Si nos vamos a la Wikipedia, la definición de distorsión cognitiva aparecería como una forma de error en el procesamiento de la información. Digamos que sería un pensamiento automático y probablemente equivocado o distorsionado que podría acabar incluso en perturbación emocional, depresión, fobias…
En un principio, las distorsiones cognitivas, en el campo de la psicología es algo que hay que tratar en las personas que la padecen, pero… también puede ocurrir que en ese mundo distorsionado que creamos, acabemos convirtiendo esas distorsiones en ciertas. Y en ese campo es donde se mueven los grandes genios de la historia y grandes empresarios.
Michael Dearing, de la Universidad de Stanford, ha hecho una magnífica presentación de las 5 distorsiones cognitivas (o procesos de pensamientos automáticos) que se encuentran en las personas de éxito en los negocios.
Las 5 distorsiones serían:
1. Excepcionalismo Personal.
«Tu trabajo es verdaderamente especial y sientes que has nacido para hacer algo verdaderamente importante. Estás destinado a tener experiencias fuera de los límites de lo normal.»
Quizás podríamos confundir ésto con arrogancia o exceso de autoestima, aunque muchos de los emprendedores tenían la sensación de que en sus manos estaba el cambiar el mundo.
2. Pensamiento dicotómico.
Suelen ser muy extremistas y críticos con las personas, experiencias o cosas. Para ellos no existe el color gris. Todo es blanco o negro.
Aunque… ¿realmente es una distorsión pensar de esta forma?.
-Te metes drogas o no te las metes: no existen los semi-drogadictos.
-Eres fiel o eres infiel: no hay infieles a medias.
-Eres una persona honrada o no: no existen las personas honradas temporales.
-Sirves para este trabajo o no sirves. Me sirves como trabajador o no me sirves.
Lo cierto es que en muchas ocasiones y en diferentes aspectos buscamos en ese área gris para no vernos en la obligación de tomar una dura decisión. Los grandes empresarios lo tienen mucho más claro en este aspecto con proveedores y trabajadores e incluso con el éxito. O tienes éxito o fracasas.
3. Sobre-generalización correcta.
Hacer juicios universales a partir de casos concretos.
Es decir, tomar casos aislados y generalizar una conclusión válida para todo. Esta distorsión podría dar lugar a una forma de traición de nuestra propia mente, aunque esta forma de pensar, se ha encontrado en la mente de los grandes empresarios y han conseguido estar en lo cierto en numerosas ocasiones.
4. Conclusiones precipitadas.
Presuponer o adivinar el pensamiento o intenciones de otros, así como predecir o profetizar el resultado de eventos antes de que sucedan.
Quizás ésto sea cosa de locos, pero en los negocios, la experiencia y el trato con las personas a lo largo del tiempo, te hace ganar «intuición», lo cual básicamente es predecir un hecho futuro gracias a tu experiencia pasada.
Con respecto a a profetizar un resultado… Sun Tzu, en El Arte de la Guerra: «Toda batalla es ganada antes de ser librada». Un lema que básicamente nos viene a decir que si planificas correctamente el plan, estás anticipando el resultado, y por tanto, para los empresarios no se trata de «profetizar o adivinar», sino de volcar el resultado a su favor.
5. La destrucción creativa.
Joseph Schumpeter escribió hace tiempo que el crecimiento económico de nuevos mercados sólo es posible destruyendo la anterior economía.
La destrucción creativa es algo natural, necesario, y es la vocación de los genios.
Fuente: Wikipedia
- Pensamiento polarizado o dicotómico (todo o nada) – Interpretar los eventos y personas en términos absolutos, sin tener en cuenta los grados intermedios, evidenciado en el uso de términos como «siempre», «nunca», «todos», cuando su uso no está justificado por los acontecimientos propiamente. (Véase Falso dilema)
- Sobregeneralización – Tomar casos aislados y generalizar una conclusión válida para todo. (Véase Generalización apresurada)
- Abstracción selectiva o Filtro mental – Enfocarse exclusivamente en ciertos aspectos, usualmente negativos y perturbantes, de un evento, hecho, circunstancia o persona con exclusión de otras características.
