Un par de emprendedores venden su idea por 19.000 millones de dólares (WhatsApp), mientras otros rechazan una oferta de 3.000 millones (Snapchat). Un mocoso desde su habitación crea un negocio de 1.000 millones de dólares (David Karp de Tumblr), mientras que otros muchos estudiantes abandonan la universidad para darle forma a sus ideas millonarias.
Mientras tanto, tú estás devanándote los sesos buscando una buena idea que te haga triunfar, pues al fin y al cabo sabes que necesitas eso: una buena idea de negocio, ¿verdad?. Pues no. Según Chris Dixon, socio de la firma de capital de riesgo Andreessen Horowitz, lo que necesitas no es una buena idea, sino una idea que suene espantosamente mal. Él mismo vendió una pésima idea a Ebay por 80 millones de dólares hace años. El «truco», muy bien razonado a continuación, es muy lógico.
Necesitas una idea que la mayoría de la gente no pueda ver, salvo tú mismo.
La teoría de Dixon, expuesta en Business Insider, es que las mejores startups son buenas ideas que se parecen a las malas ideas. Si una idea parece una buena idea, estás perdido, ya que las grandes empresas estarían trabajando en ella. Y esas empresas tienen mucho más dinero, recursos y trabajadores.
Por ejemplo, imagina que trabajas en una batería mejorada para smartphone. Sería de ilusos pensar que Apple o Samsung no la tengan ya preparada, y en cambio, por no incrementar el precio en el producto o romper la línea de fabricación, hayan decidido dejarla apartada. Tú inviertes con ilusión en tu super-batería, Apple ve la amenaza, y decide sacar sus Smartphone con la batería que tenían aparcada. Y lo hacen antes de que puedas ganar un solo euro.
Hay que perseguir las ideas que por algún motivo otros no persiguen.
Dixon pone el clásico ejemplo de Google. Cuando se creó Google, se le ofreció a Yahoo, pero Yahoo pensó que un buscador no era un buen negocio y que sería una pérdida de tiempo. Irónicamente, Google se ha comido a Yahoo.
El ejemplo de Airbnb, una idea que se tachó como una locura, pues eso de meter a extraños en tu casa… pero Airbnb ha demostrado tener un modelo de negocio rentable y sólido. Y continúan en expansión.
Uno delos motivos por el que las buenas ideas se parecen a las malas, según Dixon, es porque solo los apasionados aficionados están trabajando en ellas, y ellos no tienen grandes empresas con gigantes departamentos de I+D como Apple y Google.
También se ven como malas ideas porque suelen ir en contra de las normas sociales o de lo aceptado hasta el momento. Digamos que se mueven en el terreno de lo desconocido, y lo cierto es que la innovación asusta tanto a inversores como en un principio a los usuarios finales.
¿Cómo encontrar esas buenas ideas que se parecen a las malas?
Según Dixon, un emprendedor debe dejar de seguir las tendencias de la industria y llegar a esas ideas por encontrarse con problemas. Las mayores ideas de negocio han nacido de emprendedores que personalmente se encontraron directamente y por experiencia con un problema. En la solución a ese problema se encontraba la oportunidad de negocio. Y esas soluciones no siempre sonaban de forma elocuente.
Claro que habría que dibujar una línea muy fina entre lo que es una buena idea que se parece a la mala y una idea que parece mala porque realmente es pésima. Al otro extremo tendríamos a Theo Paphitis, el cual te aconseja que no pierdas el tiempo buscando ideas originales e innovadoras, pues él no ha tenido una idea original en toda su vida. Su secreto, dicho por él mismo era copiar ideas de los demás y ejecutarlas mejor.