Para la mayoría de empresas es difícil comprender la filosofía de Berkshire Hathaway en cuanto a contratar personal o gestionar la empresa. No cabe ninguna duda que tanto Warren Buffett como su socio Charlie Munger, no son personas comunes. Más bien son personas tan especiales como brillantes. Eso ha llevado a Berkshire Hathaway a convertirse en la empresa con las acciones más caras de la historia. Y es que en el momento que estoy escribiendo estas líneas, cada acción de Berkshire cuesta 436.000 dólares, habiendo llegado a superar este mismo año el medio millón de dólares por acción.
En Berkshire se premia la edad y la experiencia por delante de la juventud; Se premia la integridad por delante de otras habilidades; se premia lo humano por delante del beneficio económico. Y no nos equivoquemos, pues gracias a tener un valor «intrínseco humano», es lo que hace que esta compañía adquiera un valor económico tan alto.
Esta es parte de la filosofía de Berkshire Hathaway como empresa.
Es difícil enseñar a un perro joven los trucos de un perro viejo.
Para Warren Buffett y su socio Charlie Munger, la visión para los negocios que se consigue con la edad y la experiencia es prácticamente imposible de transmitir a los trabajadores más jóvenes. Es por eso que Buffett y Munger no obligan a jubilarse a ninguna edad en Berkshire Hathaway. Consideran que a los 65 años apenas comienza la andadura.
Consideran que la edad y la experiencia pueden ser virtudes mucho más importantes que la juventud y el entusiasmo cuando se trata de ganar dinero. Y es que por muchos másteres y cursos de inversión en bolsa que tengas a los 30 años, por muy listo que te consideres por haberte subido a un par de mercados alcistas, nunca debes cometer el error de ni siquiera insinuar que eres más inteligente que un inversor de 80 años con 50 años de experiencia en sus espaldas.
De hecho, hemos visto en los últimos años cómo se ha puesto en duda el criterio inversor de Warren Buffett, al haberse quedado fuera de inversiones altamente rentables para la nueva juventud inversora. En estos momentos, una vez que ha bajado la marea, podemos ver que al final el que estaba en lo cierto vuelve a ser el viejo y desfasado inversor. La inversión no ha cambiado en los últimos 100 años. El juego es el mismo. Lo único que cambian son los peinados y forma de vestir de los nuevos ilusos que creen saber más que aquellos que de verdad saben.
El problema en la actualidad es que muchos jóvenes están aprendiendo y recibiendo consejos de otras personas que aún deberían estar aprendiendo, y no enseñando.
Lo que debe buscar una empresa cuando busca personal.
Cuando una empresa busca personal se observan tres cualidades: Integridad, inteligencia y energía. La más importante es la integridad, porque sin ella, las otras dos cualidades de nada servirán.
Y es que cuando contratas a alguien inteligente y enérgico, esa persona puede ganar mucho dinero, pero si carece de integridad, no es una persona de fiar, y corres el peligro de que parte del dinero de tu empresa vaya a caer a sus propios bolsillos.
Aquí está Warren Buffett:
«Si por algún motivo te ves obligado a contratar a una persona que no sea honrada, al menos asegúrate de que no sea trabajadora y que sea tonto de remate. De ese modo, poco daño te podrá hacer.»
El estilo de gestión de Warren Buffett concede una autonomía operativa absoluta a sus directivos. Tienen libertad para conducir el negocio como si fueran los dueños. Y esto no podría hacerlo de esta manera si no fuera porque son personas totalmente íntegras.
Solo un día al mando del negocio, supera 100 años de preparación teórica en el mundo de los negocios.
Como se dice en la jerga militar: «Todo es un juego hasta que alguien te responde al fuego». Esto es aplicable tanto al mundo de los negocios como al mundo de la inversión. Y es que las miles de horas de lectura y clases sobre cómo analizar empresas, el momento de invertir en ellas, etc… se ponen a prueba el día que debes enfrentarte a una caída de más de un 50% en la cotización de las empresas que tienes en cartera.
