La mayoría de la gente (usuarios, consumidores…) es simple. Que nadie se de por aludido, pero gracias a que una mayoría es intelectualmente simple, puede ser muy manipulable. Y en eso consiste el marketing. «Tú no compras, yo te vendo, aunque creas que estás decidiendo.» Por eso una de las profesiones mejor pagadas es la de los publicistas, los cuales no diseñan únicamente campañas para que consumas Coca-Cola, sino para hacerte perder de vista una realidad social o política.
¿Por qué debería tomarse una empresa la molestia de intentar convencer a todo el mundo si sólo necesita identificar a unas pocas personas influyentes que a su vez serán seguidos por otros muchos?.
No son las ideas lo que se convierten en revolucionarias. Son las personas los que hacen una idea revolucionaria, por muy absurda que sea esa idea.