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Ser pobre no tiene sentido: Aumenta tus ingresos únicamente cambiando de mentalidad.

Ser pobre no tiene sentido. Así de claro lo tienen muchas personas que un día decidieron tomar las riendas de su vida. Para ellos, el ser pobre únicamente es el resultado de perder tu tiempo trabajando en cosas que realmente no cumplen tus expectativas económicas. Y algunas veces, tampoco cumplen tus expectativas laborales, profesionales o personales.

Pero probablemente hayas nacido concienciado de que la vida consiste en trabajar, trabajar y trabajar, para poder pagar, pagar y pagar. Quizás con una poca de suerte, gastemos menos y ahorremos más. Y quién sabe, lo mismo hasta tenemos suerte.

Tanto si eres una empresa como un particular, tu misión es ganar más dinero, y a ser posible, buscar la forma de ganar más dinero sin que ello perjudique tu calidad de vida en el largo plazo, a pesar de que deberemos hacer grandes sacrificios en el corto plazo.

Si tenemos un trabajo que no nos gusta, y además el dinero no nos llega, algo va muy mal en nuestra vida.

(Ver: Ésta es la mejor forma de hacer 1 millón, según los millonarios)

1. Si estás en desempleo, provoca el cambio.

Si estás en el paro, por fin vas a encontrar un punto positivo a la situación de desempleo, y es que tú no vas a tener que hacer grandes cambios. No vas a tener que cambiar de trabajo, ni vas a tener que mandar a tu jefe al carajo para iniciar tu propio negocio. Tampoco vas a tener que asumir grandes riesgos, porque el mayor riesgo ya lo estás viviendo. Recuerda que hoy día es más fácil que nunca perseguir tus sueños.

Únicamente deberás hacer algo, que en ocasiones sólo consiste en dar pasos hacia delante. Y en tu caso no pierdes nada, ni siquiera el tiempo, porque si no recibes ingresos de ningún tipo, realmente tu tiempo no vale nada en términos financieros. Crea y construye algo, lo que sea. Hay infinidad de formas de ganar dinero para comenzar, y algunas pueden convertirse en un negocio muy rentable. Todo es comenzar.

Ver también:  La delgada línea entre la amistad y el liderazgo.

(Ver: 35 negocios que puedes comenzar)

2. Cambia tu enfoque de víctima.
Deja de culpar a tus padres, tu pasado, tus jefes, tu empresa, la economía, la crisis, al presidente o aquel gato negro con el que te cruzaste. Decía Hal Elrod que «en el momento en que tomas la responsabilidad de todo en tu vida, es el momento en que puedes comenzar a cambiar tu vida«.
¿Cuál es la diferencia entre un ingreso ordinario y los ingresos extraordinarios? Según Elrod, los que reciben ingresos ordinarios no han tomado la responsabilidad total de su vida, y a menudo dependen de otras personas que sí tienen asumida su responsabilidad. En cambio, aquellas personas que reciben ingresos extraordinarios, saben que son ellos los que tienen la responsabilidad total y absoluta sobre su vida, sobre lo que van a ganar y sobre su destino.

3. Pero sabemos lo que te impide avanzar. Es tu autoestima.

«Yo… de padres pobres, abuelos pobres y aún no he creado nada, no tengo dinero, ni bienes, sólo deudas, soy un verdadero desastre».

No dejes que el dinero que posees defina tu autoestima. Tanto si tienes una cuenta bancaria en números rojos como si tienes una cuenta con 10 millones, tu autoestima depende de ti, porque no hay que mirar tanto dónde estamos, sino hacia dónde nos dirigimos. Y créeme, quien no tiene confianza en sí mismo con una cuenta en números rojos, tampoco tiene confianza en sí mismo con 10 millones de euros.

Y esa es la diferencia que existe entre los multimillonarios y los hijos de los multimillonarios. Éstos últimos suelen ser carne de psicólogos.

Ser rico es un estado de ánimo, porque se necesita un estado de ánimo concreto para llegar a ser rico, mientras que ser pobre es una condición mental, y mientras no se cambia esa condición mental, no se sale de la pobreza. La pobreza tiene más que ver con la forma de pensar que con el dinero.
4. Programa la salida de la pobreza.
Elijas lo que elijas, intenta programar tu nueva semana haciendo únicamente las cosas que te generen un beneficio económico. Jugar a una videoconsola es divertido, pero no genera dinero. Ver la tele durante 3 horas al día (o más) es entretenido, pero no genera ningún beneficio económico.
Un empresario sabe que de todas las actividades que hace a lo largo de la semana, el 20% de dichas actividades, representa el 80% de sus ingresos. Pregúntate ahora: «¿De todo lo que hago a lo largo del día, qué porcentaje de ingresos me genera?»
Concéntrate en hacer lo que debes, y no en lo que te apetece hacer. Con el tiempo, te apetecerá hacer lo que debes hacer. Recuerda que si tus actividades no te están dando dinero, no estás siendo rentable, y a la larga, el entretenimiento de corto plazo (juegos, televisión, exceso de fiesta..) te provocará calentamientos de cabeza y arrepentimientos por no haber cambiado tu situación. Y sabías que debías cambiarla.
5. Aprovecha el tiempo, haz que tu tiempo valga dinero.
El tiempo es más valioso que el dinero, porque siempre puedes hacer más dinero, pero nunca podrás ganar más tiempo. Todos tenemos 24 horas al día, pero no todos tenemos el mismo valor de tiempo. 
Tu misión debería ser duplicar el valor de tu tiempo. Duplicar tus ingresos buscando formas alternativas de generar ese valor. Y si en principio no generas valor a tu tiempo, pero te estás preparando, éso cuenta como aprendizaje, y por tanto es un crédito que le estamos pidiendo a nuestro tiempo.
6. Aprende a decir NO.
Dí «no» a muchas actividades que no generan ingresos ni aprendizaje. Dí «no» a ciertos hábitos que te han acompañado a lo largo de toda tu vida, siempre y cuando quieras cambiar tu forma de vida. Cuando dices «no» a muchas actividades poco rentables, estás obligándote a decir «sí» a muchas otras actividades que acabarán siendo productivas. 
La gente teme al estrés, pero cuando estés ocupado, te sentirás productivo, y por tanto, notarás cómo los niveles de estrés descienden. Además, en cuanto comiences a obtener recompensas por tu esfuerzo, tu autoestima crecerá y entrarás en ese círculo en el que quieres hacer más cosas.
7. Deja las excusas.
Tanto si hablamos de ventas como de negocios, a medida que crecen las excusas, los ingresos bajan. Cuando una persona que está en desempleo, te dice que no tiene tiempo, está mutilando su capacidad de hacer algo y salir adelante. Aprovecha el tiempo que pasas excusándote en algo productivo, porque las excusas sólo se las creen otros que son adictos a poner excusas también.
Como decíamos al principio, toma las riendas de tu vida. Sin excusas. Y si todo ésto no te funciona, prometemos que siempre podrás volver a tu estado de pobreza inicial.
Ver también:  Emprender un negocio a partir de los 50 y tener éxito. Ejemplos de emprendedores que lo lograron.
A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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