- Descalificar lo positivo – Continuamente desconsiderar experiencias positivas, por razones arbitrarias.
- Sacar conclusiones precipitadas – Asumir algo negativo cuando no hay apoyo empírico para ello (Véase Relación espuria). Dos subtipos han sido identificados:
- Lectura de pensamiento – Presuponer o adivinar las intenciones, actitudes o pensamientos de otros.
- Adivinación – Predecir o «profetizar» el resultado de eventos antes de que sucedan.
- Proyección: proyectar en el otro pensamientos, sentimientos que no son aceptadas como propias porque generan angustia o ansiedad.
- Magnificación y Minimización – Subestimar y sobreestimar la manera de ser de eventos o personas. Los subtipos identificados son:
- Catastrofización o Visión catastrófica – Imaginar, especular y rumiar el peor resultado posible, sin importar lo improbable de su ocurrencia, o pensar que la situación es insoportable o imposible de tolerar, cuando en realidad es incómoda (o muy incómoda) o inconveniente (esto se relaciona con la baja tolerancia a la frustración, cuya importancia psicopatológica ha sido ampliamente investigada por Albert Ellis).
- Negación: tendencia a negar problemas, debilidades o errores; es la distorsión opuesta al catastrofismo.
- Negativismo: se magnifican los sucesos o aspectos negativas y son obviados o desvalorizados los positivos; es una forma de abstracción selectiva; es característico del negativismo la realización de presagios catastrofistas.
- Razonamiento emocional – Formular argumentos basados en cómo se «siente» en lugar de la realidad objetiva (Véase también Argumentum ad consequentiam)
- Debeísmo o «Deberías» – Concentrarse en lo que uno piensa que «debería» ser en lugar ver las cosas como son, y tener reglas rígidas que se piensa que deberían aplicarse sin importar el contexto situacional (Véase Pensamiento deseado). Las exigencias se extienden a sí mismo, a los otros o a la vida en general.
- Etiquetado – Relacionada con la sobregeneralización, consiste en asignar etiquetas globales a algo o alguien en vez de describir la conducta observada objetivamente. La etiqueta asignada por lo común es en términos absolutos, inalterables o bien con fuertes connotaciones prejuiciosas.
- Personalización – También conocida como falsa atribución, consiste en asumir que uno mismo u otros han causado cosas directamente, cuando muy posiblemente no haya sido el caso en realidad. Cuando se aplica a uno mismo puede producir ansiedad y culpa, y aplicado a otros produce enojo exacerbado y ansiedad de persecución.
- Culpabilidad: culpabilizar a los demás de los problemas propios, o por el contrario culparse a sí mismo de los problemas ajenos (complejo de mártir).
- Sesgo confirmatorio: tendencia a sesgar la realidad, tanto en percepción como en valoración, para que encajen con ideas preconcebidas.
- Falacias:
- Falacia de control: presuponer que se tiene que tener un control y una responsabilidad excesiva sobre lo que ocurre a su alrededor, con cierto sentimiento de omnipotencia; o por el contrario puede verse como incompetente e impotente en grado extremo para manejar los propios problemas, o sentirse externamente controlada por otros o por las circunstancias.
- Falacia de justicia: enjuiciar como injusto aquello no coincidente con los deseos, necesidades, creencias y expectativas personales. Consiste en una visión de la vida con normas y criterios estrictos donde otras opiniones o alternativas se descartan. Hans Kelsen decía: «La Justicia es un mero ideal irracional».Nota 1
- Falacia de cambio: presuponer que la felicidad de uno depende exclusivamente de los actos y conductas de los demás o de las circunstancias externas; exige cierta condicionalidad; se espera que la actitud de cambio venga de los demás, en vez de responsabilizarse de sí mismos.
- Falacia de razón: presuponer ser poseedores de la verdad absoluta obviando opiniones ajenas; creen que sus opiniones y acciones son las correctas y válidas e intentaran continuamente demostrarlo así mismos o a los demás con argumentos elaborados pero falaces; no toleran equivocarse y harán todo lo posible para evitarlo.
- Falacia de recompensa divina: se espera que en un futuro los problemas mejoren por sí solos sin tomar una actitud proactiva; o que seremos recompensados de alguna forma
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