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4 trampas psicológicas en las que podemos caer cuando se trata de dinero

15 años de investigación en meQuilibrium llevaron al psicólogo Andrew Shatte – autor de «El Factor Resiliencia«- a la conclusión de que las personas, cuando se trata de dinero, suelen caer en algunas trampas psicológicas, sobre todo cuando carecen de dinero. Tanto si estás preparando un Fondo de Emergencia, como si has sufrido un reciente revés financiero al que ahora debes hacer frente, Andrew Shatte, mantiene como principal objetivo una filosofía para cambiar los patrones de pensamiento negativo, reducir el estrés e intentar encontrar ese equilibrio en la vida.

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A continuación, Shatte comparte 4 trampas de pensamiento comunes cuando se trata de dinero-mente, asegurando que no es tan complicado de volver a entrenar a tu cerebro para enfocarse correctamente cuando se habla de educación financiera.

Imagen: Faro de Vigo

1. Personalizar o externalizar el problema financiero.

Cuando surge un problema financiero, solemos buscar culpables. Puedes pensar que todo el problema es íntegramente debido a lo que tú (y únicamente tú) hiciste y provocaste (Personalización) o culpas a todo y todos los de tu alrededor en lugar de asumir la responsabilidad del problema en cuestión (externaliación).

Shatte dice que en estos casos, el enfoque no  puede ser el «todo o nada», pues en caso de personalización extrema, podemos sentirnos como verdaderos idiotas y hundirnos bajo toda la responsabilidad atribuida, así como el externalizar toda la culpa, hace que nos libremos por completo de todo fallo por nuestra parte, y por tanto no aprender de nuestros propios errores.

Shatte aconseja el analizar por qué ocurrió ese desastre financiero. Si piensas que ha sido expresamente tu culpa, pregúntate también cómo otros han influido para que esto ocurra. Si piensas que todo fue culpa de los demás, busca también tu parte de culpa.

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No obstante, por regla general, cuando se produce un desastre financiero personal, casi siempre es culpa nuestra por las decisiones equivocadas que hemos tomado o por no detectar lo que estaba por llegar. Pero ante todo, recuerda que siempre hay salida, y el venirse abajo, no resuelve nada.

2. Ampliación y Reducción.

Existe una tendencia humana muy común, que es ampliar y magnificar lo malo, y reducir al mínimo lo bueno. Nuestro cerebro se siente atraído hacia lo negativo, según Shatte. Por ejemplo, en caso de un objetivo financiero para la entrada de una casa donde nos proponemos ahorrar cada mes 500€ durante 2 años, a los 3 meses, la mayoría de las personas se centran en los 10.500€ que aún les falta por ahorrar, teniendo una sensación de «nunca voy a llegar».

Poca gente se centra en los 1.500€ de distancia que ya acortado hacia su objetivo de ahorro. Este pensamiento negativo hacia los objetivos financieros de largo plazo, son los que hacen de freno en la construcción de riqueza, donde todos quieren alcanzar la riqueza YA!!! y no tienen paciencia para construirla poco a poco. Este pensamiento cortoplacista es el que hace que la mayoría de las personas no ganen dinero en bolsa tampoco.

3. Generalizar o fallar en las impresiones.

Supongamos que ves un Ferrari estacionado. Inconscientemente piensas que esa persona es más rica que tú, y que vive en una lujosa casa, y que probablemente tendrá todo lo que quiere en la vida. «¿Por qué esa persona tendrá tanta suerte en la vida y yo tan mala suerte que me cuesta llegar a fin de mes?». Es una pregunta muy común.

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Vamos a pensar ahora quién puede haber detrás de ese Ferrari. Esa persona podría tener un balance financiero negativo como otros tantos idiotas que cuando ganan dinero deciden comprarse un Ferrari para demostrar lo que han conseguido. Quizás, su economía penda de un hilo muy fino, y sea un empresario cuya empresa no tiene para pagar a los proveedores. Incluso puede que esté casado con una bella mujer 20 años más joven, la cual se enamoró del Ferrari y no del dueño, y por tanto aprovecha cualquier descuido para cepillarse otros hombres que no tienen un Ferrari, pero tienen una buena cilindrada.

Recuerda que al verdadero rico no le gusta llamar la atención.

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4. El pesimismo extremo ciega la razón.

Imagina que escuchas rumores de que tu empresa va a hacer una limpieza de personal. En ese momento, tu mente decide que tú vas a ser uno de los despedidos, y conforme está la situación, no vas a encontrar trabajo durante mucho tiempo, no podrás hacer frente a la hipoteca, tu mujer tendrá la sensación de que se casó con un fiasco de hombre, se separará de ti y únicamente verás a tus hijos los martes y fines de semana alternos.

Este pensamiento se llama «pensamiento catastrófico» y no es nada productivo, provocando en muchas ocasiones la situación que estás imaginando. Es más, te puedes hundir antes de que el barco choque con el Iceberg.

(Leer: Cómo prepararse para una crisis financiera personal)

Para comenzar, por regla general, las mujeres no suelen abandonar a sus maridos en esta situación, todo lo contrario, y es que suelen convertirse en un fuerte apoyo, y más si no tenías un Ferrari, ya que créeme, muy pocas se enamoran de un Seat Ibiza.

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Ante esos rumores, hay que prepararse y en lugar de preocuparse, hay que ocuparse de ir estudiando otras alternativas por si acaso, reforzar el fondo de emergencia en caso de que estemos durante algún tiempo sin recibir ingresos.

Sobre todo recuerda que nuestra mente puede ser nuestra mayor aliada, así como se puede convertir en nuestro peor enemigo. Ni somos tan tontos como a veces pensamos, y desde luego, no somos tan listos como nos creemos en muchas ocasiones. Lo que percibe nuestra mente, en ocasiones no tiene nada que ver con la realidad, y por tanto, debemos conocer cómo actúa nuestra parte inconsciente del cerebro para intentar sacarle partido.

Este artículo está inspirado en la publicación de LearnVest y ha sido completamente modificado y adaptado por Negocios1000.com

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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