Si algo he aprendido tras leer decenas de biografías de empresarios de éxito y numerosos libros sobre estos temas, es que las personas de éxito rara comparten rasgos idénticos, aunque sí que podemos encontrar, estudiándolos minuciosamente, algunas cosas que tienen en común, así como también ellos mismos nos dan a seguir algunos hábitos si queremos alcanzar el éxito que ellos lograron.
(Ver: 25 hábitos de las personas de éxito)
Como siempre solemos decir, el éxito es fácil y puede parecer simple en retrospectiva, y como decía en un vídeo, si lo analizamos, muchas de las acciones que te conducen al éxito son exactamente las mismas que te conducen al fracaso, es decir, un proceso o una acción podría no ser buena o mala, hasta que obtengamos un resultado.
Una vez que esa acción nos ha conducido al éxito en nuestra idea, o al fracaso, la retrospectiva nos puede llevar al sesgo del resultado.
No obstante, sí que hay algunos rasgos de la personalidad que todos los empresarios de éxito consistente comparten.
Los rasgos que se necesitan para tener éxito en los negocios.
Empresarios de la talla de Tony Robbins, Warren Buffett, Richard Branson, lo tienen claro en este sentido.
No llevas camino del éxito hasta que no descubres lo que vas a hacer, lo que quieres hacer, lo que deseas aportar a los demás, lo que quieres dar, y con lo que te vas a comprometer en mejorar cada día. El tener claro ésto, te da una primera ventaja, pues la claridad es lo que nos permite tener una visión nítida de hacia dónde nos dirigimos.
El hambre.
Si nos fijamos en los empresarios de éxito, este rasgo sí que lo tenían en común cuando comenzaron. De hecho, para Tony Robbins, quizás este sea el rasgo más importante, ya que «nada ni nadie detiene a una persona hambrienta» (salvo otro hambriento).
El hambre es un rasgo mucho más poderoso que la inteligencia, porque lo que siempre hay que estar hambrientos y nunca perder ese hambre por hacer, por aprender y por aportar a los demás.
Claro que Tony también hace un pequeño inciso, y es que no hay que confundir el hambre con «aplastar a todo el mundo» con tal de tener éxito. Robbins propone que tengas hambre de seguir ayudando a los demás.
En cualquier caso, el hambre ayuda. Al otro extremo, tendríamos otro ejemplo de persona hambrienta de éxito, como sería Donald Trump, que nos puede caer mejor o peor, pero el tipo siempre ha tenido hambre de éxito propio y de nuevos proyectos. Y ahí lo tenemos.
Por eso hay un juego de palabras que dice: «Una persona hambrienta nunca pasará hambre».
El negocio de las personas de éxito no es otro que crear productos y servicios que ayuden en cierto modo a otras personas o mejoran algún aspecto de su vida.
Madre soltera pobre se hace rica
Año 1993, una madre soltera de Londres malvive con su hija pequeña sin poder permitirse ni siquiera calefacción. Cada día lucha contra la pobreza, la depresión y un trabajo que no le llena, pero que necesita.
Su único propósito en la vida es publicar un libro, pero todo está en su contra, pues únicamente recibe rechazo tras rechazo. Decide presentar el libro bajo un seudónimo con nombre masculino para que la tomen en serio en las editoras. Pero sigue sin tener suerte.
Finalmente, una editora coge el borrador y deciden publicarlo. ‘Harry Potter y la piedra filosofal’.
Cualquier persona en su sano juicio hubiera renunciado tras los primeros 50 rechazos de editoras, puesto que en el cerebro de una persona soñadora, no hay nada más doloroso que el rechazo, que te digan que tu sueño no sirve, pero JK Rowling estaba hambrienta en ambos sentidos de la palabra.
De hecho, estoy seguro de que a un alto porcentaje de las personas les aseguras que tendrán éxito al final, pero que tienen que pasar por lo que pasó Rowling, y me atrevería a decir que se negarían.
(Ver: Qué estaban haciendo las personas exitosas a los 25 años)
Saben exactamente lo que quieren y no se conforman con menos.
Un rasgo que define perfectamente a las personas de éxito en los negocios es la claridad de objetivos, pues de esta forma pueden recrear en su mente el resultado que desean. Básicamente, consiguen hacer visible lo invisible, y definen la ruta que van a usar para lograr exactamente eso que quieren conseguir,
Como explicábamos en nuestro anterior artículo «7 pasos para lograr un objetivo«, cambiarán el plan tantas veces como sea necesario para llegar del punto A al punto B, a menudo en base a errores y pequeños fracasos, los cuales, a diferencia del resto de los mortales, no les frustrará, si no que les incentivará y motivará para continuar.
Desarrollar un propósito y tener una visión más grande que ellos mismos les ayuda constantemente a superar los miedos y enfrentarse de forma estoica a los desafíos que se presentan.
Aunque suene a tópico, ellos dan significado a la expresión «cambiar el plan, pero nunca la meta».
En este vídeo hablo sobre cómo superar los miedos y usarlos a tu favor.
Anticipación.
Se suele decir que las personas de éxito se anticipan a las circunstancias, mientras que las personas que fracasan, suelen reaccionar una vez que las circunstancias han cambiado.
Es un consejo de Richard Branson, el cual dice que «hay que solucionar un problema antes de que éste se convierta en una emergencia».
Tanto en los negocios como en la vida en general, cuando aparece un pequeño problema hay que solucionarlo antes de que se convierta en un gran problema. Cuando vemos cierto cambio en la tendencia de los usuarios, debemos participar en el cambio, ser parte del cambio, y no adaptarnos a ese cambio una vez que ya hemos notado que estamos perdiendo el negocio, pues llegado ese momento, ya vas tarde y probablemente otro empresario más visionario o de carácter anticipador, ya se habrá hecho con el nuevo mercado.
Agilidad empresarial.
Cuando una pequeña empresa se come a una gran corporación, suele suceder porque la gran empresa ha perdido su agilidad, a menudo con trámites burocráticos. Es decir, un pequeño emprendedor tiene una nueva idea de negocio, y mañana mismo puede estar ejecutándola.
Las grandes empresas, a menudo, deben pasar esa idea a un superior, y el superior, a su vez, a su junta directiva, y en esa junta analizarán si la nueva idea puede ser rentable. Para cuando den el visto bueno, podría ser tarde y otra empresa podría estar ya en la cresta de la ola.
Nunca hay que perder la agilidad como emprendedor, y nunca nos podemos permitir en la famosa «parálisis por análisis».
Y finalmente, otro de los rasgos comunes que encontraríamos serían la determinación en sus decisiones, y por supuesto, la dedicación absoluta y el trabajo duro.
Como Michael Bloomberg suele decir, cada vez que estás en el baño, una persona está trabajando para desbancarte de tu posición. Dicho de otro modo, ellos son creadores y fabricadores de suerte, pues cuanto más se esfuerzan y mejor lo hacen, más suerte tienen en todos los proyectos que inician.
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