Los multimillonarios pueden parecer genios, pero en realidad son bastante tontos. Al menos así los ve la persona promedio antes de que estos ricos alcancen la riqueza.
El director de inversiones de Merrill Lynch, Ashvin B. Chhabra, decidió estudiar a los 400 estadounidenses más ricos que se incluyen en la lista Forbes 400, con la idea de ver qué tenían en común a pesar de que han hecho sus fortunas de una forma muy distinta.
En su libro «The Aspirational Investor: Taming the Markets to Achieve Your Life’s Goals«, divide a los multimillonarios en cuatro categorías: Empresarios, administradores de dinero (sobre todo gestores de fondos de cobertura), magnates de los bienes raíces, y aquellos que ya heredan las fortunas.
Descubrió que no importa en qué categoría se encuentren, pues todos ellos tienen un rasgo en común: ignorar la sabiduría convencional acerca de la forma en que invierten.