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4 verdades sobre el arte de la negociación.

Supongo que la mayoría habrá escuchado que la negociación perfecta es aquella en que ambas partes salen beneficiadas por igual al obtener un beneficio común. En la teoría, así deberían ser las negociaciones, pero en la práctica, probablemente ese caso teórico sea muy poco habitual, ya que ante la diferencia de tamaños, una de las partes, casi siempre querrá mucho más.

Los grandes empresarios que han conseguido hacerse multimillonarios, han demostrado a lo largo del tiempo que su incremento de riqueza no se ha conseguido a base de negociar por el bien de las 2 partes, sino por el bien propio.



1. La posición elevada siempre gana.

En el ejército, si el enemigo te rodea desde una posición elevada y más numerosa, ya sabes que estás en desventaja y deberás ceder. Lo mismo ocurre en los negocios, y es que si vas a negociar con un gigante, ya sabe de antemano lo que quiere y hasta dónde está dispuesto a llegar.

Existen situaciones muy comunes en las que tú tienes mucho que perder si no sale adelante la negociación con éxito, y mucho por ganar en caso de resultado positivo, mientras que para la otra parte, es indiferente el resultado. Imagina que te sientas con Buffett para negociar un trato de 100.000€. Para ti es un mundo, mientras que para él es calderilla.

Se suele decir que en las negociaciones, al igual que en el poker, si no sabes quién va a ser la víctima, es porque la víctima eres tú. En estos casos, es mejor reconocer que eres la víctima e intentar hacerlo lo mejor posible.

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Además de venderte en presente, véndete en futuro. Es decir, no vendas únicamente la persona que eres hoy día o el negocio que hoy día tienes. Vende lo que serás mañana.

En toda negociación, la empatía y simpatía por la otra persona, también cierra acuerdos cuando tienen claro que el producto es lo que están buscando.

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2. La negociación comienza con un NO.

Imagina que te diriges a tu jefe para pedirle 100€ más de salario al mes, y rápidamente te dice: «Sí, sin problema». Probablemente salgas de la oficina torturándote con una sencilla cuestión: «Me ha dicho SÍ muy rápido. ¿Si hubiera pedido 200 ó 300 euros más al mes, me los hubiera dado también?».

En una negociación entre empresas, un «SÍ» demasiado rápido puede cerrar el trato, pero recibir esa llamada anunciando un descuerdo posterior, con la esperanza de renegociar las condiciones al no verlo muy claro.

Para cualquier negociación, nunca digas SÍ a la primera de cambio. Y en el otro extremo, ten siempre claro el límite hasta donde vas a llegar.

En resumen: en toda negociación pide siempre más de lo que quieres y ofrece siempre menos de lo que estás dispuesto a ofrecer.

(Leer: 6 mitos de los grandes vendedores)

3. El poder de negociación está en la cabeza.

La persona que percibe que tiene menos que perder es la persona con la mayor ventaja en la negociación. Es una técnica muy habitual el no mostrar demasiado interés por cerrar el acuerdo, ya que allá donde se ve interés, se ve desesperación, y por tanto, oportunidad de apretar.

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Es por eso que según el tipo de trato o acuerdo del que estemos hablando, se aconseja hacer una severa investigación de los intereses ocultos que pudiera haber en el interés por el acuerdo, así como los posibles beneficios que obtendría la otra parte con ese trato.

Quizás esa persona con la que estamos negociando, la cual se muestra pasiva e indiferente, resulta que está contra la espada y la pared en su empresa y necesita de la nuestro producto o negocio para salir adelante.

En cualquier caso, en igualdad de condiciones, el poder de negociación e influencia que tengamos sobre la otra persona, se encuentra en nuestra propia creencia sobre nuestras capacidades. Claro que es evidente que si estamos negociando con Google o Apple, la persona que venga a negociar con nosotros tendrá más confianza en su poder de negociación.

4. El secreto de los grandes negociadores está en conocer a la gente.

¿Tu mujer/marido o novia/novio es especial o misteriosa/o? No lo es, de hecho son muy simples. Ya sé que todo el mundo quiere pensar que es muy especial, o piensa que conoce a alguien muy especial y que es distinto a todo lo demás, pero lo cierto es que todos actuamos por los mismos instintos (sin excepción). Todos actuamos en base a ciertas emociones o sentimientos, como pueden ser sexo, ira, rabia, ambición, venganza, etc… y eso nos puede convertir en predecibles, y por tanto en simples.

Es por eso que las técnicas de marketing siguen funcionando incluso para los no creen en el funcionamiento del marketing. La mayoría de las personas no sabrían explicar correctamente por qué son católicas o musulmanas o sienten más simpatía por ciertos políticos, pero en cambio quieren hacernos creer que son capaces de decidir por sí mismos en otras cuestiones.

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Los grandes negociadores saben que pueden ser víctimas de instintos naturales en el ser humano, así como saben que es una gran debilidad en la otra persona con la que están negociando.

La mejor forma de comenzar a conocer a las personas para negociar con éxito, es hacerlo en pequeños círculos familiares y de amigos.

¿Alguna vez has ido con tu pareja al cine y has visto la película que ella quería, pero no la que tú querías?.   Ha sido por el instinto de complacencia a los demás. Si bien no pasa nada por hacerlo en pareja donde supuestamente hay que ceder para que la relación funcione, este instinto también está presente en las negociaciones, sobre todo si eres víctima de otros instintos en la negociación, como puede ser la simpatía que te genere la otra persona, incluso el deseo si es una mujer atractiva. A veces uno no llega a averiguar el por qué dio tan buenas condiciones a la otra parte. Al final se consuela pensando que pudo ser debido a que es muy buena persona, pero en ocasiones, ha sido el tonto que entró en los juegos psicológicos de la otra persona.

Por tanto, conoce a las personas… todas tienen muchas rasgos, hábitos e instintos en común, pero conócete a ti mismo también para saber qué instintos resaltan tus debilidades.

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más