Pocas personas son las que se paran a analizar el fuerte impacto que las deudas pueden tener en nuestro patrimonio total y futuro.
En ocasiones, buscamos inversiones que sean capaces de generarnos una rentabilidad llamativa para así poder pagar parte de las deudas. ¿Cuál es la inversión más rentable? Sin ninguna duda, invertir en pagar nuestra propia deuda.
No solemos darle importancia a las deudas mientras recibimos ingresos suficientes como para pagarlas, aunque vivamos al día, incluso podemos llegar a olvidarnos de ellas y sólo nos damos cuenta de que están ahí cuando en un momento dado tenemos dificultad para hacerle frente.
(Leer: 5 señales que indican vives por encima de tus posibilidades).
Tenemos todo tipo de deudas: préstamos personales, hipoteca, tarjetas de crédito (la deuda más tóxica que existe), préstamos estudiantiles (en el país donde los haya), etc, etc…
Lo bueno que tiene el invertir en el pago de la deuda es que puedes conseguir una rentabilidad por tu dinero de un 15% ó 23%, de un forma completamente segura, sin asumir ningún riesgo. ¿Cómo se explica eso?. Es sencillo, y es algo que muchas personas no lo ven de esta forma.
Mediante el pago de tus deudas, garantizas una tasa de retorno igual a la tasa de interés que se paga por las deudas.
Explicado de forma sencilla:
«Si tenemos 10.000€ de deuda en un crédito personal por el que pagamos un 15 %TAE, y conseguimos ahorrar 10.000€, ante la pregunta de ¿dónde invierto mis 10.000€?, está claro que pagando los 10.000€ de deuda has conseguido un 15% de rentabilidad por tu dinero, ya que al fin y al cabo, ese 15% ibas a pagarlo obtuvieras la rentabilidad que obtuvieras en cualquier tipo de inversión. De esta forma, has tenido esa rentabilidad con un riesgo nulo en la inversión. Y además, ya estás libre de esa deuda.
En el caso de algunas tarjetas de crédito, en las que se calcula un interés mensual del saldo deudor total, si «anualizamos» el interés que pagamos por la tarjeta, podríamos estar hablando de más de un 40% al año, lo cual es un destructor total de tu futuro financiero, aunque ahora no te des cuenta.»
¿Por qué la mayoría no se desprenden de sus deudas?
Algunos dirán porque a raíz de la crisis no pueden. Y es cierto, puede que ahora no sea posible, pero es una cuestión de mentalidad, ya que cuando pudimos pagar las deudas, lo que hicimos fue contraer más, y muchas personas, si dentro de 6 meses pudieran hacer frente a sus deudas, probablemente tampoco se las quitarían.
El mayor problema que vemos a la hora de luchar contra las deudas es el factor tiempo, ya que una vez se le propone a una persona algún tipo de plan financiero basado en sus ganancias/ahorros, se le da un plazo de tiempo que puede llegar a ser muy largo, y eso les desmotiva.
Charlie Munger decía en sus 5 pasos para hacerse rico que es imposible crecer financieramente pagando intereses de un 13 ó 21 por ciento.
Hace tiempo pusimos el ejemplo de Stephanie, una chica que cayó en la trampa de la deuda y gracias a un plan financiero consiguió quitarse 90.000 dólares de deuda en 3 años. De no haberlo hecho, hubieran pasado esos 3 años y estaría aún más endeudada.
Es por eso que siempre insistimos en que antes de buscar inversiones, sobre todo en bolsa, donde se aconseja el largo plazo, debemos intentar estar libres de deudas, y más aún si tenemos deudas con intereses de más de un 10%, pues en estos casos, atacando la deuda ya estamos teniendo una buena rentabilidad por nuestro dinero sin necesidad de asumir riesgos.
Para algunos es muy evidente lo que explicamos en este artículo, pero conozco casos de personas que han invertido 10.000€ en Deuda Pública a 12 meses teniendo pendientes 5.500€ de un préstamo personal y 1.500€ en una tarjeta de crédito, lo cual quiere decir que no es tan evidente. Cuestión de mentalidad, ya que para mi punto de vista, esa inversión en Deuda Pública, desde una mentalidad financiera, te está haciendo perder dinero al no haber quitado la deuda.
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