La lectura es la forma más rápida de aprender sobre cualquier tema que queremos aprender, y en ocasiones nos enseña, e incluso nos hace replantearnos cosas que nunca se nos habían pasado por la cabeza. Y eso es crecer.
El autor George Martin dijo una vez que «un lector vive mil vidas antes de morir, mientras que la persona que nunca lee, sólo vive una vida».
Elon Musk, Warren Buffett, Bill Gates… son personas de mil vidas, los cuales reconocen que son ávidos lectores que jamás dejaron de leer, y por tanto, nunca dejaron de crecer como personas.
(Ver: 8 libros que Warren Buffett cree que todo el mundo debería leer)
La lectura por sí sola no te garantiza el éxito, pero las personas más exitosas del planeta, todos ellos tienen en común su amor por la lectura y el constante aprendizaje, por lo que se puede deducir que el éxito consiste en leer y aprender de otros autores que ya tuvieron éxito o que hablan de cómo lo hicieron algunas personas de éxito.
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Imagen: La vida entre libro |
Pero incluso la lectura tiene sus técnicas y parámetros. Y es que puedes leer 100 libros y decir que has leído 100 libros, cuando en realidad únicamente has visualizado las páginas de 100 libros.
Los chicos de Art of Charm hacen hincapié en este sentido, pues aseguran que si eres como la mayoría de la población, tu retención de lectura y aprendizaje, probablemente esté por debajo de las mentes más brillantes y de los lectores más inteligentes.
¿Puedes recordar los principales puntos del artículo que leíste hace 10 minutos?, ¿y de aquel artículo que tanto te gustó la semana pasada?, ¿qué recuerdas de aquella biografía que leíste hace un par de años?
Éstas son 6 técnicas o consejos para garantizar que estamos aprendiendo de aquello que estamos leyendo, retener esa información y poder aplicarlo en la vida, en nuestra carrera o en los negocios.
1. Identifica tu propósito.
Para conseguir aprender de la lectura, en primer lugar debemos entender por qué estamos leyendo. Es decir, si compramos un libro, ¿cuál es nuestro propósito u objetivo con respecto a ese libro: mero entretenimiento o aprender?
Una vez hemos identificado nuestro propósito, y éste es aprender, por poner un ejemplo, sobre ventas, probablemente debamos comenzar la lectura de los mejores libros sobre técnicas de venta y estrategias de venta. Esos libros los podremos compaginar con otros libros de psicología y/o motivación, que a menudo pueden llegar a ser más útiles para las ventas que los libros de ventas con conceptos ya trillados por los autores.
Y seguimos.
Una vez que ya conocemos las técnicas y estrategias de ventas, y entendemos también la psicología del cliente, ya podemos pasar a estudiar a los mejores vendedores en su campo, y cómo alcanzaron el éxito a través de su habilidad en ventas. Es entonces cuando los conceptos anteriores surgirán mientras lees la historia de esa persona, así como comprenderás perfectamente las anécdotas de esa persona.
Es decir, ya no sólo leerás, sino que también pensarás, porque si la lectura no te hace pensar, o te has equivocado de libros o no estás leyendo correctamente.
2. Participa con lo que lees.
Hay quien lee un libro como si estuviera escuchando una conferencia. Leemos esas palabras que resuenan en nuestra mente como un monólogo de una persona. Entonces dejamos que el autor hable hasta que acaba de hablar (hemos acabado el libro), aunque probablemente no nos acordaremos dentro de un tiempo de lo que decía el autor.
En cambio, existe otro tipo de lector que más bien ve el libro como una conversación, con la finalidad de captar las ideas clave y recordarlas durante muchos años (probablemente para siempre).
Tim Ferris, autor de «La Semana Laboral de 4 horas», es uno de los que reconoce que él piensa en el material que está leyendo, resalta los pasajes que más le han gustado e incluso escribe sus impresiones u objeciones. Si un pasaje de un autor te reta mentalmente, toma nota de ello, tanto si no estás de acuerdo como si te ha parecido sorprendentemente genial.
Cuando participas activamente con el libro y resaltas las ideas claves, estás aumentando drásticamente tu capacidad de absorción de lectura. Es entonces cuando no sólo estás leyendo; ahora estás aprendiendo.
3. Deja a un lado la velocidad de lectura.
Existen libros de 240 páginas que he tardado en leer más horas que uno de 350 páginas. La mayoría de los lectores se obsesionan con las técnicas de lectura rápida, cuando lo cierto es que la lectura, cuando pretendemos aprender, es una de las cosas que se benefician de la tranquilidad, especialmente durante las partes más significativas de un libro.
En la mayoría de los casos, la velocidad de lectura no siempre está acorde con el procesamiento de la información subyacente, Más bien es inversamente proporcional.
¿Deseas leer un libro porque has escuchado que hay que leer al menos 100 libros, o realmente deseas aprender del contenido de los libros?
Algunas ideas de autores son demasiado importantes como para no detenerse en algunas frases o comentarios, leerlos tranquilamente y volver a reelerlos, incluso ir hacia atrás. Si tu objetivo es aprender, tómate tu tiempo. Si tu objetivo es distraerte con la lectura, hazlo como quieras.
Finalmente, a medida que vamos leyendo más y más, nuestra velocidad de lectura aumenta, y nuestro cerebro comienza a procesar las letras y las ideas de una forma mucho más rápida, sobre todo si nos involucramos con el libro.
4. Elije el formato adecuado.
En mi caso personal, como ya comenté hace algún tiempo en otro artículo: El día que los libros dejen de existir en papel y únicamente pueda leer a través de una pantalla digital, ese día acabará mi pasión por la lectura.
Hoy día podemos elegir libros impresos, libros electrónicos y audiolibros. Lo mío son los libros impresos. De hecho, tengo la necesidad de tocar el papel (me encanta el olor a libro nuevo).
Son demasiadas las investigaciones que me dan la razón con respecto a lo útil del libro impreso.