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Siempre hay una salida. Es cuestión de saber encontrarla.

Para todo, siempre hay una salida. Es cuestión de saber visualizarla.

En ocasiones, cuando una persona se siente perdida, cuando todo aquello que tenemos enfrente puede parecer un problema, cuando nos sentimos perdidos y no vemos una solución en el corto plazo, siempre debemos recordar que siempre existe una salida. Es cuestión de dar con ella.

Uno de los problemas que tiene el ser humano, es el olvidar cómo en el pasado superó ciertas dificultades. Tu cerebro puede que ya lo haya olvidado, pero cuando en nuestra infancia intentábamos andar y caíamos al suelo, teníamos un problema, y ese niño lloraba de la impotencia de no poder caminar, aunque a base de intentarlo e intentarlo, poco a poco llegamos a dar nuestros primeros pasos.

Después vinieron los exámenes del colegio, instituto o universidad. Recordemos los nervios que sentíamos días antes de exámenes finales. Inexplicablemente, tanto el que había estudiado como el que no, sentía los mismos nervios.

El caso es que tanto el que aprobó como el que suspendió, 20 años más tarde, habiendo acabado la carrera o no habiendo terminado el instituto, seguimos aquí con vida. En aquel momento esos eran los problemas que teníamos y los que colapsaban nuestra mente hasta el punto de quitarnos el apetito.

La primera ruptura con tu pareja puede que te dejara una sensación de falta de oxígeno, como si el mundo se te cayera encima. Después de aquella primera ruptura, vinieron otras relaciones que llegaron a causarte otros nuevos problemas, los cuales desplazaron a lo que hacía años era el principal problema y en ese momento nuestro mayor problema de hacía unos meses o años, se convirtió en un leve recuerdo.

En aquel momento, aprendiste que el mundo no se cae encima de nadie y que con el tiempo todo problema deja de ser un problema, siempre y cuando sigas avanzando y no te quedes estancado en el pasado.

Siempre hay una salida

Pues bien, es importante avanzar mirando hacia delante, aunque en ocasiones, para afrontar los problemas actuales, debemos viajar al pasado para entender que todo problema que actualmente tengamos, ya le dimos una solución en el pasado. Problemas siempre tuvimos, y cuando llegaba un nueva dificultad, siempre nos parecía algo insuperable, hasta que conseguíamos superarlo.

Nuevos problemas en la actualidad

Ahora mismo, el mayor problema que tiene el ser humano se llama Crisis, y este problema universal nos ahoga económicamente. Muchas personas han perdido su trabajo y tienen dificultades para hacer frente a sus deudas. Esta situación ha ido avanzando paulatinamente, por lo que poco a poco ha ido segando nuestra  capacidad de reacción ante las dificultades. Cuando la economía falla dentro de una familia, comienzan otro tipo de problemas, los cuales pueden incluso llegar a afectar a un matrimonio.

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Al final de todo nuestro aprendizaje en la infancia, resulta que no es ningún problema el intentar caminar, el pedirle una cita a una chica o el aprender a conducir, todo eso ya lo superamos, pero no conseguimos superar el principal problema, el auténtico problema, y es que nos hemos dado cuenta de que siendo materialistas o no, el dinero es el causante del 90% de nuestros problemas en nuestra vida adulta. Si no tenemos una tranquilidad financiera, parece ser que todo son problemas, y esa es la única realidad. La falta de dinero puede convertir nuestra existencia en un problema.

Grave problema si tenemos en cuenta que el dinero es de los pocos problemas que no se resuelven por sí solos, y deberemos elaborar una estrategia para conseguirlo. Es entonces cuando nos damos cuenta de que si no podemos conseguir el dinero obteniendo un trabajo, al no haber trabajo, deberemos emprender un negocio por nuestra cuenta.

Claro que, muchas personas no se sienten capaces, pues no tienen experiencia en la gestión de un negocio, otros se topan con la dificultad de conseguir financiación para un negocio, otros no tienen ideas y algunos tendrán miedo de comenzar un camino para el que no se sienten preparados.

En ese momento, recuerda que eres ese niño que intentaba caminar y caía, o esa persona que quería sacarse el carnet de conducir y jamás había cogido un coche. Aún así vemos a personas que triunfan en los negocios en una época de recesión cuando muchas empresas están cerrando. Es época de exámenes, y algunos aprueban y otros suspenden. No es cuestión de suerte, es cuestión de esfuerzo, y el que aprueba, por regla general es porque ha estudiado algo más que el que suspende. Desde nuestra infancia hasta nuestra época, este hecho no ha cambiado.

Negocios y Artes marciales.

Cuando tengo dificultades o me encuentro en un laberinto, siempre recuerdo mi época cuando practicaba artes marciales, y recuerdo las palabras del profesor (Sensei) que tuve en esta materia.

