Soy el primer indignado al ser consciente que las políticas de nuestro país no van a crear empleo en mucho tiempo. Y también soy consciente del daño que se le hace a una persona cuando se le dice que la única salida es emprender, pues siendo realistas, emprender por necesidad y no por vocación, es muy peligroso y aumenta las estadísticas de fracaso. Por eso me he fijado en un artículo que escribía Javier Megías bajo el título «No emprendas, por favor«. Un artículo cuyo mensaje entiendo y que incluso podría compartir, pero con el que no estoy totalmente de acuerdo a pesar del acertado razonamiento.
Javier tiene razón cuando dice que el emprendimiento ya de por sí es duro cuando se hace por vocación, y por tanto un grave error cuando lanzamos a jóvenes y desempleados al emprendimiento por necesidad. Está claro que aumentar el número de autónomos es la mejor forma de mejorar las estadísticas de desempleo, ya que sacamos un desempleado del paro y lo convertimos en un semi-empresario (autónomo) en un país donde el apoyo para emprendedores está a la altura de la honradez de nuestros dirigentes. Hasta ahí de acuerdo, pero….
Imagen: Marketingguerrilla |
También es cierto que en España hay más posibilidad (a pesar de las altas tasas de fracaso de nuevos emprendedores), de que tengas éxito en tu propio negocio a que tengas éxito en la búsqueda de un trabajo. La búsqueda de trabajo en España se ha convertido en un trabajo a tiempo completo sin remunerar y desesperante. Hoy día es mucho más sencillo crearte un trabajo que buscar un trabajo. ¿Que las tasas de fracaso para emprendedores son altas?, de acuerdo, pero si no lo haces, el fracaso es 100% seguro.
No estoy de acuerdo en lanzar a desempleados y jóvenes al emprendimiento por necesidad, pero si es la única salida (y parece ser que lo es), deberás coger ese camino. La otra opción que tienes es no hacer nada, quejarte y morir de hambre o perderlo todo.
Yo no soy Chuck Norris ni tengo vocación de luchador profesional, pero si tengo la certeza de que alguien me va a cortar en pedacitos, cuenta con que me defenderé para impedirlo, y entonces podré acabar cortado en pedacitos o salirme con la mía, pero al menos habré hecho algo para intentar impedirlo.
El potencial oculto de algunas personas.
Nadie puede/debe decirte que tú no sirves para emprendedor, sobre todo si nunca te has embarcado en esta aventura. Muchos grandes empresarios tuvieron su gran idea en el momento de ser despedidos de su trabajo. Hasta aquel entonces nunca se les había pasado por la cabeza emprender y descubrieron más adelante algunas capacidades que ni ellos mismos sabían que tenían.
(Leer: 10 rasgos de la personalidad que necesitas para emprender y tener éxito en los negocios)
Si seguimos las estadísticas de nuevos emprendedores, probablemente el 80% de los nuevos negocios fracasen, pero joder, no mires el 80% y fíjate bien en lo que hace el 20% e identifica los motivos que conducen un negocio al fracaso.
Recuerda que una persona que lo ha perdido todo, es una persona que lo tiene todo por ganar.
El otro día me decía una persona que le habían embargado lo único que tenía – su casa- y tenía miedo de fracasar si emprendía un negocio. ¿Qué van a hacer, embargarte la casa 2 veces?.
No hablamos de probar suerte, hablamos de buscar una salida que si bien no es tu vocación, probablemente sea la única puerta viable, ya que la otra puerta nos llevaría a esperar que solucionen las cosas o te ayuden desde arriba, y eso no va a ocurrir (creo que ya han repartido todos los sobres).
Como ya dije hace tiempo, emprender en España no es una opción, sino una obligación si deseas salir hacia delante. Saldrá bien o saldrá mal. Si sale bien, enhorabuena. Si sale mal, enhorabuena también, ya que has aprendido una lección y la próxima vez te saldrá mejor.
Si eres consciente de que necesitas emprender pero no tienes muy claro qué tipo de negocio se te daría bien, te recomiendo nuestro artículo: Cómo saber qué negocio poner.
En resumen: Ante la actual situación, puedes no hacer nada (decisión libre de riesgo) o puedes hacer algo (riesgo elevado). La decisión libre de riesgo no te conduce a ningún sitio. La decisión con riesgo puede que te conduzca hacia alguna parte.
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