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Qué le hubiera gustado saber a los emprendedores antes de iniciar su negocio.

Desde que vendemos el emprendimiento como una forma de solucionar todos nuestros problemas o una forma de prosperar en la vida ante las escasas posibilidades de encontrar un empleo para muchas personas, cada vez más emprendedores inician su propio negocio por los motivos equivocados y sin ser conscientes de que emprender no es tan fácil como algunos lo pintan, pero tampoco tan difícil como otros nos lo quieren hacer creer.

Es por eso que, a menudo, recurrimos a preguntarles a empresarios que ya han recorrido este camino: «¿Qué sabes hoy acerca de los negocios que te hubiera gustado saber antes de comenzar?«
Y la verdad es que la mayoría coinciden en algunos puntos. Cuando publiqué el artículo titulado El precio secreto de emprender tu propio negocio, exponíamos un escenario muy extremo, pero no por ello dejaba de ser real. Con ese artículo pretendíamos demostrar que el emprendedor está hecho de una pasta muy especial, y todo aquel que decida incursionar en el mundo de los negocios, debe estar preparado para hacer un rodaje hasta que le salgan las escamas.
 

Luego tendríamos casos para los que el éxito en los negocios pareció algo verdaderamente fácil, aunque suelen ser casos muy escasos y, a menudo, sólo parece fácil cuando miramos el éxito en retrospectiva.

