Antes de hablar sobre cómo motivar a los trabajadores, en muchas ocasiones, lo primero que debemos evitar es que los empleados se quemen. En gran parte de las empresas existen empleados verdaderamente quemados, quizá por sus condiciones laborales, quizá por el trabajo que desempeña o quizá por su vida en general.
Aunque ojo, pues puedes evitar que un trabajador se queme, y aún así, que ese trabajador no esté motivado. Es decir, una persona puede no estar quemada, pero tampoco motivada.
Según el sociólogo Robin Simon, el trabajo es bueno para nuestra salud mental, pues nos hace sentirnos útiles, desarrollar y aplicar habilidades, y además, nos da una tranquilidad financiera. Pero en ocasiones, el trabajo se convierte en el principal foco del problema; nos quema, nos desgasta y nos consume. A veces, el problema es de raíz.
1. Todo comienza el día de la contratación. Busca la excelencia. No te conformes con menos.
Es difícil contratar a grandes profesionales. Y por eso mismo nunca hay que contratar hasta que no encontremos exactamente lo que buscamos. Muchos seleccionadores no eligen a la persona que estaban buscando. A veces se contrata a lo menos malo de todo lo que se ha presentado al proceso de selección.
La mejor forma de no cumplir tus metas es no cumplir con tu plan de contratación, especialmente si dejas entrar en tu empresa a la persona equivocada. A veces, es mejor tener asientos vacíos antes que sentar al trasero equivocado.
Este es el consejo de Michael Bird, fundador de NetProspex, el cual presume de que cada euro que ha gastado en los ciclos extra de contratación, se ha amortizado con creces. Pero para encontrar la excelencia, en ocasiones debemos obviar requisitos absurdos que no son necesarios para la labor que se le pide al empleado.
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