En algún lugar de nuestra genética, el ser humano debe conservar algunos instintos que en sus días nuestros antepasados usaron para evitar ser presas de osos gigantes y todo tipo de animales salvajes y depredadores.
Nuestros antepasados sobrevivieron a ello, pero el ser humano, a pesar de que ahora no corre peligro de ser atacado por un oso o un león (al menos no todos los días), sigue buscando «fantasmas» a los que temer.
El miedo también ha evolucionado hasta el punto de que ahora no se usa para sobrevivir, sino para frenar nuestra superación. Ese miedo y ansiedad que antes teníamos en la jungla, en la actualidad aparece cuando se trata de la búsqueda de aprobación por parte de los demás y del qué dirán si fracaso en algo.
Imagen: Planeta Curioso. |
El miedo y la ansiedad únicamente nos sirve hoy día para sabotear nuestro éxito en cualquier campo, por lo que usando una recopilación de Drake Baer, aquí tenemos algunos consejos que hemos adaptado al mundo de los negocios y las ventas para superar esos miedos tanto si hablamos de nuestros instintos emprendedores como de nuestra supervivencia en la jungla laboral, así como en una presentación o negociación.
1. Respira profundamente. Eso le indicará a tu sistema nervioso que puede relajarse.
Supongo que habrás observado que cuando alguien está entrando en pánico, se le suele aconsejar que respire profundamente. La eficacia de este sencillo consejo está avalada por la ciencia, y es que la respiración diafragmática profunda se usa para reducir la ansiedad, activando la respuesta de relajación del cuerpo humano.
Respirar profundamente, ayuda al cuerpo a alejarse de la respuesta de lucha o huida del sistema nervioso simpático para pasar a la respuesta de relajación del sistema nervioso parasimpático.
Es similar a lo que comentábamos sobre engañar a nuestro propio cerebro masticando un chicle para evitar los nervios, donde el cerebro, al identificar que estás comiendo, envía una respuesta de relajación al entender que nadie en mitad de una persecución se pone a comer. Es decir, respira hondo y masca chicle ante una situación de estrés, ansiedad o pánico.
(Leer: 6 consejos para hablar en público del campeón mundial de oratoria)
2. Exponte poco a poco a las cosas que temes.
El ser humano puede sentir miedo hacia cosas que nunca ha hecho y en las que será evaluado, siendo nosotros nuestros mayores críticos. ¿Quieres sentirte cómodo en una negociación?, ¿quieres sentirte cómodo en una presentación o en una actividad pública?, los psicólogos recomiendan la terapia de exposición por fases.
Supongamos que te dan miedo los perros. Una forma de perder el miedo es comenzar por tener a un cachorro cerca de ti, pasando después a acariciar al cachorro. En ese momento, el acariciar a un perro ya no es algo desconocido para ti. Luego hacemos lo mismo con un perro más grande, y a base de exponernos al contacto con el animal, el miedo tiende a desaparecer.
Lo mismo ocurre con el resto de facetas. Y es que si quieres aprender a negociar, puedes comenzar con pequeños clientes de cuantía insignificante hasta que te sientas cómodo, y ya puedas pasar a una gran cuenta.
Incluso los que tenemos ya una dilatada experiencia en ventas, cuando comenzamos con un producto desconocido, no nos lanzamos directamente a un gigante hasta no dominar perfectamente lo que estamos vendiendo. Claro que incluso con el tiempo te das cuenta de que la venta depende mayoritariamente de ti, y no del producto en cuestión.
3. Busca el apoyo social.
Las personas con buenos amigos son capaces de superar mucho mejor algunos «traumas» que puede provocar un divorcio, pérdida de empleo o un evento doloroso.
Claro que no hay nada mejor para perder el miedo a una actividad como rodearte de personas que cada día se dedican a esa actividad. Es decir, si quieres iniciar un negocio, te ayudará el rodearte de personas que tienen su propio negocio, pues nuestra propia mente pensará: «si ellos pueden, yo también puedo». Lo mismo ocurre si quieres perderle el miedo al paracaidismo. Rodearte de paracaidistas o saltar acompañado de un instructor, aflojará esos miedos y te dará el ánimo necesario para saltar.
4. Volvemos a nombrar la importancia del ejercicio para el miedo, estrés y ansiedad.
Hacer ejercicio ayuda al cerebro a liberarse de la depresión, gracias a las endorfinas que producimos. También ayuda a tu sistema inmunológico. Aumenta la temperatura corporal y ayuda a las personas a que se calmen.
En definitiva, te ayuda a sentirte mejor, y por tanto más alejado de sensaciones de estrés y ansiedad, que son dos sensaciones asociadas a los miedos.
5. Canaliza la energía que produce la ansiedad y el estrés para algo positivo. No la destruyas.
Un viejo estudio de Harvard encontró que la mejor forma de trabajar con la ansiedad no es mantener la calma, sino convertirlo en una emoción.
La emoción produce excitación. ¿Y el estrés y la ansiedad?, producen también excitación, pero es mejor sentirse emocionado que estresado.
Dicen que la energía ni se crea ni se destruye, por lo que si estás ansioso y estresado para una presentación, canaliza esa energía para ser activo y sentirte vivo. En los experimentos que llevaron a cabo, descubrieron que la gente que conseguía convertir la ansiedad en emoción, solían ser mejores oradores.
(Leer: Técnicas para ser un buen orador en reuniones y presentaciones)
6. No te centres en el cuadrado pequeño. Mira el cuadrado grande.
A menudo, los sentimientos de estrés y ansiedad, así como los miedos, se deben a que nos centramos únicamente en una cosa individual que nos provoca este sentimiento, y que a su vez, acaba contagiando todo lo demás.
No mires únicamente un problema. Mira todo lo demás que tienes alrededor. Se suele decir que todas las personas, si sabemos buscar, encontraríamos al final del día más motivos para agradecer que para reprochar. Las depresiones se abren paso cuando nos cuesta trabajo encontrar esos motivos para agradecer.
Todos tenemos muchas cosas buenas a nuestro alrededor, así que no centres en un único problema. Y ésto es aplicable para todo, pues en ocasiones, para evitar hacer algo, para evitar asumir un riesgo, únicamente pensamos en todas las cosas que pasarían si saliera mal. Joder, piensa en qué ocurriría también si saliera bien.
(Leer: 10 palabras que debes borrar de tu vocabulario)
7. Piensa en positivo.
Ya hablamos del trabajo de Barbara Fredrickson y la importancia de la actitud mental positiva en nuestra vida. Y no hablamos del sentido espiritual ni nada de eso, sino desde la ciencia. y la ciencia dice que si piensas que algo malo te va a ocurrir, ese algo te ocurrirá, mientras que si dejas de centrarte en lo negativo y piensas en positivo, aumentas las probabilidades de que ese algo positivo acabe llegando.
El pensamiento positivo te ofrece algunas habilidades que el pensamiento negativo anula. Es por eso que como alguien dijo una vez: «tanto si crees que vales mucho como si crees que no vales nada, en ambos casos, estás en lo cierto».
8. Darte cuenta de que no es el fin del mundo.
Hay que trivializar las posibles consecuencias y tener muy claro que si intentas cualquier cosa y fracasas, el mundo va a continuar, tu vida va a continuar y tendrás más oportunidades. Rara vez tomarás decisiones de vida o muerte, por lo que llegar a la conclusión de que el fracaso es una opción y que no se acabaría el mundo en caso de error, es la mejor forma de controlar el miedo y la ansiedad ante la toma de riesgos.
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