Parece ser que las ciudades de todo el mundo tienen el mismo problema, y es que encontrar un aparcamiento libre, sobre todo en hora punta, es una proeza. Varios emprendedores han creado MonkeyParking, una aplicación que no viene libre de polémica, y que por un lado ayuda al conductor desesperado por encontrar un sitio libre donde aparcar, mientras que por otro lado le da la posibilidad a otra persona de ganar dinero poniendo el aparcamiento libre a la venta (en subasta).
La idea es sencilla. Esta aplicación incita a los usuarios a aparcar su vehículo en una zona de gran afluencia de tráfico y escasez de aparcamientos libres. Colocar en el mapa de la aplicación la ubicación del aparcamiento y subastar la plaza.
Al otro lado tendríamos al conductor que abre la aplicación buscando qué aparcamientos se subastan por la zona a la que se dirige y puja por ese aparcamiento. La aplicación por ahora únicamente está disponible en la ciudad de San Francisco y Roma (los fundadores son italianos), aunque pretenden expandirse a muchas otras ciudades.
Captura aplicación MonkeyParking |
La polémica de esta aplicación es el hecho de subastar de forma privada una propiedad pública y ganar dinero con ello, algo que introduciría dinero en el bolsillo del usuario particular y que dejarían de ingresar las empresas de parking o ayuntamientos, según la ciudad de la que estemos hablando.
En principio es una idea de negocio que nuevamente proporciona un servicio entre particulares que prescinde de los servicios de empresas dedicadas a ganar dinero con ello, como es el caso de la aplicación UBER, que ha puesto en pie de guerra a los taxistas, dado que la aplicación es un servicio de taxi entre particulares, o AirBnb, que ofrece alojamiento entre particulares.
La situación de crisis económica y la falta de medios o interés por parte de organismos para solucionar problemas cotidianos, están dando lugar a todo tipo de invenciones que buscan el ahorro, el trueque y el pagar/ganar dinero entre particulares, pagando un precio mucho más bajo del que pagaríamos si recurriéramos al servicio tradicional. Aún así, la idea suena interesante, aunque probablemente se pudiera adaptar o modificar para hacerla más atractiva.