Todo el mundo cree que sería capaz de gestionar un golpe de suerte de entrada de dinero, bien sea cuando gana una lotería o hereda una suma importante de dinero. Pero las estadísticas dicen lo contrario, y es que muy pocas personas saben administrar esa entrada de dinero. Ya vimos cómo se debe actuar en caso de ser los ganadores de un importante premio de lotería, pasos que no todo el mundo tiene en cuenta.
Veamos ahora qué errores son los más comunes a la hora de recibir una herencia en metálico.
Probablemente sea lo más tentador para alguien que recibe el dinero suficiente como para quitarse de encima la hipoteca. El hacerlo te hará sentir completamente libre de cargas. Pero probablemente no en todos los casos sea la decisión financiera más inteligente, y hay que hacer números con un asesor (si no te ves capacitado para ello).
Debemos hacer números, teniendo en cuenta los bajos tipos de interés que existen hoy, y las ventajas fiscales que nos otorga el pagar una hipoteca. Si te deshaces del pago de tu hipoteca, también desaparecerán esas ventajas fiscales, que por regla general, podría costarnos bastante más dinero que los intereses de la hipoteca.
Lo que sí debemos quitarnos de encima cuanto antes son las deudas tóxicas, como pueden ser tarjetas de crédito y toda deuda que tenga intereses altos y que no conlleve ventajas fiscales.
2. Tratar de hacer más dinero de forma rápida.
Tras una entrada de dinero, creemos que la suerte ya ha entrado en nuestra vida, y por ello hay que aprovechar desde ya para sacarle el mayor rendimiento, para que la racha continúe.
Es entonces cuando nos convertimos en víctimas de las «rentabilidades altas sin riesgo». Algunos productos de ahorro-inversión te ofrecerán una rentabilidad de un 8-10 por ciento sin riesgo. Es mentira. Si no tienes conocimientos financieros, esos productos no son aptos para ti. De hecho, probablemente no sean aptos para nadie, pues nadie te puede garantizar hoy día un 8% sin riesgo.
Por regla general, cuando veamos la palabra «garantizados» en algunos productos de inversión que nos prometan más de un 5-6 por ciento, prácticamente con total seguridad, estemos hablando de algo con mucho riesgo, ilegal, o posiblemente una estafa.
3. El síndrome del gurú.
También denominado como «convertirse en un pedante gilipollas», es muy común que una persona sin conocimientos financieros que recibe una gran cantidad de dinero, comience a creerse Warren Buffett.
En ese momento, debes mirarte al espejo y recordar que eres el mismo tonto que antes, pero con dinero regalado, y sin olvidar el famoso dicho del personaje de ficción, «Gordon Gekko»: «Un tonto y su dinero, no suelen estar mucho tiempo juntos».
En pocas palabras, tu cartera en metálico puede haber aumentado, pero tus conocimientos en materia de finanzas son exactamente los mismos, por lo que es una mezcla explosiva para que cometas una locura si decides tirarte a la piscina en las inversiones en renta variable o negocios desconocidos que no acabas de comprender.
4. Ir a por los lujos.
Ese coche de gama alta con el que tantas veces has soñado, podría parecer una buena idea en ese momento. No lo es. Debes comenzar a pensar en lo que el dinero puede crecer, y no en lo que te lo puedes gastar.
Un vehículo es una de las peores inversiones que puedes hacer, por lo que cuanto más dinero gastes en un coche, más dinero estás tirando, y más dinero estás dejando de ganar, e incluso perdiendo, en el largo plazo.
Recuerda que en ciertos gastos, no es sólo la compra, sino también el mantenimiento. Conozco casos de personas que decidieron comprar un piso en un edificio de lujo porque pensaron que se lo podían permitir, pero 1.500€ de pago de comunidad al mes fue demasiado dinero para gente que intentó vivir como los ricos, cuando en realidad sólo habían recibido una herencia que les permitió aparentarlo (al menos durante un tiempo).
5. Pregonar a los cuatro vientos tu nueva situación.
Del mismo modo que hay «imprudentes» que les gusta chupar cámara cuando les toca la lotería de navidad, en estos casos, es muy común que la persona, invadida por la alegría, comience a hablar con la gente del dinero que ha recibido.
Comenzarás entonces a ver cómo la gente comienza a acercarse a ti, cómo te crecen los amigos… pero en realidad, ellos estarán más pendientes de lo que pueden conseguir de ti.
Del mismo modo, te pones una diana en la espalda como blanco de malhechores. Así que evita llamar la atención, y mantén tu nueva situación lo más en secreto que puedas.
Aunque debe haber muchos más errores que podríamos cometer, básicamente éstos serían los más «nombrales». En ocasiones, lo mejor es no hacer nada durante un tiempo y no tomar ninguna decisión hasta que pase algún tiempo y nos hayamos asesorado debidamente.