Con mis 64kg frente a un rival de 85kg, todo era cuestión de analizar y mantener una distancia prudente, avanzar si estabas seguro y retroceder si entrabas en zona de peligro. De antemano sabías que necesitarías dar más golpes que tu rival, pues era claramente superior, del mismo modo sabías que un único golpe de tu rival podría hacerte «besar la lona».

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A pesar de tener una estrategia elaborada y estudiada, podía haber imprevistos a lo largo de la lucha, imprevistos que requerían de una adaptación al nuevo escenario que se planteaba. La capacidad de improvisación estaba ligada a la capacidad de reacción. ¿Sentía miedo?, por supuesto, ya que sería de locos el no sentirlo, claro que ese miedo te mantenía alerta y te hacía ser más inteligente, pues tu rival estaba más confiado.

Un combate de este tipo solía acabar cuando un rival que te superaba en peso y altura te inmovilizaba en el suelo. En ese momento, nada había que hacer. Terminaba el combate y asumías que era un rival difícil, superior a tí. Ahí es donde entran las palabras del Sensei:

«Siempre que te encuentres inmovilizado por un rival superior, no malgastes energía en intentar escapar si no conoces la forma de salir. Detente y estudia el punto más débil y cómo aprovechar la fuerza de tu rival a tu favor. De nada sirve la fuerza contra la inteligencia y de nada sirve la rapidez si estás inmovilizado. Canaliza la energía en un único punto y sal de ahí. Siempre hay salida, encuéntrala.»

Con el tiempo y el aprendizaje te das cuenta de que por muy grande que sea tu rival, si canalizas tu fuerza en su muñeca o en un simple dedo, este gritará, te soltará y pedirá que paren el combate a pesar de ser él quien está en una posición dominante.

El problema eran 85kg de peso, y la solución se encontraba en enfocarte únicamente en 200gr de masa.

En la actualidad, cuando me encuentro en algún laberinto, siempre recuerdo alguna situación que ya he vivido en el pasado. Aprendí a identificar problemas, ya que problemas encontramos de dos tipos:

  • El que no tiene solución: Este realmente no es un problema, ya que si no tiene solución es algo que no nos debería preocupar y debemos aprender a vivir con él, aunque en la vida no suelen aparecer este tipo de problemas.
  • El que tiene solución: Si tiene solución, tampoco es un problema. Más bien es algo a lo que debemos encontrarle la solución cuanto antes.

La buena noticia es que en la mayor parte de los problemas que aparecen en la vida, no hay rivales, no compites contra nadie, salvo contra tí mismo, poniendo a prueba tus capacidades. Es por eso que cuando escucho a alguien decir que quiere hacer algo pero no se atreve, que tiene una buena idea, pero no sabe si funcionará, que lleva 3 años sin empleo, pero espera un cambio político para que le den empleo, o sencillamente está esperando que pase algo que mejore su situación por sí sola, me viene a la mente aquella famosa frase:

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«Si te quedas esperando que pase algo que cambie tu vida, lo único que pasará, será la vida»

Si tienes miedo, puedes tener éxito en los negocios. A pesar de lo que se dice, el miedo es fundamental mientras que el exceso de confianza suele ser perjudicial. El miedo suele hacerte actuar con cautela, y el tener miedo indica que conoces la existencia de ciertos riesgos. El miedo es bueno, siempre y cuando no te detenga y te haga asumir del mismo modo ciertos riesgos.

No estoy seguro de que este artículo pueda ayudar a alguien, aunque únicamente intento transmitir que cualquier cosa que te propongas se puede alcanzar, y si no sale como esperabas, al ser dueño de tu destino, podrás tener tantas oportunidades como quieras darte, siempre buscando la forma de que al final del trayecto, puedas decir una de estas dos cosas:

  • Me esforcé y conseguí tener éxito.
  • No tuve éxito, pero me esforcé al máximo para conseguirlo.

De esta forma evitarás el emplear frases como estas:

  • ¿Y si hubiera hecho…..?
  • ¿Y si en lugar de haberme acomodado….?
  • Me arrepiento de no haber intentado…..
El pasado no se puede cambiar, nuestra vida presente es fruto de nuestros actos del pasado y nuestro futuro dependerá de las acciones que ejecutemos hoy.
Recuerda: Para cambiar tu situación actual, deberás comenzar a tomar decisiones que hasta ahora no has tomado. En el camino no todo serán alfombras de flores, pues estará lleno de espinas y obstáculos. Algunos obstáculos serán fáciles de superar y otros serán auténticos monstruos difíciles de derribar.
Sentiremos miedo, nos sentiremos perdidos y en ocasiones nos encontraremos inmovilizados por nuestros propios miedos. En ese momento, recuerda que siempre hay una estrategia que nos conduce a una salida. Enfoca y canaliza toda la energía en la salida y no en el problema.

Únicamente fracasa aquella persona que deja de intentarlo. Buena suerte!

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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