En 2013 hablábamos de las tiendas de cigarrillos electrónicos como un nuevo boom comercial, donde aparecieron incluso franquicias que en un par de años llegaron a tener más de 200 franquiciados por el territorio español. Un crecimiento sin precedentes en nuestro país, provocado ya no por la oportunidad de negocio que suponía en el corto plazo, sino por la desesperación de muchas personas que no sabían lo que hacer, y decidieron emprender algo «seguro».
Incluso Goldman Sachs recomendaba invertir en esta industria en el largo plazo, mientras que reputados científicos alababan el hecho de que el cigarrillo electrónico salvaría millones de vidas en el mundo.
Era el nuevo negocio del siglo, donde con más o menos conocimientos, cualquier persona con algo de dinero podía abrir su propia tienda y ésta funcionaría. Porque todas funcionaban.
Pero pasó lo que algunos de nuestros lectores imaginaron que pasaría, y es que el 95% de las tiendas de cigarrillos electrónicos han echado la persiana, según la Asociación Nacional del Cigarro Electrónico (ANCE).
Ahora se intenta buscar una explicación para tal auge y caída.
Algunos piensan que es debido a las campañas contra el cigarro electrónico y las dudas al no conocer sus efectos para la salud. Y si bien vimos cómo se intentó manipular el caso de un hombre que «vapeaba» 5 cargas al día, lo cierto es que todo el mundo creo que sabe que por muy malo que sea el cigarro electrónico, nunca será tan perjudicial como el cigarro convencional.
El motivo del cierre de tal cantidad de tiendas, en primer lugar se debe a algo tan sencillo como la pérdida de interés por parte de muchos usuarios, los cuales suponemos que habrán vuelto al cigarro tradicional, mientras supongo que algunos de ellos habrán logrado su objetivo y habrán abandonado el hábito definitivamente.
En segundo lugar, está claro que no es normal ni lógico desde el punto de vista comercial el que en una misma calle hubiese hasta 5 tiendas de cigarrillos electrónicos, como ocurría en algunas calles de la provincia de Granada.
Una tienda de cigarrillos electrónicos puede ser un negocio rentable. Pero 100 tiendas en una misma capital, quizás sea excesivo.
No obstante, debemos recordar que muchos emprendedores abrieron estas tiendas sin hacer el correcto estudio de punto de equilibrio entre ventas/gastos y beneficios. Y es que con el alquiler de un local, luz, seguridad social, autónomos e impuestos, hay que vender muchos cigarros para cubrir estos gastos, por lo que finalmente únicamente unas pocas tiendas sobrevivirán.
Y ésto nos recuerda que en los negocios, al igual que en las inversiones, no se debe seguir a la manada, pues lo que le hizo ganar dinero al pionero, puede no funcionar para el borrego.