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Invertir en bonos ligados a la inflación. Qué son y cómo funcionan estos bonos.

Hace unas semanas hablábamos de la inversión en bonos ligados a la inflación como tipo de inversión rentable para tiempos de crisis. De la mano de Mornigstar nos dan una buena explicación acerca de qué son estos bonos, cómo funcionan, diferencia entre otro tipo de bonos y sus principales emisores e inversores. 


La inflación es una subida sostenida de los precios en una economía que afecta al poder adquisitivo de los consumidores. Es especialmente dañina para aquellos que invierten en renta fija, ya que erosiona el valor de las inversiones reduciendo las rentabilidades reales.



 Por ejemplo, en el supuesto de que el cupón de un bono a 5 años fuera del 8% y la inflación se situara en el 6% durante el mismo periodo, la tasa de rentabilidad real de ese bono sería de solo el 2%. Sin embargo, los títulos protegidos contra la inflación pueden funcionar como cobertura frente a la pérdida de poder adquisitivo que las inversiones en renta fija, como los bonos, pueden experimentar en periodos de inflación al alza. A continuación analizamos estos títulos en mayor detalle.

EL INSTRUMENTO



¿Qué es un bono ligado a la inflación?

Un bono ligado a la inflación (BLI) paga intereses a intervalos fijos y devuelve al principal al vencimiento, como un bono convencional. Sin embargo, el tipo de interés y el valor al vencimiento se ajustan por la tasa de inflación durante la vida del bono. Los bonos indexados realizan pagos que son fijos en términos reales y, por lo tanto, también se les denomina bonos reales. La tasa de rentabilidad real se conoce con antelación y la rentabilidad nominal varía en función de la tasa de inflación registrada durante la vida del bono.
¿Cómo funciona?

Los BLI están vinculados al coste de los productos de consumo, como el índice de precios al consumo (IPC); cada país aplica un método diferente para calcular este índice regularmente. Además, cada país cuenta con su propia entidad emisora de bonos ligados a la inflación. Por ejemplo, en EE.UU. los TIPS (Treasury Inflation-Protected Securities o títulos del Tesoro protegidos frente a la inflación) están vinculados a la evolución del IPC estadounidense y son vendidos por el Departamento del Tesoro. En el Reino Unido, la deuda pública ligada a la inflación es emitida por la UK Debt Management Office (Oficina de Gestión de Deuda del Reino Unido) y está vinculada al índice de precios al consumo del país (Retail Price Index o RPI), y así sucesivamente.
En general, todos los países emiten BLI en los que el principal del bono aumenta con la inflación. Por lo tanto, cuando la inflación sube también lo hace el valor nominal del bono. Esto contrasta con los bonos nominales, que pierden valor cuando sube la inflación. Además, cuando el valor nominal se ajusta al índice de precios, el interés que paga el bono también se ajusta por la inflación. Gracias a estas características, los BLI son capaces de anular el impacto real de la inflación.
¿En qué se diferencia de un bono nominal?

El cupón de un BLI se ajusta por la tasa de inflación, a diferencia del interés que paga un bono nominal. Como resultado de ello, el poder adquisitivo de los flujos de efectivo nominales fijos se reduce por la inflación, lo que expone a los inversores y a los emisores al riesgo de las variaciones de la tasa de inflación, cosa que no ocurre con los bonos ligados a la inflación.
¿Qué es la tasa de inflación de equilibrio?

La tasa de inflación de equilibrio o break-even inflation es la diferencia entre el rendimiento nominal de una inversión a tipo fijo y el rendimiento real de una inversión ligada a la inflación con similar vencimiento y calidad crediticia. Dicho de otro modo, es la tasa de inflación hipotética en la que la rentabilidad esperada de los dos bonos sería la misma. Por lo tanto, la tasa de inflación de equilibrio ofrece información sobre las expectativas de inflación media a lo largo de la vida del bono.

EL MERCADO

¿Qué tamaño y grado de madurez tiene este mercado?

Los BLI vieron la luz en el siglo XVIII para combatir los efectos corrosivos de la inflación en el valor real de los productos de consumo, como la ternera, los huevos, la ropa y otros artículos de primera necesidad durante periodos de precios al alza. The Massachusetts Bay Company comenzó a vender estos bonos en la década de 1780, pero en aquellos momentos fueron pocos los inversores que se interesaron. Sin embargo, tras la rápida expansión económica que se vivió después de la Segunda Guerra Mundial, el concepto de los bonos ligados a la evolución de la inflación captó la atención de los gestores financieros del sector público. Así, Islandia emitió bonos ligados a la inflación a comienzos de la década de 1950 para luchar contra la elevada inflación provocada por el rápido crecimiento de su PIB. Treinta años después, a comienzos de los años 80, comienza verdaderamente el mercado moderno de BLI, cuando el Reino Unido emitió linkers, como a menudo se denomina a estos bonos en este país. Otros países siguieron su ejemplo, como Suecia, Canadá, Japón y Australia. EE.UU. no se reincorporó plenamente al mercado de BLI hasta que el Tesoro empezó a emitir sus TIPS a finales de la década de 1990



¿Quiénes son los principales emisores y los principales inversores en este mercado?