Cuando te enfrentas a tus emociones, comienza el verdadero juego de la inversión. Como reza el dicho: «ningún mar en calma ha hecho al experto marinero».
En el mundo de los negocios ocurre exactamente lo mismo. Enfrentarte a problemas de fabricación y conservar a los clientes es la línea que separa el mundo académico y el mundo real de las finanzas y negocios.
Warren Buffett pone como ejemplo a Rose Blumkin, la máxima directiva de la empresa Furniture Mart de Omaha, la cual condujo el negocio de victoria en victoria, década tras década en primera línea de fuego. Por este motivo, Buffett no dudó en entregarle por sorpresa un cheque de 40 millones de dólares.
Nuevamente, el grito de guerra de Warren Buffett es: «Antes la edad y la experiencia que la juventud y el entusiasmo». Este mantra es el que hace sonar año tras año la caja registradora de Berkshire Hathaway.
Gestionar antes que improvisar: Ese es el secreto en los negocios.
Un buen directivo no se despierta una mañana con una tormenta encima diciendo que debe reducir costes y recortar plantilla. Ese ejecutivo se ha dormido en los laureles.
El momento de vacunarse no es el día después de contraer la enfermedad. Un error que se comete en el mundo de los negocios es tomar decisiones a posteriori, es decir, improvisar según la situación. Y es cierto que la capacidad de improvisación es una habilidad importante en un ejecutivo, pero si este ejecutivo siempre está improvisando, solo es debido a que es un pésimo gestor.
Tanto Buffett como Munger consideran que los problemas hay que arreglarlos antes de que aparezcan. Si hay que recortar costes, probablemente se deba a que no se debieron aumentar esos costes desde un principio. De haberlo hecho bien desde primera hora, se tendría más pólvora guardada para hacer frente a un posible ataque de la competencia.
Aquí está Warren Buffett:
«¿Qué pensarías de una empresa cuyo equipo directivo no tiene un control férreo sobre sus costes?¿Crees que esa empresa ganará mucho dinero para sus accionistas?»
El amor hacia aquello que haces.
El amor es algo importante para la vida personal de Warren Buffett, y esto lo ha incorporado a su filosofía comercial y financiera.
Buffett solo contrata a personas que sienten amor por lo que hacen, porque si sienten amor por su trabajo, tratarán bien a los demás, de forma que esas otras personas, también amarán su trabajo. Es por eso que Buffett nunca degrada a sus directivos por sus errores. De hecho, los anima a no quedarse atascados en los errores.
Buffett siempre ha dicho en público que está orgulloso de toda su cúpula directiva, y eso hace que consiga atraer a los mejores y más brillantes directivos del mundo empresarial.
Aquí está Warren Buffett:
«El amor y el respeto se ganan con amor y respeto. Y ese es el primer paso del camino hacia el éxito en la vida»
La importancia de los retos en el trabajo.
Si siempre acertaras en el hoyo al primer golpe, no tardarías mucho en dejar de jugar al golf.
Warren Buffett es consciente de que el trabajo debe ser un reto constante para que los trabajadores no pierdan el interés. Esto mejora la autoestima de los trabajadores, fomenta la creatividad y atrae a los profesionales más valiosos. Y es que un trabajo sin retos aburre y suele acabar trayendo a los trabajadores menos motivados. También es consciente de que para que existan retos, debe existir riesgo, pues en el mundo de los negocios, un reto conlleva el tomar decisiones, y las decisiones conllevan que una persona pueda cometer errores.
Es por eso que parte de la filosofía de Berkshire Hathaway consiste en crear un entorno de trabajo en el que se les permita a los trabajadores caer en los errores que acompañan a los éxitos.
Y básicamente, estos puntos resumen perfectamente la Filosofía de Berkshire Hathaway y de sus directores.
Parte de las citas para la elaboración de este artículo han sido extraídas del libro «El Tao De Warren Buffett«, de Mary Buffett.