades para conseguir ganar el premio Nobel  de Economía en 1994.

Para cualquier joven es poco probable que con una enfermedad pulmonar pueda ser boxeador, y prácticamente imposible ser campeón del mundo de Boxeo de los pesos pesados. Más bien poco probable, y si luchas por las escasas probabilidades, como hizo Mike Tyson, el tener una enfermedad pulmonar no debe frenarte.
Por tanto, si volvemos a definir los conceptos, la palabra poco probable o improbable, únicamente nos indica que existe un nivel de dificultad añadida. Las cosas que realmente valen la pena, no suelen ser sencillas, si no todo el mundo las alcanzaría. A medida que damos lo mejor de nosotros mismos, vamos  restando improbabilidad y añadiendo probabilidad.
A medida que nos esforzamos y nos enfrentamos a la dificultad, cada vez nos sentimos más cómodos fuera de nuestra zona de confort hasta el punto que llega un momento que la dificultad se iguala con la probabilidad. Ganamos seguridad en nosotros mismos gracias al duro trabajo y esfuerzo que hacemos constantemente.
Con el tiempo, el trabajo duro y el esfuerzo, nos damos cuenta de que todo es tan improbable como probable, y cuando tenemos claro que todo lo que nos proponemos depende únicamente de nuestro esfuerzo, es cuando desaparece la probabilidad e improbabilidad y nos damos cuenta de que todo es alcanzable, posible y probable.
Ahora piensa en tu situación actual, tus metas, aquello que te gustaría alcanzar. No importa lo altas que estén esas metas. No hay nada malo en que pienses que es poco probable que acabes alcanzando esas metas, siempre y cuando tengas claro que cada vez que dices que es improbable, lo que estás diciendo es que hay posibilidad de conseguirlo. La pregunta sería: «¿Qué estás dispuesto a hacer para alcanzar tus metas y objetivos?».
Ver también:  ¿Invertir en Facebook?, Análisis y opinión.
A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

1 comentario

  • Me parece muy acertada esta definición. El problema de la mayoría de la gente (me incluyo) es que no siempre se esfuerza lo suficiente, pasando de lo improbable a lo imposible.

    Excelente blog. Cada vez que leo algo me siento motivado a alcanzar mis metas.

    Carlos,Saludos desde Chile.

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