El multimillonario Richard Branson ha lanzado sus primeros consejos para este nuevo año 2014 en su blog corporativo de Virgin. Haciendo uso de una frase de la autora Nora Roberts: «Si no das un paso adelante, siempre estarás en el mismo lugar», Branson insiste en la importancia de saber con exactitud hacia dónde queremos ir este año.
Imagen: Virgin/Richard Branson |
«Toma tiempo para pensar acerca de cómo cambió tu vida en 2013 y la forma en que te gustaría que cambiara en 2014…..»
«… aunque cualquier momento es bueno para hacer cambios positivos, el nuevo año siempre parece ser el momento más oportuno para realizar cambios y pensar en un nuevo comienzo….»
«…No importa cómo de grandes o pequeños sean tus planes, pues merece la pena considerar todos ellos.»
Confucio dijo en una ocasión que «Todo viaje de 1.000 millas comienza con un pequeño paso». Al hacer un pequeño cambio, éste podría tener un profundo efecto positivo en las vidas de otras personas así como en tu propia vida, tanto si hablamos de vida personal como de vida profesional.
«Permítete un momento para reflexionar sobre algunas cosas que esperas lograr a finales de 2014 y cómo vas a alcanzarlas..»
No importa si estamos hablando de hacer más ejercicio, comer menos galletas o iniciar tu propio proyecto empresarial. Ambas cosas se consiguen de la misma forma y en las mismas fases: 1. primero tomamos la decisión de mirar hacia un objetivo concreto, y 2. Hacemos lo necesario para alcanzar ese objetivo.
«Si en anteriores años ya has tenido problemas para cumplir tus objetivos, intenta ponerlos por escrito a la vista, poniéndolos en el frigorífico, en tu ordenador…»
Si eres constante, cuando quieras acordar estarás elaborando una nueva lista más ambiciosa para 2015.
Básicamente Branson nos viene a decir que hay que tener más objetivos que deseos, pues deseos es… desear que algo suceda y esperar que ocurra. Objetivo es desear algo y partir con la premisa de que somos nosotros los que debemos tomar acción para que ocurra.
Probablemente los deseos nos den felicidad en el corto plazo por aquello de la esperanza y la magia del nuevo año, pero a largo plazo, los deseos crean las mayores frustraciones cuando nos damos cuenta de que era una cuestión de azar, y éste no estuvo de nuestra parte. En cambio, cuando luchamos por alcanzar un objetivo, a veces lo conseguimos y otras veces aprendemos del por qué no lo conseguimos.