La mayoría de los nuevos emprendedores se lanzan a los negocios con una dosis extra de motivación al leer algunos libros de negocios o algunas webs como esta misma. Por lo tanto, se fabrican una falsa seguridad en sí mismos (otros ya son muy seguros de sí mismos), y creen que ya están preparados para abarcar todo lo que les venga. Pero lo cierto es que una de las primeras cosas que les hubiera gustado saber a los empresarios antes de comenzar su negocio es que tú puedes hacer mucho menos de lo que crees que puedes hacer.
Por lo tanto, céntrate en una sola cosa, e intenta hacerlo mejor que nadie. El resultado inicial de tu negocio llegará en primer lugar de lo que eres capaz de hacer. Conforme tu negocio crezca, ya irás delegando otros aspectos del negocio a otras personas que dominen perfectamente ese campo.
Si no estás concienciado de la necesidad de luchar contra todo tipo de monstruos en callejones oscuros para proteger tu negocio, no lo inicies.
Construir un negocio es verdaderamente difícil. Y ya no sólo construir, pues en España es complicado incluso constituir el negocio. Todas las chorradas y trabas burocráticas te van a dejar seco de energía. 
Debes estar mentalizado de que un negocio, hasta que funcione por sí sólo, es una carrera de obstáculos. Cuando has saltado un obstáculo, aparece otro, y luego otro. Cuando crees que no hay más obstáculos, aparece el cansancio de los que ya has saltado, y justo cuando crees que no puedes más, aparecen nuevos obstáculos.
El hecho de que fracasen ocho de cada diez nuevos negocios explica la dificultad de emprender, y finalmente no trata tanto del tipo de negocio, sino de quién eres tú, de la pasta que estás hecho y de lo mentalmente fuerte que eres.
Si eres de los que te pasas 3 días en la cama cuando se te acumulan los problemas, emprender no es para ti.
Olvídate de muchas de las cosas que has leído, y no comiences si no tienes un modelo de negocio en mente.
Estamos saturados de historias de emprendedores de éxito, donde se muestra cómo Mark Zukerberg comenzó algo (Facebook) a modo de entretenimiento sin tener un modelo de negocio sólido. Cuando quiso acordar, tenía una empresa valorada en 1.000 millones. Hoy día ya vale más de 200.000 millones.
Pero los casos tipo Facebook, son la excepción, y no la norma. Si comienzas un negocio de la forma que lo hizo Zuckerberg, lo más probable es que si comienzas hoy 10 de Diciembre de 2015, hayas fracasado antes de Navidad.
Debes saber de dónde va a salir el dinero que tienes pensado ganar mucho antes de comenzar a poner en práctica tu idea de negocio.
Los gastos siempre son más, y los ingresos siempre son menos.
En este punto coinciden la totalidad de los empresarios. Y es que cuando hacemos un plan de negocio, tendemos a ser optimistas. Cuando hacemos un estudio de mercado, siempre engordamos el número de nuestros potenciales clientes. Debemos entender que potencial cliente no es lo mismo que cliente, y siempre vas a tener menos clientes de lo que tenías pensado.
Los gastos llegarán antes de lo que imaginaste. A menudo, los gastos se incrementan más de lo esperado, incluso antes de tener los primeros ingresos. Y los ingresos suelen ser menos de los esperados.
Es por eso que si bien hacemos un plan de negocio y un estudio de mercado con la idea de captar financiación, debemos hacer otro estudio de mercado y plan de negocio para nosotros mismos, en el que vamos a ser muy pesimistas en los números. Porque lo más probable es que el panorama real sea incluso más pesimista de lo que nuestro pesimismo pudo imaginar. La siguiente pregunta es: ¿En caso de que se diera ese escenario podría soportar la pérdida o me darían ganas de saltar por la ventana?
No emprendas sólo porque no soportas tener a un jefe. Te estarías equivocando.
Nunca me ha gustado ver esos discursos de motivación tipo «no aguantes más a tu jefe y busca la libertad en tu propio negocio».
En primer lugar, nunca insinúes que un asalariado es una mierda, pues si tu negocio funciona deberás contratar asalariados, y no creo que te gustase la idea de que pensaran que eres un capullo del que hay que deshacerse para ganar en libertad.
Por otra parte, en una empresa puedes tener uno, dos ó 20 jefes. Pero si emprendes tu propio negocio, todos los clientes serán tus jefes. Sólo tendrás éxito en los negocios si eres servicial con los clientes, y eso significa estar contratado por tus clientes. El cliente, en último término, tiene el poder para despedirte y cerrarte la empresa.
Los clientes que pagan son Dios. Los morosos son un casino.
La hostelería te enseña esta lección. Prefiero a ese cliente que se pide un café y media tostada y me la paga, a aquel grupo que te pide 20 cubatas y te dice que se los apuntes. Además, el dolor de cabeza que te dan unos y otros, no tiene comparación.
Cuando iniciamos un negocio, tendemos a negociar más de la cuenta con esos clientes que nos ofrecen un dudoso cobro, y suelen requerir también más atención que aquel cliente que compra menos pero paga religiosamente. Muchos negocios van a la quiebra a raíz de los impagos, por lo que debemos tratar al pagador como a Dios, y cuando el negocio funcione, ya veremos qué política empleamos para los clientes de dudoso cobro.
En primer lugar, vamos a ayudar en todo lo posible al cliente pagador, pues ese tipo de cliente es el que va a levantar nuestro negocio. Ya habrá tiempo para jugarnos nuestra mercancía y dinero en el casino.
No ofrezcas cosas que crees que quieren los clientes, sino lo que realmente quieren.
Si no eres Steve Jobs, y aquí ninguno de nosotros somos Steve Jobs, olvida eso de «la gente no sabe lo que quieren hasta que tú se lo enseñas», pues hablamos de otra excepción, y no la norma. Habla con tus clientes y que sean ellos mismos los que te digan qué es lo que necesitan. La innovación en los negocios es un riesgo. Y por tanto, la vamos a dejar para cuando nuestro negocio ya esté establecido.
¿Buscar un cofundador o socio? Bueno… pero con requisitos.
Lo cierto es que la mayoría de los emprendedores comienzan un negocio junto a otra persona por el único motivo de compartir sus miedos. Es decir, yo no me metería en la casa encantada del bosque si voy sólo, pero acompañado, ¿por qué no?
El número ideal para emprender es un número impar inferior a 3, es decir, tú sólo, pero en caso de buscar a un cofundador, éste debe tener nuestros mismos valores, una visión similar a la nuestra + unas habilidades complementarias. Si buscamos a una persona que sabe hacer lo mismo que nosotros, no la necesitamos.
Si tú eres bueno en la gestión, fabricación, tareas de oficina…. tu socio debería ser bueno en ventas y distribución. Eso son las verdaderas sinergias entre cofundadores.
Volvemos a poner como ejemplo a Steve Jobs y Steve Wozniak. El verdadero genio de Apple fue Steve Wozniak, pues sin sus habilidades, Apple no existiría hoy día. Pero tampoco existiría Apple si Wozniak no hubiera contado con la visión de Steve Jobs.
Los negocios son ventas.
Y finalmente, esta es la parte más olvidada por los emprendedores. Si quieres tener éxito en los negocios, vas a atener que aprender a vender o buscar a alguien que sepa negociar y vender.
Puedes tener las mejores ideas de negocios del mundo. Pero si no sabes venderlas no tendrás nada. Si no consigues clientes, no hay negocio, y un negocio, hoy día, no puede permitirse esperar a que los clientes entren por la puerta. Hay que desarrollar distintas estrategias para captar cada día nuevos clientes, bien sea vía calle o vía internet.
A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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