Dicen que el amor puede con todo, lo cual no es cierto, al igual que eso de que el dinero no da la felicidad. Como reza el famoso dicho: «cuando la pobreza entra por la puerta, el amor se fuga por la ventana». Puede que no suene muy romántico, pero hoy día, con el alto porcentaje de separaciones y divorcios en un corto espacio de tiempo, el tener esas conversaciones sobre el dinero con tu pareja, se convierte en algo obligatorio.
El dinero puede no importar al principio cuando estamos conociendo a una persona, pero con el tiempo, el no conocer la «ideología financiera» de una persona, puede dar lugar a frustraciones y decepciones por ambas partes, es decir, saber si tu pareja es un ahorrador o un derrochador, hará que sepamos algo más sobre nuestra pareja, y así decidir libremente si queremos continuar con esa persona.
No obstante, no se trata de hablar de dinero en las primeras citas, pues está claro que si das con una persona que al inicio está más interesada por lo que ganas que por cómo eres, lo mejor que puedes hacer es mandarla al carajo de inmediato.
Recientemente se publicaba en Business Insider el caso de una mujer que puso fin a su relación porque su pareja se negó a ser transparente en asuntos de dinero. Resumiendo la historia, básicamente sería:
«Chica abogada conoce a chico consultor de negocios divorciado. Ambos se gustan y sus cerebros comienzan a segregar endorfinas, dopamina y oxitocina (se enamoran).
Chico y chica comienzan a salir a cenar y hacer viajes juntos, que como adultos, pagaban a medias. Chica comienza a plantearse algo mucho más serio con el chico. Pero a los pocos años, la chica comienza a ver algunas señales de advertencia en las finanzas del chico, el cual hasta entonces no había mostrado comportamientos sospechosos en su manejo del dinero. Y parece ser que el divorcio le está drenando financieramente.
Como la chica se está planteando incluso casarse con el chico, quiere conocer los ingresos y gastos del chico, es decir, su situación financiera, pues el chico ha tenido problemas para devolverle un dinero a la chica de un viaje que iban a pagar a medias, pero que acabó pagando la chica.
Cada vez que la chica preguntaba sobre cualquier cosa relacionada con el dinero de su pareja, el chico se mostraba evasivo en sus respuestas. El chico se quejaba de cómo el salir a cenar le estaba drenando la cartera, pero luego se compraba una cara guitarra, por no hablar de que el chico tenía un Porsche.
El chico seguía sin devolverle el dinero a la chica, pero en cambio gastaba grandes cantidades de dinero en ropa y en las reformas de su casa.
Era evidente que la chica no tenía problemas de dinero ni necesitaba el dinero del chico, pues su carrera profesional iba viento en popa, pero tras varios intentos fallidos por conocer la situación financiera de su pareja, la chica comenzó a tratar las evasivas como una falta de transparencia y honestidad por parte del chico, por lo que finalmente, la chica dijo adiós al chico.»
(Ver: Matrimonios de hoy día. ¿Cuentas conjuntas o separadas?)
La importancia de conocer los hábitos de consumo de su pareja.
Estos pequeños detalles los podemos observar en ciertos comportamientos nada más conocer a nuestra pareja, e incluso escuchándola hablar, pero por desgracia, es algo que pasamos por alto en las primeras etapas de la relación. Pero no te quepa duda, que si hay un problema en los hábitos de consumo, éste aparecerá con el tiempo y le darás mucha más importancia que de haberlo sabido al principio.
Es muy común que los hombres, a la hora de intentar conquistar a una chica se vendan económicamente mejor de como realmente están, pues la idea es impresionar a una mujer. Incluso, por impresionar, gastarán más dinero de lo que se pueden permitir. Y ésto nos lleva al primer error tanto en relaciones como en finanzas personales.
En ocasiones, algunas personas se han quedado extrañadas cuando he dicho que no me puedo permitir una colonia de 130€ o una cena de 250€ en un restaurante de lujo. ¿Puedo pagar una colonia de 130€ y una cena de 250€?
Lo cierto es que puedo pagar una vuelta al mundo durmiendo cada noche en un hotel de lujo de los diferentes países y cenando en excelentes restaurantes, pero la realidad es que no me lo puedo permitir. Recuerda una de las leyes básicas de la educación financiera: «Que puedas pagar algo no significa que te lo puedas permitir», pues nadie ha acumulado una fortuna derrochando dinero.
No voy a intentar conquistar a una chica con gastos excesivos, pues si necesito hacer eso, probablemente esa mujer no sea mi talla. Así que más vale que le guste mi sonrisa 🙂
En este sentido, intenta averiguar lo antes posible si los hábitos o ideología financiera de tu pareja concuerdan con los tuyos. De lo contrario, podría acabar más adelante una relación que probablemente comenzara defectuosa.
No tengas miedo de hablar del dinero cuando llegue el momento. Es muy sano hablar de las metas financieras de tu pareja y de su ideología con respecto al dinero. Mi experiencia personal me dice que aquellas personas que se autodenominan «no materialistas» y que dicen que el dinero no es importante, precisamente son las que más dinero necesitan y las que peores hábitos financieros tienen.
Son muchas las cosas que una pareja debe poner sobre la mesa para crear una relación sana, armoniosa y de larga duración. Pero en ocasiones tenemos miedo de tratar temas que podrían frenar el desarrollo de la relación, y uno de ellos es el dinero.
Ahora míralo de esta forma. Imagina que tu pareja tiene unos gustos sexuales algo más…. distintos, tipo Christian Grey. ¿No sería mucho mejor decirle cuanto antes que tú no eres una «Anastasia» antes de llevarte los primeros latigazos? Con el dinero ocurre algo muy similar.
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