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Las 3 decisiones más importantes que deberás tomar en tu vida.

Tomamos cientos de decisiones cada día, pero probablemente sólo 3 decisiones importantes son las que marcarán nuestras vidas en todos los aspectos posibles, desde el aspecto financiero hasta  la felicidad. Son decisiones que debemos analizar perfectamente, mientras el principal problema es que cuando las tomamos no somos conscientes de la importancia que tienen a pesar de que estamos advertidos.

Teniendo en cuenta que la vida es un conjunto de elecciones donde algunas veces fallaremos y otras acertaremos, vamos a intentar (aunque es complicado) no fallar en estas elecciones.

1. Matrimonio: La persona con la que te casas.

Vivimos tiempos difíciles con respecto a eso del amor eterno, ya que las estadísticas son bastante desfavorables. La probabilidad de que te divorcies es extremadamente alta, y  la separación de bienes no te protegerá de perder el 50% de todo lo que construyas.

Con esa persona tendrás hijos (sangre de tu sangre), hijos que llegado el momento de divorciarte te harán parecer un preso que recibe visitas 2 veces a la semana. Conozco muchas empresas que a raíz de los problemas matrimoniales del dueño, comenzaron a flaquear, y no por lo que sentían por su ex-pareja, sino por verse despojados de muchas cosas, incluidos los hijos.

Del mismo modo que aconsejamos que respires 100 veces antes de contestar en estado eufórico, se aconseja que respires 300.000 veces antes de tomar una decisión de matrimonio en estado «de enamorado». Vas a hacer una inversión en un mercado muy volátil y estadísticamente jodido, así que asegúrate de elegir el valor correcto, y mucha paciencia, ya que como decía Guy Kawasaki: «Conozco muchas personas arrepentidas por haberse casado demasiado pronto. No conozco a ninguna arrepentida por haberse casado demasiado tarde«.

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Aunque suene frío y nunca te lo hayas planteado, un hombre, al menos en España, en el momento que se divorcia, pasa a sentirse como un banco de esperma y un cajero automático.

2. Elegir tu dedicación.

Por desgracia, esta decisión debemos tomarla incluso antes de poder tomarla inteligentemente. Por regla general, con 17 años ya debemos tener claro si queremos ir a la universidad y qué carrera estudiar, o si por el contrario nos compensa estudiar una carrera en lugar de especializarnos en algo a través de un módulo. Quizás lo nuestro sea comenzar a montar nuestro propio negocio desde bien jóvenes e ir aprendiendo lo que necesitamos sobre la marcha. Pocas personas tienen claro lo que quieren ser con 17 años. De hecho, muchos descubren lo que les gusta (su vocación) con 40 años. Es por eso que Richard Branson aconsejaba que antes de matricularte en una universidad, recorras mundo (claro que conforme está el mundo hoy día, mejor que lo veas a través de Google Street view)

El caso es que hay carreras universitarias complicadas y de muchos años que además requieren de especialización o que incluso deberíamos acompañar con un Máster si queremos tener un futuro laboral. Para cuando acabes la carrera, probablemente algunos compañeros de tu instituto ya se habrán hecho ricos.

Estudiar 6 años de carrera para jamás trabajar en lo que estudiaste debe ser una sensación nada agradable. No obstante, aunque parto de la base de que en la universidad no aprenderás lo que vas a necesitar, lo cierto es que necesitarás un título. Es decir, ir a la universidad en nuestro actual mercado laboral, es una obligación.

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En una ocasión me dijo una persona: «Sé emprendedor. No importa lo que estudies o dónde trabajes.  Da igual que trabajes de camarero o de Gerente. Sabiendo que eres emprendedor, si en algún momento pierdes tu trabajo, no será una carga, sino una liberación para poder hacer lo que te gusta». Puede que suene demasiado espiritual, pero debido a las vueltas que da la vida, acabé entendiendo lo que quería decir esta persona.

Jamás te acomodes. Pregúntate a tí mismo si lo que haces es lo que realmente quieres hacer.

(Leer: Los mejores consejos que jamás se han dado a estudiantes universitarios)

3. Elegir tu actitud ante la vida.

Hay gente que le cuesta entender esto, pero podemos elegir ser felices o infelices. La felicidad es únicamente un estado mental. Si escoges una filosofía de vida positiva, tus días serán mejores.

Personalmente yo elegí ser feliz. He pasado momentos buenos, momentos pésimos, me he roto huesos, me han partido el corazón, he perdido seres queridos, he tenido problemas económicos, he vivido injusticias, pero mi sentido del humor siempre ha estado ahí.

Hay personas que tienen días buenos y días malos. Yo elegí que mis días fueran buenos, así no obligo a la gente a analizarme para descubrir qué carácter tendré hoy.

Elegí vivir mirando hacia delante. Es la única forma de avanzar. Hay gente que siempre tiene puesta la misma canción: «Si yo hubiera…. hace 10 años»…..

Si bien es cierto que puedes caer, también es cierto que tú eliges si quieres levantarte. Esto no es un discurso de motivación barata, ya que entiendo las personas pueden atravesar malas situaciones que en ocasiones te acorralan y parecen no tener salida, pero la situación no va a cambiar por perder el sentido del humor o la sonrisa, todo lo contrario, puede empeorar. (Leer: 26 lecciones para preparar a tu hijo para el mundo real)

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Y estas serían las 3 decisiones más importantes que considero una persona debe tomar en su vida. Si hay alguna que consideréis una decisión o elección importante, estaré encantado de escucharla.

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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