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Radiografía de las personas impuntuales. Ampliado

En la actualidad se le intenta buscar una patología a toda conducta, o lo que es igual, considerar enfermedad un hábito concreto ante la aparente imposibilidad de corregir ese hábito. Un escocés de 57 años, llamado Jim Dunbar, ha sido la primera persona en el mundo diagnosticado oficialmente con «tardanza crónica», según recogía El Confidencial. Una patología que no está reconocida por el manual de desórdenes psiquiátricos en el que se basan para diagnosticar enfermedades mentales, pero que sí podría ser la causa/consecuencia de otro tipo de trastornos.

Todos conocemos a alguna persona que llega tarde a todos sitios, independientemente del día y la hora, tanto en las reuniones de empresa como a nivel personal. Si bien hasta ahora se ha podido considerar una falta de respeto hacia los demás, en el momento que entra dentro de una patología, el impuntual pasaría a considerarse un enfermo al padecer, según el grupo de psicólogos escoceses que han diagnosticado la «tardanza crónica», alguno de esos otros trastornos:

  • Narcisismo: las personas narcisistas siempre esperan convertirse en el centro de atención, por lo que llegar tarde y tener la sensación de que algo no comienza hasta que ellos llegan, digamos que es una forma más de conseguir ser el centro del universo.
  • TDAH (Trastorno por Déficit de Atención por hiperactividad). Este trastorno ya es algo más serio y que en ocasiones termina afectando incluso a las relaciones con familia y amigos. Suelen ser más impuntuales que el resto, pero no lo hacen por falta de respeto. 
  • Impulsos inconscientes. Hay personas que suelen ser impuntuales, sencillamente porque no les es posible ser puntuales por factores ajenos a ellos, y no hablamos de poner excusas. Sobre todo debido al trabajo.
Pero hagamos una radiografía más a fondo de la impuntualidad.
Si nos enfocamos en la psicología, encontraríamos muchos psicólogos que relacionan este comportamiento con trastornos psíquicos , fobias y hasta con conductas obsesivas compulsivas. Los hay que hablan incluso de psicopatía.
Para algunos de los impuntuales, esa tardanza puede ser alguna característica más de su personalidad e incluso una cuestión muy razonable, hasta el punto de decir: «soy impuntual porque no soporto ser yo el que espere, así que prefiero retrasarme 10 minutos con la esperanza de que la otra persona ya esté allí.»
Una cosa está clara, y es que la impuntualidad puede acabar con una amistad, con una relación de pareja e incluso puede terminar en un despido en la empresa.
El psicólogo mejicano Mariano Lechuga, llegó a distinguir hasta 6 personalidades de la impuntualidad en esas personas que siempre llegaban a tarde a todos sitios: el justificador, el productivo, el que posterga, el evasivo, el rebelde y el que lo asume.
1. El rebelde.
Como todo acto de rebeldía, esta persona llega tarde por el simple hecho de no cumplir las normas establecidas, e incluso le da igual si los demás se enfadan. Es más, hay muchas posibilidades de que llegue tarde con ese propósito. 
2. El productivo.
Esta persona es impuntual por obligación, ya que siempre tiene algo más que hacer. Es esa persona, a menudo muy competente en su labor que todo el mundo quiere su ayuda, por lo que realmente es una persona tan ocupada que exprime hasta el último minuto de su tiempo. Es esa persona que si ha quedado con su pareja a las 10 de la noche, y se prepara para salir por la puerta, otro compañero le pide ayuda para acabar algo, y finalmente debe retrasarse.
3. El justificador.
Esta persona es ampliamente creativa en sus excusas para llegar tarde a cualquier sitio. Probablemente impuntuales de este tipo son los que han creado el manual de las mejores excusas para llegar tarde al trabajo.
4. El postergador.
Esta persona siempre lo deja todo para el último momento. No suele ser ordenado ni suele programar sus tareas. Es un adicto al estrés y se aburre con facilidad, por lo que sólo concibe inconscientemente su utilidad como trabajador si siempre va estresado a todas partes. Eso sí, es el que espera hasta el último minuto para decirte que se va a retrasar.
5. El impuntual confeso.
Reconoce que tiene ese defecto, e incluso reconoce que es una molestia para los demás, pero asegura y afirma que no puede cambiar eso por más que lo ha intentado, y finalmente ha llegado a la conclusión de «soy así, me tomas o me dejas con mis defectos y virtudes«. Y lo cierto es que es que este tipo de indisciplinados también suelen ser los mayores genios dentro de su campo, por lo que incluso las empresas asumen este defecto al considerar que no es tan grave.
6. El evasivo.
Sencillamente piensa que tampoco es tan grave llegar tarde, que hay cosas peores.
¿Es falta de educación, enfermedad, trastorno, un hábito incorregible….?, ¿cuál es tu impuntual favorito?
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A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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