Sin llegar a hablar de la pérdida de dinero, lo cierto es que la mayoría de las empresas pierden mucho tiempo en reuniones improductivas (y de paso también pierden dinero). Pero el tiempo es un activo muy valioso que los grandes empresarios aprecian.
Steve Jobs quería asegurarse de que no perdería su tiempo ni se lo haría perder a los empleados de Apple con reuniones monótonas e inservibles, y aunque su método pueda ser cuestionable, la verdad es que a Jobs le funcionó. De esta forma, según describe Drake Baer para Business Insider, Steve Jobs se aseguraba de tener, en su opinión, reuniones super productivas.
(Ver: ¿el mejor día y hora para hacer una reunión de empresa?)
1. Reuniones lo más reducidas posibles, tanto en tiempo como en personas.
Ir al grano con el personal directamente implicado en el asunto que trata la reunión; en su libro «Increíblemente simple: La Obsesión que ha llevado a Apple al éxito«, Ken Segall detalla cómo fue trabajar con Jobs, y cuenta una anécdota sobre lo ocurrido en una reunión:
«Jobs estaba a punto de comenzar una reunión semanal con la agencia de publicidad de Apple. Entonces Jobs vio una cara nueva y se detuvo en seco. Sus ojos se clavaron en esa persona a la que no conocía, y señalándola le preguntó: «¿Quién es usted?».
Esta persona le explicó que le habían pedido que asistiera a la reunión porque era parte de proyectos de marketing relacionados.
Jobs le pidió que se fuera: «No creo que te necesitemos en esta reunión. Gracias».
Del mismo modo, cuando el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se reunió con los CEOs de los grandes titanes de las empresas tecnológicas, Jobs declinó la invitación, al pensar que el Presidente había invitado a demasiada gente para su gusto.
Así era Jobs en este aspecto; un loco, pero con las ideas claras.
(Leer: La parte Oscura de Steve Jobs: el CEO que había dentro del genio)
2. Se aseguraba de que asistiera el responsable de cada punto de la agenda.
Alguna vez habrás visto en las reuniones de empresa que la persona que podría dar las respuestas adecuadas no está en la reunión, y en su lugar hay alguien que no tiene todas las respuestas, y que en muchos casos incluso se siente algo perdido.
Jobs no daba lugar a eso. De hecho, en diferentes publicaciones se ha dicho que Apple logró convertirse en la compañía más valiosa del mundo porque se aseguraba de tener a gente en su empresa – y en las propias reuniones – en la que todo el mundo sabía de qué era responsable.
Cualquier reunión eficaz en Apple, tenía una lista de acciones y el responsable directo para ejecutar dichas acciones. Si, por ejemplo, hay un problema en el diseño que hace perder dinero a la empresa, no pedirán que asista el jefe de ventas, sino el responsable del departamento de diseño encargado del diseño del producto en cuestión.
Y esta forma de reunión es enormemente útil en una nueva empresa que está comenzando.
3. Steve Jobs odiaba el PowerPoint.
Walter Isaacson, autor de la magnífica biografía de «Steve Jobs«, decía que Jobs no permitía que nadie se escondiera detrás de una presentación de PowerPoint. De hecho, odiaba el PowerPoint.
Steve Jobs, el cual hacía una reunión a la semana (los miércoles por la tarde), llegó a prohibir los vídeos y las presentaciones en PowerPoint, porque quería que su equipo debatiera con pasión y pensara críticamente, pero sin apoyarse en la tecnología.
«No me gusta la forma en que la gente usa las presentaciones de diapositivas en lugar de pensar. Las personas que saben de lo que están hablando no necesitan PowerPoint», dijo Jobs a Isaacson.
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