Esta mañana hablaba con una compañera de Recursos Humanos que se ha visto en la tesitura de despedir a compañeros de su puesto de trabajo en las últimas semanas. Algunos de esos trabajadores despedidos, habían sido seleccionados y contratados por ella misma, antes de esta interminable crisis.
Su reflexión ha sido “qué trance más difícil sentarse con un compañero y decirle que no puede continuar en la empresa”. Son momentos sensibles y delicados, donde también se cometen errores que podemos evitar. Desde mi experiencia en este oficio, bonito cuando contratas y duro cuando despides, éstos son los cinco errores más graves que se cometen cuando presentas la carta de despido a un compañero.
5 errores comunes.
1. La decisión viene motivada por una razón. Es, por lo tanto, de obligación ética dejar muy claro los motivos del despido. Ahora bien, son habituales las motivaciones derivadas de los reajustes de plantilla motivados por la crisis actual, pero cuando los motivos son otros, el empleado merece que detallemos sus errores y las medidas que la empresa ha estudiado antes de tomar tan dura decisión.
2. Cuando buscamos culpables, todos «escurrimos» responsabilidades. Ante un despido, no debemos desviar el motivo del despido con objeto de evitar responsabilidades. Si hemos tomado la decisión por las capacidades profesionales del empleado, su actitud o afinidad al puesto, razona las cuestiones y explícalas. Ya que malos vamos a ser de todos modos, al menos, que el empleado reflexione y valore los motivos que han llevado a la decisión. El tiempo hará entrar en razón y nos eximirá de responsabilidad.
3. Ignorar un informe médico es un error que puede salir muy caro, ya que el empleado podría sufrir de corazón, ansiedad o cualquier otro tipo de trastorno que requiera otra forma de trasladarle el mensaje. Por tanto, si dispones de los informes médicos, léelos antes de proceder con un despido.
4. El paso de un empleado por la empresa ha tenido cosas positivas y negativas. No debemos únicamente hablar de las negativas. Valoremos también las positivas hasta el punto de trasladarle que ha sido muy difícil tomar esta decisión, pero no había otra alternativa.
5. Sepamos conducir la conversación de manera personal, evitando tecnicismos o tópicos. Sepamos ponernos en la situación del empleado despedido y dejemos que exprese sus preocupaciones, inseguridades o dudas ante su nueva situación. Ante todo, son personas con sentimientos afrontando una difícil situación.