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Este es el rasgo más importante de los empresarios de primer nivel.

Sólo 5 de cada 1.000 personas tendrían el potencial para convertirse en un Richard Branson o un Mark Zuckerberg, según un reciente estudio de Gallup, recogido en una entrevista de la CNBC, donde se recogen algunos rasgos que se necesitan para crear grandes empresas con valoraciones superiores a 1.000 millones.

Estados Unidos, por su cultura emprendedora, tendría a la gran mayoría de estos grandes empresarios con los rasgos o condimentos necesarios para generar este tipo de empresas.

Según la CNBC, en la actualidad sólo existen 90.000 empresas de entre 100 y 499 empleados, y sólo 18.000 empresas con más de 500 empleados en Estados Unidos, destacando en el informe, que en EE.UU., al igual que en otras partes del mundo, por primera vez en la historia, el número de empresas que se cierran es superior a las que comienzan. Pero las empresas que tienen éxito, también son mucho más grandes y con mayor potencial que nunca antes en toda la historia.

Hay 10 rasgos que definen a este tipo de empresarios como Banson o Zuckerberg, como podrían ser el enfoque en los negocios, la confianza, el pensamiento creativo, la capacidad de delegar inteligentemente, la determinación, la independencia, la construcción de relaciones, la búsqueda del conocimiento y la toma de riesgos. Pero hay uno de estos rasgos que es el esencial, pues si te falla, el resto no sirven de nada.

Para dar con ese rasgo que separa el perfil de empresario de éxito con el perfil de alguien que no está encaminado a tener éxito, el estudio tomó una muestra de los empresarios que forman la «cantera de empresas» de la revista Inc 500.

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¿Cuál fue el rasgo que encontraron para el éxito en los negocios?

Puedes ser inteligente, estar sobradamente preparado e incluso contar con todo el apoyo necesario, pero si no eres un tomador de riesgos, estás predestinado, si bien no a fracasar, seguro que no a tener éxito.

Tomar riesgos; ese es el rasgo más importante para los empresarios de éxito. Emprender es riesgo, expandirse es tomar más riesgos. Si hay algo que nos han demostrado las nuevas empresas con valoraciones por encima de 1.000 millones, es que hay que asumir muchos riesgos, y tener la determinación suficiente como para lanzarse en la búsqueda del éxito o el fracaso rápido.

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El siguiente rasgo más importante sería un fuerte enfoque en el negocio, y tener muy claro que no vamos a crear una ONG. El empresario debe buscar en todo momento la rentabilidad, algo que muchos empresarios olvidan al distorsionar esos nuevos mensajes de que «no todo es dinero». No es cierto, pues una empresa sobrevive si hay dinero. Si el negocio no es rentable, la empresa se cierra.

Este tipo de empresarios se esfuerzan y se centran en hacer rentable su empresa, y como aspecto secundario, una forma de encontrar la rentabilidad en el negocio es darle un buen servicio al cliente y vender algo que cubra necesidades. Puedes ser rentable haciendo un cambio positivo en el mundo.

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Y sobre todo, estos empresarios, aunque suene a cliché, nunca se dan por vencidos. No admiten un NO por respuesta cuando buscan el éxito. Si un camino está cerrado, buscarán otro camino, y si les cierran las puertas, entrarán por las ventas abriendo la puerta desde el interior.

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Todos ellos tienen en común un alto enfoque en el control de su propio destino. Ellos saben que su situación futura depende directamente de sus acciones hoy. Son conscientes de la adversidad, del mismo modo que son conscientes de que esa adversidad se puede/debe superar. Se han preparado para superarla.

¿Y cuál es la buena noticia para emprendedores como tú?

Aunque pueda parecer que estos grandes empresarios ya nacieron con estos rasgos, lo cierto es que nacemos con muchas piezas de serie, pero a medida que experimentamos la vida, si eres capaz de desarrollar una habilidad con la que no se nace, que no es otra que aprender de los errores (ser resiliente), hay muchas áreas de nuestra vida que podemos aprender a manejar, y muchos comportamientos que podemos cambiar, hábitos que podemos incluir, y por tanto, podemos hacernos con esos rasgos que se necesitan para ser el nuevo Richard Branson.

Pero para ello, como bien mencionábamos en la famosa ecuación de Lewin, en ocasiones también deberemos cambiar nuestro entorno para tener una visión distinta de la situación, y así podríamos desechar más fácilmente creencias perjudiciales y malos hábitos, dando paso a los nuevos hábitos y otra visión distinta.

¿Cómo pasar de cero a Richard Branson?

Una vez podemos ver más claro qué hábitos tienen en común las personas de éxito, y tenemos claro que deseamos ser como estos grandes empresarios en un futuro, vamos a tener que abrir el primer rasgo para subir escaleras; debes estar dispuesto a aprender todo aquello que en sus días aprendieron estas personas.

Todo podemos desarrollar un talento, y aunque debemos tener claro que por mucho que trabajemos en ciertos talentos o habilidades, jamás superaremos a una persona que nació con un talento en particular, lo cierto es que trabajando más duro que la persona talentosa, podemos obtener más resultados que esa persona.

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Como dice el famoso dicho: «el trabajo duro vence al talento si el talento no trabaja duro».

Del mismo modo, el éxito no depende de un único talento, sino de un conjunto de pequeñas habilidades y talentos en conjunto. Es por eso que hay muchas más personas talentosas fracasadas que personas sin talento con éxito.

No obstante, debes recordar que para tener éxito en los negocios, por regla general, si tienes ganas y habilidades adquiridas, y tienes muy claro que estás dispuesto a trabajar duro, siempre puedes contratar o asociarte con una persona que tenga ese talento que a ti te falta. Así nacen las grandes empresas, pues otro rasgo de vital importancia de este tipo de empresarios es que saben que su éxito depende de las personas que trabajan directamente con ellos.

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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