Hay casos de éxito de emprendedores que en un momento dado crean un negocio millonario de la nada, y a mucha gente le gustaría saber cuáles fueron sus comienzos. Quizás este sea el caso de Andreea Ayers, y ésta su historia de cómo consiguió convertir 1.000 dólares de ahorros en un negocio que genera más de 200.000 dólares anuales. Paso a paso.
Ayers era una mujer normal que en un momento dado decidió darle forma a una idea de negocio, y a aquella idea la llevó a otra. Esta es la historia de Ayers, la cual ha sido recogida por Business Insider.
Cuando Andreea Ayers empezó a buscar trabajo después de mudarse con su marido a Colorado, en 2006, hacía 5 meses que había tenido a su primer hijo.
Después de varias entrevistas de trabajo que no iban a ninguna parte, se dio cuenta de que sería mejor montar su propio negocio, en el que podría tener cierta flexibilidad para poder dedicarle tiempo a su bebé.
A sus 39 años, siempre había tenido negocios secundarios junto con trabajos a jornada completa. Así que pensó que lo mejor era escoger una idea y dedicarse por completo a ella.
Decidió poner en marcha una empresa de camisetas con sus ahorros para empezar. Fueron menos de $1.000. «Quería comenzar con $1.000 porque pensé, si pierdo $1.000, no pasa nada».
(Ver: Así lo hizo la emprendedora Sara Rotman)
Fue aprendiendo sobre la marcha qué opción era la mejor; dónde comprar sus camisetas en blanco, a quién se las iba a vender, qué debía poner en las camisetas…etc. Colocó su primer pedido de 69 camisetas en cuatro colores y creó una web para la venta de las camisetas por $28 cada una para «ver qué iba a suceder»
Los pedidos comenzaron a llegar durante el primer mes, y luego tuvo una idea. En una clase de yoga prenatal, se dio cuenta de que su monitor llevaba una camiseta que decía: «Estoy presente». Cuando iba en el autobús de vuelta, pensó que la camiseta era tan inspiradora que tal vez tendría sentido vender las camisetas para los estudios de yoga.
Ese fin de semana, pasó dos días mirando todos los sitios web y revistas de yoga para construir una hoja de cálculo Excel de los 3.000 estudios de yoga que había en los EE.UU y los nombres de los propietarios. La siguiente semana la pasó enviando correos electrónicos a cada centro de yoga de forma individual.
Ofreció las camisetas -cuyo coste era de menos de 8 dólares cada una- a los estudios al por mayor, por un precio de 14 dólares cada una. En una semana, había vendido su pedido inicial y fue capaz no sólo de amortizar los costes iniciales de sus ahorros, sino también de obtener beneficio y financiar otro pedido de camisetas.
(Ver: Cómo enfocar tu idea de negocio para que el producto tenga éxito)
Desde ese momento, el negocio marchaba sobre ruedas, y ese primer año ganó cerca de $124.000. Como el negocio continuó siendo rentable y generando cada vez más beneficios, hasta $160.000 al año, fue capaz de pagarse a sí misma un sueldo de $3,000 al mes (a veces hasta $10.000, dependiendo de si tenía que comprar inventario), hasta que vendió la empresa en febrero de 2011, justo antes de que naciera su tercer hijo.
Tras el éxito de su negocio, recibió tantos correos electrónicos de gente preguntándole cómo lo hizo, que decidió montar una empresa de consultoría en abril de 2011, y asumió cinco clientes a $500 al mes cada uno, enseñándoles cómo poner en marcha sus negocios.
Pero con tres niños pequeños, ayudar a cinco clientes era demasiado trabajo para ella, por lo que decidió lanzar un curso online, «básicamente, enseñándoles lo que ella había aprendido, pues todos tenían las mismas preguntas y las mismas necesidades».
Al ver que el curso online era efectivo, ofreció ese mismo curso a todo el mundo, por $ 47 por persona, se inscribieron en él aproximadamente 50 personas. Después de un segundo curso al mismo precio y para el mismo número de personas, lanzó un tercer curso más completo, de seis semanas por $ 800 y se lo vendió a más de 60 personas.
Desde entonces, además de ofrecer los curso en su página web LaunchGrowJoy.com, da charlas regulares en las que cobra de $ 200 a $ 10.000. Trabaja unas 25 horas a la semana y emplea ayuda virtual, incluyendo un asistente, un diseñador, un redactor y un productor de vídeo.
(Leer: Cómo recuperarse después de fracasar en un negocio)
En los últimos años, los ingresos anuales de su negocio se han estabilizado alrededor de $ 220.000 a $ 240.000, y por lo general se lleva a casa alrededor de $ 10.000 al mes.
Ayers aconseja a la gente que quiere seguir una carrera similar:
«Además del estilo de vida que deseas, es importante pensar en la cantidad de dinero que deseas pagarte a ti mismo y hacerlo una prioridad. Siempre hay cosas en las que gastar dinero en tu negocio, pero si te puedes pagar a ti mismo como prioridad, te dará la motivación necesaria para seguir adelante. Si no haces eso, y gastas tiempo y energía, y además no ves un retorno en términos de dinero, acabas quemado y tu negocio comenzará resentirse, y eso es una de las peores cosas que puedes hacer.»
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