Hoy día, John Maynard Keynes es un referente en el mundo de la inversión, junto con muchos de los maestros de la inversión, Benjamin Graham entre otros.
Keynes comenzó a invertir en 1924 al considerarse un experto en economía, e hizo numerosas inversiones basándose en los datos macro-económicos. Durante ese período y hasta 1930, la rentabilidad obtenida por Keynes fue pésima. Es más, incurrió en pérdidas durante varios años. Fue entonces cuando Keynes se dio cuenta de que sus conocimientos económicos no le servirían de nada para ganar dinero en la bolsa, y se inscribió en diferentes cursos para aprender de micro-economía de empresas individuales. Es decir, no importa lo que ocurra en los mercados, pero sí importa lo que ocurra en el interior de la empresa en la que vamos a comprar acciones, por lo que debemos conocer a fondo la empresa en la que invertimos, quién la gestiona y cuáles son sus ideas para sacar la empresa adelante ante situaciones difíciles.
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| John Maynard Keynes |
Los registros muestran que una vez Keynes se centró en los sistemas más comprensibles y menos complejos, como son las empresas individuales y sus correspondientes mercados, encontró el éxito como inversor y sus rentabilidades comenzaron a deslumbrar en el mercado.
1. Keynes sobre la diversificación.
Al igual que Warren Buffett, Charlie Munger, Bill Ackman y otros grandes gigantes de la inversión, Keynes piensa que es mucho mejor invertir mucho dinero en unas pocas empresas que conocemos perfectamente, antes que invertir un poco de dinero en muchas empresas de las que sabemos algo. Ese tipo de diversificación es la que nos protege contra la ignorancia y es la que hace que la bolsa sea muy poco rentable. Hay que concentrar las «apuestas» lo máximo posible.
2. Conocimiento y experiencia están limitados.
No importa cuánto sepas o qué experiencia tengas en la inversión. Rara vez encontrarás más de 2 ó 3 empresas al año en las que merezca la pena fijarse por fundamentales. Keynes está hablando de lo que Warren Buffett denomina el círculo de competencia, y es que la inversión es un duro trabajo, y los días tienen las horas que tienen, por lo que no podremos seguir muchas empresas de forma significativa. (Ver: Documental de Warren Buffett. Dentro de la mente del genio)
3. La seguridad y el éxito es cosa de minorías, no de mayorías.
Solía decir Graham que cuando tu limpiabotas comience a comprar acciones, ha llegado el momento de vender las tuyas. Keynes llegó a comprender que sólo unos pocos inversores consiguen tener excelentes rentabilidades en los mercados, y precisamente son inversores que se alejan de las manadas y acciones populares. Cuando todo el mundo te recomiende comprar una acción por lo increíble que va a ser, si no la tienes en cartera ya vas a tarde, así que probablemente no sea buena idea comprar, mientras que cuando todo el mundo esté de acuerdo en que hay que vender las acciones de X empresa, probablemente sea momento de comprar, pues «todo el mundo» no gana dinero en bolsa, por lo que la simple lógica nos dice que haciendo lo contrario aumentas la posibilidad de ganar.
4. Sé un inversor, no un especulador.
Los especuladores únicamente hacen daño a las empresas creando burbujas en sus precios y caídas bruscas sin sentido. Si entras en el juego, probablemente pierdas, pues a largo plazo, si no perteneces a una gran empresa que sea la que está dirigiendo el «movimiento especulativo», como especulador particular perderás dinero. Fue como inversor y no como especulador de la forma que Keynes encontró el éxito en la inversión.
La inversión, para quien realmente gana dinero en bolsa, no es algo puramente divertido, sino un trabajo excesivamente duro en el cual debemos leer, analizar, pensar, estudiar, etc… Aquellos que tratan la bolsa como un juego tienen algo en común: todos pierden dinero, ya que en los casinos la casa siempre gana. Muchos inversores olvidan que en la inversión en bolsa, la casa se está llevando continuamente un dinero de tu compra-venta de acciones.
5. Habilidad y suerte.
Unido al punto anterior, los que tratan la bolsa como un juego, suelen emplear palabras como habilidad y suerte.
- Habilidad cuando han ganado dinero
- Mala suerte cuando han perdido.
6. El inversor profesional es de largo plazo.
No hay que sentir miedo ni vergüenza si por momentos tenemos una cartera perdedora, pues la habilidad inversora se calcula en el largo plazo. Durante 2 años podemos incurrir en pérdidas al tener un mercado bajista, en el cual estamos aprovechando para comprar a precios más bajos, pero si tenemos en cartera acciones sólidas, éstas siempre salen de la crisis, y como hemos comprado más acciones mucho más baratas, en la próxima subida seremos más ricos aún.
Todo aquel que presume de ganar X dinero cada día o cada semana, te hablará siempre en días y semanas, debido a que anualmente casi seguro habrá perdido dinero o su rentabilidad estará muy por debajo de lo que se considera una rentabilidad atractiva.
7. La inversión es algo muy sencillo.
Para Keynes, cuando uno se enfoca en el camino correcto, la inversión es algo sumamente sencillo, pues realmente debemos enfocarnos en lo que realmente importa: empresa, resultados, dirección de la empresa, dirección del mercado de la empresa, competitividad de la empresa, adaptación de la empresa a los cambios, pasado y visión de futuro de la empresa, precio de las acciones de la compañía….
Decía Keynes que aquellas personas que tienen fórmulas que permiten predecir la dirección de los mercados, acciones o bonos, suelen impresionar únicamente a los desinformados con las matemáticas de lujo (basadas sobre todo en letras griegas), sobre una base de supuestos falsos, mientras que para Keynes, la basura en una fórmula sólo significa basura.
Como podemos ver, Keynes piensa exactamente igual que el resto de grandes inversores.
Keynes es un autor a reivindicar