Los gobiernos han sido los grandes protagonistas en los mercados de títulos vinculados a la inflación durante 20 años; así, el mercado de deuda pública denominada en euros suma actualmente más de 420.000 millones de euros y el mercado británico de deuda indexada a la inflación supera los 384.000 millones de dólares .
 Además de registrar un aumento de las emisiones, el mercado de títulos ligados a la inflación también está creciendo en número de emisores (Alemania fue el último emisor del G7 en acceder a este mercado) y vencimientos (con emisiones de hasta 50 años). Los bonos ligados a la inflación también los emiten las empresas cuyos ingresos tienen una exposición directa a la inflación. Algunas de estas empresas son inmobiliarias, eléctricas, etc. Sin embargo, el mercado de BLI corporativos sigue siendo minúsculo comparado con el de BLI públicos.
La demanda de BLI está impulsada por los fondos de pensiones, que necesitan asegurarse de que sus rentabilidades no se verán erosionadas a largo plazo y buscan alternativas de indexación que requieran un menor uso de capital. Por otra parte, se han realizado estudios que han concluido que para los gobiernos es beneficioso tener parte de su deuda vinculada a la inflación en aras de la diversificación y también para cubrir la naturaleza vinculada a la inflación de sus fuentes de ingresos. También invierten en BLI los fondos de inversión (por las ventajas de diversificación que ofrece esta clase de activo), las aseguradoras que necesitan estabilidad en sus rentabilidades y los particulares que desean conseguir rentabilidades reales fijas.
¿Cómo va a evolucionar este mercado?

Se espera que el crecimiento del mercado de BLI continúe durante los próximos años. Mientras que EE.UU. y el Reino Unido representan una proporción elevada de las emisiones totales de este tipo de deuda, el mercado europeo sigue relativamente limitado con sólo cuatro emisores (Alemania, Francia, Italia y Grecia). Se esperan más emisiones de países como Alemania, que ha entrado en el mercado de BLI relativamente tarde. También se habla de que España y los Países Bajos podrían empezar a emitir BLI. La situación es diferente en Japón, donde la inflación ha sido muy baja o incluso negativa durante los últimos años. De hecho, el Ministerio de Finanzas del país está limpiando el mercado de deuda pública ligada a la inflación recomprando este tipo de títulos.
LA CLASE DE ACTIVO

¿Por qué invertir en bonos ligados a la inflación en lugar de otros instrumentos que protegen frente a este fenómeno?

La inflación es generalmente el mayor enemigo de un inversor en renta fija, por lo que los bonos ligados a la inflación son una solución natural. Dado que los cupones y el principal están indexados a la evolución de los precios al consumo, y como suelen ser emitidos por países estables y solventes, los bonos ligados a la inflación están avalados por una trayectoria demostrable como protección eficaz y poco volátil contra las alzas de los precios. También muestran una correlación negativa con los activos de riesgo, lo que resulta especialmente útil para diversificar una cartera.
Otras inversiones pueden aislar una cartera de los riesgos relacionados con la inflación, pero todas ellas suelen acarrear un mayor componente especulativo. Los inmuebles, por ejemplo, son más volátiles y también menos líquidos. Del mismo modo, el oro ha mostrado una correlación estrecha con la inflación a largo plazo, pero el creciente peso de los especuladores en la formación de precios hace que no sea tampoco una solución libre de riesgos.
La renta variable también pasa por ser una buena protección ante la inflación. En este sentido, las acciones de empresas de recursos naturales, tabaco, alimentación y productos farmacéuticos son populares entre los inversores. Sin embargo, sus resultados pueden ser dispares en periodos de tiempo más cortos y también se caracterizan por una mayor volatilidad.
¿Por qué deberíamos optar por una protección ante la inflación mundial en lugar de nacional?

La inflación es un fenómeno de ámbito mundial y la correlación de los datos del IPC durante los últimos 30 años es extremadamente alta. Invertir en bonos ligados a la inflación con una perspectiva mundial ofrece tres ventajas clave:
– El mayor abanico de oportunidades hace más fácil explotar las anomalías de valoración y cubrirse ante la inflación utilizando una combinación de los mercados más baratos posibles. Por ejemplo, a finales de enero de 2011 la tasa de equilibrio de Japón a cinco años era de 0,5% (se descontaba una deflación de 0,5% en cada uno de los próximos cinco años). Como las tasas de equilibrio equivalentes en EE.UU. se sitúan en el 1,9% aunque la inflación actual se eleva al 1,5%, Japón y EE.UU. son mercados atractivos con respecto a Europa.
– Un enfoque mundial también ofrece ventajas de diversificación obvias. Además de su correlación negativa con la renta variable y la baja correlación con la deuda pública, elegir bonos mundiales ligados a la inflación en lugar de nacionales mejora las ventajas de diversificación.
– Ir más allá del mercado nacional abre las puertas a un mercado más grande y a menudo más líquido. El mercado de bonos ligados a la inflación sigue creciendo, pero algunos mercados concretos plantean todavía problemas de liquidez. Un enfoque mundial facilita la superación de estos obstáculos.
fuente: Mornigstar
A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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