En un momento dado, una tarjeta de crédito puede salvarte de un apuro, pero en este ejemplo visual y real vamos a ver cómo puede arruinar tus finanzas una de esas tarjetas de crédito de «compra lo que quieras y paga una cuota fija cada mes».
En el ejemplo que ponemos a continuación se trata de una tarjeta de crédito de un límite de 3.000€, y que el usuario usó por completo. Tras más de 1 año pagando entre 90 y 80 euros cada mes, la deuda sigue siendo de más de 2.700€.
Como podemos ver, de los actuales 82,87€ que paga este usuario, tenemos una amortización de 23,48€. Es decir, tras pagar esos 82,87€, en la tarjeta únicamente se «reponen» 23,48€. El resto del pago es cobrado en intereses, que suponen 59,39€.
Recordemos que este tipo de tarjetas es uno de los créditos personales con mayor tasa de interés del mercado.
A pesar de que veamos un 29,08% TAE, que ya de por sí es una barbaridad, al menos no suena tan mal. Pero lo cierto es que el interés total máximo, como bien indica en la letra pequeña, puede llegar a ser del 3.577%.
Nunca encontrarás una inversión en el mercado que supere ese interés. Si este usuario no acelera los pagos pagando un importe superior al mínimo que actualmente está pagando, tardará hasta el año 2023 en liquidar su deuda.
Y si decide liquidar el total de la tarjeta en un sólo pago, también deberá pagar una penalización por liquidación anticipada. Una penalización que puede ser a partir del 3% hasta la cantidad que la compañía haya estipulado.
De ahí viene la importancia de pagar nuestras deudas de tarjetas cada mes, pues una vez que entres en la espiral del crédito, salir te puede costar horrores.
Es por eso que siempre recordamos que jamás hay que hacer ningún tipo de inversión hasta que no hayamos quitado las deudas de alto interés.
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