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Negocios y carrera: la enorme diferencia entre movimiento y acción.

Muchas personas confunden el trabajo duro con el trabajo inteligente. Del mismo modo, se llega a confundir el estar activo (en movimiento), con ser una persona de acción. Y no es únicamente un error de interpretación de léxico, pues lo cierto es que incluso las personas más inteligentes pueden llegar a pensar que están haciendo algo productivo, cuando en realidad, eso que están haciendo no producirá ningún resultado por sí solo. Eso es estar en movimiento. Otro tipo de comportamientos sí que nos darán un resultado (positivo o negativo). Y eso es tomar acción.

Pongamos varios ejemplos:

Si yo me siento en mi escritorio, y saco 10 ideas para escribir un artículo, realmente estoy trabajando, pero no estoy produciendo. En cuanto me pongo a escribir el artículo, estoy tomando acción.

Si compro 10 libros de bolsa y asisto a varios cursos de inversión, estaré aprendiendo conceptos, pero hasta que 1€ de mi bolsillo no caiga en el mercado, no estaré invirtiendo.

Si me decido a montar un negocio, busco información, busco locales, miro proveedores, comparo precios, analizo a mi competencia, etc… estoy dentro de lo que se aconseja hacer antes de lanzarme a abrir mi propia empresa. Pero es movimiento, no acción.


¿Dónde está el problema con estos conceptos?.

El problema, realmente es que la mayoría de personas se adaptan a esta zona engañosa de estar en movimiento, pues inconscientemente sienten que están haciendo algo útil, pero pasan demasiado tiempo en esta zona que aparentemente no es la zona de confort.

Pero en realidad, sigue siendo la zona de confort hasta que no decidan pasar a la acción. Algunos se auto-engañan alargando esta fase, porque realmente tienen miedo de tomar acción. Nunca vas a encontrar el éxito o el fracaso en la «zona de movimiento», pero en cuanto pases a la acción, abrirás una puerta hacia un inminente resultado, y acabarás encontrando el éxito o el fracaso en tu proyecto.

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Es como si permanecer en esa zona nos hiciera sentir que estamos progresando, pero con la ventaja de que no estamos corriendo el riesgo de fracasar.

Y tendemos a la dilación: «Ya lo tengo casi listo…. estoy ultimando detalles para ponernos en marcha el mes que viene, en cuanto tenga algo de más tiempo». El problema es que algunas personas llevan pronunciando esas palabras durante años.

Si alargas la zona de movimiento, por regla general no iniciarás nada. Tu proyecto morirá en tu mente, y en cierto modo te sentirás feliz, pues has evitado la posibilidad de fracasar en él.

Y ese es el único motivo por el que no nos decidimos a pasar a la acción. Nuestra retorcida mente está intentando aplazar el fracaso.

¿De qué forma se puede evitar perder tiempo en movimiento y pasar a la acción?

Hay que poner fechas límite.

Esto puede parecer una tontería, pero desde hace tiempo me acostumbré a poner fechas límite a todos mis proyectos, obligándome a mí mismo a cumplir.

Debes hacerte la idea de que eres un estudiante que debe aprobar un examen. Si nos hubieran dado a elegir, hubiéramos retrasado la fecha del examen tanto como nos hubiera sido posible. Pero al tener una fecha fijada, el examen llega sí o sí, por lo que ese día tendrás un aprobado o un suspenso. Y nada puedes hacer para evitarlo, salvo estar preparado para ese día.

Hay que dar pasos.

Una vez sabemos que el movimiento no es acción, debemos dar pasos hacia la acción. Algunos lectores me han comentado algunas ideas de negocio que tenían en mente, y que iban a buscar financiación para esa idea.

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Me satisface poder decir, que algunos de ellos ya están en marcha (y no porque hayan encontrado financiación), mientras que otros aún están «en movimiento».

Y es que, por poner un ejemplo, si tienes una idea de negocio tecnológica, y no consigues financiación, debes tomar acción sin financiación y crearla aunque sea trabajando mucho más. Es lo que denominábamos la estrategia Seinfeld, donde cada día vamos a poner un ladrillo, hasta que ladrillo a ladrillo el muro se construya. Es decir, hay que comenzar a construir. incluso haciéndolo de esta forma, puede que nos sea más fácil encontrar financiación.

(Leer: Cómo comenzar tu idea de negocio si no tienes dinero al principio, y conseguir que funcione)

Y por regla general, hay que fijarse más en el sentido común una vez sabemos lo que es movimiento y acción.

No tengo clientes en mi negocio: Blanco y en botella. No asistas a clases de marketing empresarial. Sencillamente, mueve el trasero y sal a buscar clientes.
En resumen: debes analizar si cuando estás preparándote para algo, llevas tiempo en la preparación recomendada y necesaria, o si por el contrario, estás cayendo en la trampa subconsciente de retrasar la toma de acción por el miedo a fracasar.

Hay mucha diferencia entre sentirse útil y estar haciendo cosas útiles y eficientes. Básicamente, estar en movimiento es usar energía sin obtener resultados. Acción es transformar esa energía en un resultado.

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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