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¿Contratarías a tu jefe en caso de emprender un negocio?

Hay un viejo dicho que dice: «Ten cuidado a quién pisas al subir, pues puede que te lo cruces al bajar». El desempleo ha llovido a todos por igual. Peones y directivos se cruzan diariamente en la misma oficina ( Oficina de desempleo), aunque se están produciendo circunstancias algo curiosas, y es que están saliendo a relucir peones con espíritu emprendedor y directivos que carecen de ese espíritu, ya que están preparados para gestionar una empresa, no para crearla.

No hay datos estadísticos (al menos que yo conozca) del porcentaje de jefes que actualmente están trabajando para sus ex-empleados, aunque ya he conocido varios casos y ciertamente, si admirabas a tu jefe y le considerabas un profesional, quién mejor que esa persona para que forme parte de tu proyecto de negocio.

Ahora bien, si retrocedo en el tiempo unos 12 años y hago memoria sobre algunos de los jefes que he tenido en el pasado, ha habido de todo. Algunos de ellos sacaron todo mi potencial, me ayudaron a alcanzar mis metas, a formarme como profesional. Cada día aprendía cosas nuevas. Incluso teníamos nuestras diferencias, pero jamás llegaron a traicionarme.

Tuve otros jefes que sólo me gustaría encontrarlos en la competencia, ya que su nivel de incompetencia era tal que serían rivales muy débiles allá donde estén y jamás serían capaces de preparar un equipo en condiciones, ya que la competitividad de un equipo, suele ser el reflejo del líder que lo dirige.

Hay muchos errores que un líder comete a lo largo de su carrera directiva. Algunos errores son parte de la gestión. Estos errores, podríamos decir que forman parte del aprendizaje, pues nadie está exento de cometerlos por muy extensa que sea tu carrera profesional. De esos errores se suele salir con una lección aprendida.

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En cambio, existen otro tipo de fallos, que más que fallos podrían considerarse una condición que trae «de serie» la persona que los comete, como podrían ser el no asumir parte de culpa en unos malos resultados y en cambio apuntarse la victorias a su cuenta personal de cara a la directiva, carecer de palabra o ser egoísta.

Hablar de malas formas y faltar al respeto de un trabajador, así como llamar la atención en público son errores muy comunes que se ven diariamente en las empresas.

El pensar que eres el jefe (el gran jefe) y el resto de trabajadores son únicamente máquinas de trabajo y esclavos de la producción, muestra una carencia de «tacto humano». Se puede corregir un error de gestión, pero a cierta edad, no es fácil cambiar en lo que una persona se ha convertido cegado por su cargo.

Claro que como dicen los antiguos: «La vida da muchas vueltas y nunca se sabe dónde nos encontraremos».

Esta crisis ha provocado que ex-jefes y ex-empleados se encuentren en la falda de la montaña al mismo nivel. Quizás es momento de crear uniones o alianzas estratégicas entre jefe y empleado. Eso han pensado algunas personas.

El nuevo emprendedor no tiene mucho que perder, por lo que tiene mucho por ganar. El ex-empleado emprendedor tiene las ganas, la vitalidad y la energía para comenzar un nuevo proyecto desde abajo. El ex -directivo suele tener algunos contactos a los que el nuevo emprendedor le costaría llegar en un principio, además, si dirigió la empresa por méritos propios, podría ser una fuente inmensa de conocimiento.

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En este punto es donde se necesita confianza a la hora de acudir a un antiguo jefe y, la confianza se ha debido ganar en el pasado. Ahora es cuando el ex-directivo se da cuenta de su valía, pues era él quien tenía el poder para evaluar a un equipo de trabajo, pero pocas veces pensó que durante ese tiempo, él también había sido examinado, y hoy, muchos de estos directivos tienen su futuro profesional en manos de antiguos empleados que ante la pérdida de su trabajo decidieron iniciar su negocio por su cuenta o sencillamente se encuentran en un puesto de empresa clave en la selección de candidatos.

Moraleja de todo esto: «Sé humano y trata siempre, estés donde estés, ocupes el cargo que ocupes, a todo el mundo como personas, sé siempre profesional y justo. Gánate la confianza no sólo de tus jefes, sino de tus empleados. Nunca sabes en qué se convertirá la persona que hoy tienes debajo y nunca sabes dónde te la encontrarás.»

En las estadísticas de empresas de medición de clima laboral, en más de un 50% de los casos, más del 80% de la plantilla piensan que su jefe inmediato es «tóxico» para la empresa. Unicamente un 5% de las empresas le dan importancia al dato de tener a un directivo cuyos empleados no le aprecian.

Ahora piensa en tu jefe o ex-jefe. En caso de necesitar un directivo en un proyecto de negocio propio… ¿le llamarías?, ¿piensas que te podría continuar aportando experiencia o, por el contrario crees que tu hijo de 2 años lo haría mejor que tu jefe?.

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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