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La forma en que los ricos hicieron su fortuna no es inteligente para la persona promedio.

Los multimillonarios pueden parecer genios, pero en realidad son bastante tontos. Al menos así los ve la persona promedio antes de que estos ricos alcancen la riqueza.

El director de inversiones de Merrill Lynch, Ashvin B. Chhabra, decidió estudiar a los 400 estadounidenses más ricos que se incluyen en la lista Forbes 400, con la idea de ver qué tenían en común a pesar de que han hecho sus fortunas de una forma muy distinta.

En su libro «The Aspirational Investor: Taming the Markets to Achieve Your Life’s Goals«, divide a los multimillonarios en cuatro categorías: Empresarios, administradores de dinero (sobre todo gestores de fondos de cobertura), magnates de los bienes raíces, y aquellos que ya heredan las fortunas.

Descubrió que no importa en qué categoría se encuentren, pues todos ellos tienen un rasgo en común: ignorar la sabiduría convencional acerca de la forma en que invierten.

Ellos se saltan algunos consejos que las personas promedio consideramos como inteligentes. Por ejemplo, ellos no hacen crecer su riqueza mediante la inversión en carteras diversificadas.
Uno de los consejos más habituales por parte de los asesores financieros es que «no pongas todos los huevos en la misma canasta» y que hagas una diversificación inteligente. En cambio, para algunos de estos multimillonarios, diversificar es algo que sirve para protegerte de la ignorancia al no saber dónde estás invirtiendo.
En cualquier caso, tanto si hablamos de inversores como de empresarios, ellos hicieron lo contrario en la mayoría de los casos: se lanzaron con todo y a por todo, probablemente poniendo todos los huevos en una canasta. Pero eso sí, poniéndole muchos huevos.
Chhabra dice:
«Las cuatro principales fuentes de riqueza representada en la lista Forbes 400 implican «riesgo idiosincrásico», que es ese tipo de riesgo que, de acuerdo a los principios teóricos modernos en la inversión, los inversores «racionales» aconsejan eliminar o limitar mediante la diversificación.

Sin embargo, la mayoría de las personas de la lista Forbes creyeron, y siguen creyendo, que centrarse en lo que mejor saben hacer e ir con todo, es la estrategia menos arriesgada».
Claro que Chhabra también menciona que a pesar de que esta estrategia arriesgada les ha funcionado a los 400 más ricos de Estados Unidos, por cada historia de éxito de este perfil, existen un montón de fracasos que no conocemos al no haber salido bien.
También señala que el aterrizar en la lista Forbes 400 es una cosa, pero permanecer en ella es otra, pues no todos los que aparecían hace algunos años, siguen estando hoy día en esta lista.
Chhabra concluye que el riesgo idiosincrásico puede ser una buena idea para construir la riqueza, pero quizás no funcione correctamente para mantener esa riqueza. 
Conclusión: Si bien hay que arriesgar para ganar, una vez se gana hay que limitar riesgos para proteger lo conseguido.
Ver también:  El secreto del éxito de Pablo Iglesias (sí que podía).
A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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