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El ingrediente más importante del éxito; el hambre.

De todos los que han estudiado la vida de las personas de éxito, cada uno de ellos ha sacado sus propias conclusiones de los rasgos o ingredientes más importantes para el éxito. Está claro que no nos podemos quedar con un sólo condimento, pero se suele buscar cuál es el ingrediente más importante, y ahí es donde no se suelen poner de acuerdo.

Para Gallup, el rasgo más importante que se encontró entre los empresarios de primer nivel fue la capacidad de asumir riesgos, seguido del «foco» o enfoque.
Para Daniel Goleman, el rasgo que más influye en el éxito de una persona era el control cognitivo, el cual abarca el control de los impulsos, la gestión de las emociones negativas, y el ser capaz de sacrificar la gratificación inmediata por un objetivo de largo plazo.

Para Paul Tough era un rasgo de la personalidad de los individuos; la escrupulosidad: «exactitud y cuidado que se pone al hacer o examinar una cosa en el cumplimiento de las tareas. Sus sinónimos serían el esmero, cuidado, dedicación, exactitud, pulcritud, precisión…»

Mientras que para la psicóloga Angela Lee Duckworth, eran las agallas. Ella decía que las agallas y la autodisciplina eran mucho más fuertes y predecían el éxito de una persona muy por delante del Cociente Intelectual. 
Pero para Tony Robbins hay un tipo de persona que podría aplastar a todos los que tienen los rasgos arriba mencionados. Y este tipo de persona sería la persona hambrienta. Y no hablamos del hambre en sentido literal, ya que de ser así, cualquiera que esté haciendo dieta podría tener éxito.
Robbins dice que durante todo el tiempo que ha estado ejerciendo como»entrenador» de empresarios y multimillonarios, la diferencia más notable entre las personas de éxito y las que fracasan, se encuentran en el hambre
Debes estar hambriento y nunca perder el hambre.
Hambre de crecer, hambre de contribuir, hambre de aprender, de luchar, de combatir, hambre de tener éxito, y nunca saciarte, porque si te sacias, llega el acomodamiento, y el acomodarse, es el primer indicador del fracaso.
El hambre es más importante que la inteligencia. «No hay nada que pueda detener a una persona que tiene el hambre suficiente».
Las personas hambrientas son personas que estarán dispuestas a hacer todo lo que sea necesario para lograr sus objetivos.
La persona hambrienta fue perfectamente representada en el cine por Al Pacino en su papel de Tony Montana, en Scarface («El precio del Poder» en España), donde Montana era una persona que provenía de la extrema pobreza y su hambre de éxito le permitió hacer todo lo necesario para colocarse en la cúpula de la organización mafiosa. También representó perfectamente lo que ocurre cuando el poder te nubla la vista, y es que olvidó incluso que las balas sí podían matar a Tony Montana.
No es un buen ejemplo, pero ese hambre se da también en empresas legítimas.
Pero Tony Robbins insta a no confundir ese hambre, pues puedes tener éxito aplastando a la gente, pero si realmente quieres tener y permanecer en la cima del éxito, debes buscar constantemente la forma de seguir ayudando a las personas.
Esa lección se la dejó muy clara el mentor de Robbins, que no fue otro que el gran empresario y orador motivacional, Jim Rohn, el cual le dijo que siempre debes estar agregando valor a las personas que te rodean, debes ayudarles a tener éxito, que ganen dinero, y aprovechar tus recursos y habilidades para convertirlas en personas de éxito. De esa forma, tu éxito también será mucho más grande.
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A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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