Todo el mundo ha pasado o pasará a lo largo de su vida por la pérdida de un trabajo, un fracaso en los negocios o cualquier otro tipo de fracaso. Lo vemos cada día, y vemos cómo hay unos pocos que lo superan rápidamente como si nada hubiera ocurrido, mientras otros se vienen abajo. Los de este segundo grupo, en ocasiones imaginan un panorama tan nefasto que rara vez se llega a cumplir, es decir, es más lo que imaginaron que iba a suceder que lo que acabó sucediendo finalmente.
Y claro, tendríamos a aquellos que se quedan besando el fango y son incapaces de salir de ahí. La única diferencia entre unos y otros es la gestión de sus propias emociones. Está permitido sentir temporalmente miedo, enfado, tristeza, culpa, vergüenza, ira. Pero no está permitido mantener durante demasiado tiempo este tipo de emociones que no te ayudan. Más bien te limitan, colocándote en un oscuro lugar, más oscuro de lo que es en realidad.
Y ésto puede ocurrir también a la hora de un divorcio, o una quiebra por culpa de un socio o por una mala gestión propia de nuestro dinero.
(Ver: 4 cosas que aprendí de estar en la ruina financiera)
No importan los motivos por los que ocurra, pues únicamente debemos enfocar nuestra mente en una dirección: continuar adelante.
Fracasar en algo no te convierte en un fracasado, pues son muchos los empresarios altamente exitosos que en sus días fracasaron en algo, y que se negaron a adoptar la identidad de fracasados. Pero ojo, no soy de los que venden el romanticismo del fracaso, pues para mí no tiene nada de romántico. De hecho, es una putada, pero una vez sucede, hay que asimilarlo como cualquier otra cosa que ocurre en la vida.
Finalmente, todo depende del control de nuestras emociones, pues se suele decir que somos nuestros pensamientos, y dice mucho hasta dónde va a llegar una persona según su forma de pensar. El control de las emociones son un hábito. No vamos a decir que sea fácil, pero como todo hábito, la práctica ayuda.
«El 80% del éxito es psicología – el otro 20% es pura mecánica.» – Tony Robbins