Por algún curioso y extraño motivo, Richard Branson no despierta tanto interés como otros empresarios que aparecen en los medios financieros y que sinceramente no le llegan ni a la suela de los zapatos a este empresario que hace honor a la expresión «hombre hecho a sí mismo».
Desde que fundara su primera empresa relacionada con el sector discográfico en 1970, Richard Branson ha creado más de 400 empresas explorando prácticamente todas las industrias que podamos imaginar: aerolíneas, empresas de telefonía móvil, hoteles, bancos, gimnasios e incluso turismo espacial, hasta acumular un patrimonio neto de aproximadamente 5.000 millones de dólares, entrando de esta forma en la lista Forbes como uno de los 400 hombres más ricos del mundo.
Tiene que ser divertido ser Richard Branson, asegura la escritora de Business Insider, Madeline Stone, pues Branson es de esos empresarios que muestra unas constantes ganas de superación no sólo en los negocios, sino en su vida personal, la cual está llena de apasionantes retos. Y es que entre los consejos de Richard Branson se encuentra el fijarte constantes retos y disfrutar de la vida al máximo.
¿De dónde viene Richard Branson?
Branson nació el 18 de Julio de 1950 en Londres. Aunque su padre era abogado, él mismo dice que su familia era humilde y que se esforzaba por llegar a fin de mes. Forma parte de los millonarios que nacieron con dislexia, un mal que en aquellos entonces era difícil de detectar, por lo que no fue un buen estudiante ante esta dificultad. El director del colegio dijo que Branson era de esas personas que acabaría en la cárcel o siendo millonario.
El primer negocio de Richard Branson.
Su primer negocio fue una revista llamada «Student» (Estudiante) en 1968, cuando Branson era sólo un adolescente. Si bien aquella revista no le reportó grandes ganancias, el motivo de su creación prevalecería en su éxito más adelante, pues Branson se distingue por crear negocios donde ha detectado una necesidad o donde la industria que cubre esas necesidades tiene carencias y cree que puede proporcionar un mejor servicio que lo existente, y además hacerlo rentable como empresario.
Desde la creación de aquella revista, esta premisa es la que impulsaría más adelante la creación de sus más de 400 empresas.
Su primera idea convertida en un negocio rentable fue la de venta de discos por correo en 1970, una empresa que más adelante se convertiría en Virgin Records, el primer gran éxito de Branson al conseguir a músicos de la talla de Rolling Stones y Sex Pistols bajo su firma. Aquella empresa convirtió a Branson a millonario a la edad de 23 años.
Haz que tu presencia se note.
Quizás esta sea la segunda premisa de Richard Branson, y es que la discreción no es su fuerte. La presencia de Branson se nota en kilómetros, sobre todo cuando promociona una nueva empresa o producto.
En 1989 se casó en su isla privada, y según los informes hizo su magistral entrada saltando desde un helicóptero.
En el año 2000, el Príncipe de Gales le dio el título de caballero en honor a su iniciativa empresarial. Es por eso que ahora es Sir Richard Branson.
Branson es conocido por las locuras que hace a la hora de poner en marcha una empresa. En 2007 hizo un salto base desde un casino de las Vegas para inaugurar Virgin America, ha bailado con hippies e incluso de ha travestido de azafata de vuelo. Aunque en el caso de vestirse de azafata, según dice, fue debido a que perdió una apuesta contra el CEO del Grupo Air Asia. Eso sí, hay que reconocer que Branson estaba «monísima» :-).
¿Desde dónde dirige Richard Branson sus empresas?
La filosofía de Branson es contratar a los mejores para de esa forma tener el negocio en buenas manos, por lo que dirige sus empresas o bien desde su barco privado o bien desde Necker Island, una isla que compró en las Islas Vírgenes por 180.000 dólares en la década de los 70 y que ahora está valorada en más de 60 millones.
Asegura que allí tiene su oficina, y es donde suele reunirse para hacer negocios. La gente estará encantada de reunirse con Branson en su «oficina».
No obstante, el hecho de que Branson haya decidido hacer de las Islas Vírgenes su residencia habitual, ha generado muchas críticas al acusarle de usar este territorio por motivos fiscales. Branson asegura que él vive allí porque ama esas islas y tiene la calidad de vida con la que siempre soñó, además de estar en una posición estratégica para hacer negocios.
Los retos de Branson.
A sus 63 años, Branson conserva una vitalidad inusual. En 1987 se convirtió en el primer hombre en cruzar el Océano Atlántico en Globo. Posteriormente intentó varias veces dar la vuelta al mundo en Globo, pero fracasó. Dice que lo tiene pendiente.
En 2010 corrió la maratón de Londres en 5 horas y 2 minutos. Cada vez que tiene oportunidad participa en carreras de ciclismo, escalada, alpinismo y submarinismo. Si le pones un reto, Branson lo intentará.
Curiosidades.
Cada año, Richard Branson consigue un Range Rover gratis como agradecimiento por hablar públicamente cómo sobrevivió a un grave accidente en uno de estos coches.
Uno de sus momentos más críticos fue cuando esta foto en la que cargaba con una modelo desnuda a sus espaldas comenzó a dar la vuelta al mundo. Cuando la prensa rosa intentó meter cizaña a su mujer, la mujer de Branson, únicamente dijo: «Bah, típico de Richard»
Lo último de Branson.
Lo último de Branson fue hace unos días, cuando en las playas de Bournemouth los veraneantes se quedaron sorprendidos con la aparición de una especie de monstruo marino. Únicamente acercándote a la estatua podías observar que era un animal marino tecnológicamente conectado, con móvil y televisión en sus manos. Incluso tenía cierto parecido con Richard Branson. Era su forma de decir que Virgin ha entrado fuerte en la nueva era tecnológica móvil.
Efectivamente, debe ser divertido ser Richard Branson, el cual es un ejemplo de cómo vivir intensamente una vida llena de pasión y disfrutar de cada instante. Pero sobre todo, es uno de esos empresarios que motiva a los emprendedores a organizar bien la empresa de forma que tener tu propio negocio no sea una carga, sino una gran liberación para hacer todo aquello que te apasiona, incluido el hacer negocios en tu isla privada.
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