«Si tuviera dinero, montaría un negocio. Si tuviera dinero, invertiría en… para conseguir más dinero». Todos en un momento dado hemos tenido un «si tuviera», y en ese momento fue el freno para conseguir lo que queríamos, aunque si los analizamos, esos «si tuviera» pueden convertirse en nuestra mayor motivación.
El ser humano busca excusas por naturaleza para no lograr sus objetivos o no luchar por ellos. Volvemos a una vieja frase: «Los que quieren alcanzar el éxito, buscan caminos. Los que no, buscan excusas». Solía decir una sabia persona que no hay nada más idiota en el ser humano que añorar algo que nunca ha tenido (evidentemente hablaba del dinero) pues el enfocarse en su añoranza le hace perder de vista el objetivo principal. Si lo que buscas es la libertad financiera, ganar más dinero, el dinero no es el freno, sino la meta, por lo que es nuestra motivación.
Si tuvieras dinero suficiente para montar un negocio de la noche a la mañana, probablemente el negocio fracasaría y puede que no importara demasiado, ya que no lo viste nacer ni luchaste desde el inicio para levantarlo. De hecho, los millonarios que le dejan esas grandes fortunas y corporaciones a sus hijos, suelen pulirse la fortuna y llevar las empresas a pique, y eso es porque no tuvieron que sudar para levantar el imperio que su padre les dejó.
Lo podemos trasladar tanto a los negocios como a las inversiones. Como ya hemos explicado en varias ocasiones, un negocio se puede iniciar sin dinero (salvo algunas excepciones). Muchos emprendedores buscan incluso financiación antes de que haya una idea de negocio más o menos formada.
Si tuvieras la financiación desde el principio, sería estupendo, pero como no la tienes, tendrás que iniciar una estrategia en tu negocio con unos costes mínimos y conseguir clientes poco a poco. «Aunque no veas claro el camino, comienza a caminar, y verás que conforme camines, el camino se irá viendo y los medios comenzarán a llegar».
Si lo trasladamos a las inversiones, sería más de lo mismo, pues recuerdo que cuando comencé a invertir en bolsa, no tenía mucho dinero. Alguna vez me ocurría que tenía el dinero invertido en una acción concreta, y el valor no se movía. Mientras tanto, observaba cómo otros valores comenzaban a rebotar y eran mucho más rentables. ¿Sabéis lo que decía?: «Me estoy perdiendo esas subidas. Si tuviera más dinero, podría diversificar en más acciones». Pero no tenía más dinero, por lo que sencillamente debía «atinar» un poco mejor la próxima vez a la hora de elegir la acción en la que quería invertir para capitalizarme de una forma más rápida.
El no tener dinero suficiente me hizo estudiar mucho más a fondo las empresas en las que iba a invertir y mejorar mi método de inversión. No miento si digo que los mayores errores que he cometido en bolsa han sido precisamente cuando tenía capital suficiente. De haber tenido poco dinero, no creo que hubiese cometido esos errores.
Hoy día es mucho más fácil invertir sin dinero, como ya explicamos, por lo que el dinero en sí no es una excusa para comenzar a invertir (siempre y cuando estés preparado y sepas lo que haces). Del mismo modo, no es una excusa para los negocios ni debería ser para nada en la vida.
Se comienza con un «si tuviera» y se acaba diciendo «si yo fuera de la familia real, si yo viviera en Estados Unidos o si yo hubiera nacido en una familia rica….», pero somos lo que somos y estamos donde estamos. Teniendo eso claro, usemos lo que tenemos para alcanzar lo que añoramos y una vez lo consigamos sabremos apreciarlo y cuidarlo. Acabo con una frase:
«No hay nada en esta vida que valga la pena y que se consiga sin esfuerzo». No recuerdo quién la dijo, pero a medida que pasan los años, va cobrando cada vez más sentido. Para todo lo demás, siempre habrá buenas excusas que aportar.
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