La Mafia funciona a modo de empresa. De hecho, su organización está estructurada como cualquier otra empresa. Sus gerentes son lo que podríamos llamar «Talentos desperdiciados», ya que si ponemos como ejemplo a Pablo Escobar y lo situáramos en una empresa legítima, hubiera sido el empresario del año.
Su empresa contaba con una estructura sólida, profesionales del sector, contactos influyentes y una sólida red de distribución, es decir, lo que cualquier empresa necesita para crecer y hacerse con el mercado.
El problema es que tanto la empresa como el producto, así como el método, no es legítimo. No obstante, incluso este tipo de empresas, la Mafia, se rigen por unos principios que podemos aplicar perfectamente al mundo de los negocios, porque no nos equivoquemos, la Mafia es una empresa muy rentable.
Hace unos meses publicábamos un artículo sacado de una entrevista a un Cártel. No sentimos ningún aprecio por su persona, pero admiramos los principios, mandamientos y consejos que daba para cualquier persona que busque tener éxito en los negocios de una forma legal.
Analizando la organización y principios de este tipo de empresas, nos quedamos con estos consejos:
Rodéate únicamente de profesionales y personas en las que confíes ciegamente. si no te fías de una persona, no la tengas ni un minuto más del necesario en la plantilla. Más vale un ex-trabajador descontento por haberlo expulsado de tu organización que un incompetente feliz y agradecido por estar trabajando a tu lado.
Hay que ser mejor distribuidor que fabricante. El éxito radica en una buena red de distribución, ya que contralor el gasto y beneficio de la fabricación es muy difícil. con una buena distribución, sabes a cuanto compras, el beneficio que te dejará la venta y la comisión que puedes pactar con tu distribuidor.
No subestimes a tu competencia por pequeña que sea, ya que el pez pequeño puede alimentarse y hacerse un pez grande. Habla con el pequeño emprendedor que se inicia en el negocio e intenta captarlo en tu empresa u ofrécele una colaboración conjunta.
Una persona sin principios no llega a nada. No importa lo que hagas en la vida, pero debes saber que hay líneas que jamás debes cruzar. Si pierdes tus principios cegado por el éxito, dejas de ser esa persona luchadora que llegó a la cima.
Sé ambicioso pero marca límites en la avaricia y codicia.
Una persona ambiciosa fomenta el respeto, una persona codiciosa se crea una diana en la espalda y te convierte en el centro de los ataques.
Nunca llames la atención, puedes ser rico en silencio y llevar un buen nivel de vida o puedes aparentar riqueza y vivir con miedo de que todo el mundo quiera arrebatarte tus logros.
Trata siempre bien a tus empleados. Implícalos en tus proyectos y ponles metas. Un empleado debe crecer, si no, tarde o temprano termina marchándose de la empresa. Tus empleados no son máquinas, tampoco esclavos. Debes crear una familia y que cada uno de ellos se sienta parte de esa familia. Un empleado habla mal de su jefe. Un miembro de una familia, defiende a capa y espada a los suyos.