En esta especie de guerra de clases que parece que existe (ricos vs pobres), por momentos parece como si los ricos tuvieran que pedir disculpas por haber llegado donde a ti te gustaría llegar, porque dejando las tonterías a un lado, si te dan a elegir entre ser rico y ser pobre, elegirías ser rico.
Vamos a intentar meternos en la mente de los empresarios y multimillonarios y en la transformación que se produce cuando comprenden que en muchas ocasiones, aún siendo empresarios honrados, deberán jugar en una zona muy gris de la ética.
No podemos negar que en la actualidad se está dando una enorme injusticia en el castigo que están sufriendo los más débiles (clase media y pobre) mientras que la clase de los ricos está batiendo niveles récords en acumulación de riqueza personal.
(Ver: El secreto de los millonarios contado por millonarios)
Pero esta injusticia no viene de los multimillonarios y empresarios que únicamente hacen lo que mejor saben hacer. Esta injusticia por regla general viene de la clase política que sin habérselo ganado, están en contacto con este selecto club, y en ocasiones quieren salir beneficiados.
1. Para los empresarios y multimillonarios no es un soborno.
Siempre hemos dicho que el éxito depende de las personas que te rodeas y de los contactos que tienes. En ocasiones un empresario se ve obligado a sobornar, no porque tenga ganas de sobornar, sino porque está atrapado en trabas burocráticas que impiden el crecimiento de su empresa. Es cuando recurre a pedir un favor a cambio de algo a esa otra persona que gracias a ese «algo» acelerará la petición del empresario.
Pero claro, no estamos hablando de algunos sobornos como los que se han dado en España, donde únicamente consistían en beneficiarse sobornador y sobornado para que el ciudadano pague el plato. En esos casos no hablamos de un empresario, sino de un hijo de la gran p*** que se alía con otro hijo de la gran p*** para robar.
Hace más de una década, un empresario local español recibía la visita de una inspección en un momento en el que la solvencia de su empresa estaba en juego. Era un miércoles. Cuando conoció la multa a la que se enfrentaba, este empresario se presentó el viernes en la oficina pertinente diciendo: «Si ahora mismo no me resuelven este problema, el lunes habrá una empresa declarada en quiebra y 350 personas en la calle + un escrito a la prensa sobre quién es el responsable del cierre».
Era fecha de elecciones, y para el lunes no sólo habían resuelto el tema de la sanción, sino que el empresario recibió una ayuda prácticamente a fondo perdido. ¿soborno, chantaje…?, Digamos que fue supervivencia empresarial.
En otras ocasiones, en muchos países, no puedes hacer lo que te pertenece como empresario si no untas primero al responsable de concedértelo.
Son los funcionarios públicos y políticos los que han obligado a muchos empresarios a tener unas reservas de capital para gastos corrientes que permitan el funcionamiento de la empresa. Si hablas con un gran empresario y éste es sincero contigo con respecto a cuánto dinero ha invertido en «gastos extra de licencias», acabarás sintiendo verdadero asco por una gran parte de ayuntamientos y organismos públicos.
Otros lo hacen más discretamente: «he donado 100.000€ a tu partido. Recuerda cuando llegue el momento, quién ha donado 100.000€ a tu partido».
2. No es evasión, es protección de capital.
El secreto de los millonarios pasa en primer lugar por evitar la erosión de su capital. Y por erosión tendríamos la inflación y los impuestos.
La protección de activos offshore es completamente legal, del mismo modo que como empresario, si te dan a elegir entre tributar al 30% o pagar el 12%, no hay que ser un lince en matemáticas para saber que te conviene pagar un 12% en lugar del 30%.
Por no hablar de el poco sentido que tiene el hecho de que un empresario pague por el seguro social de un trabajador prácticamente el 50% de la nómina del trabajador, lo cual desincentiva la contratación y promueve que el empresario busque otras vías de ahorro, como puede ser el evitar pagar altos impuestos.
Bobby Casey, director de una empresa de Protección de activos, defendía a los empresarios con el siguiente argumento:
Los empresarios han trabajado muy duro durante años sin que nadie les ayudara a pagar sus deudas cuando no podían hacerlo, y una vez han conseguido ganar 100 millones de dólares anuales, es cuando el Gobierno quiere un 25% de esos beneficios. Es decir, firmar un cheque por valor de 25 millones.
En definitiva, es cierto que existen empresarios y políticos corruptos, pero muchos de esos empresarios se corrompieron debido al sistema que promueve la corrupción.